Paisajes en una maleta

incorpore es una editorial con un pie en Francia y otro en España. “Oiga ―me dice el lector imaginario―, que ha escrito el nombre de la editorial con minúscula inicial y con el ʽinʼ en cursiva.” A este meticuloso lector le diremos que se escribe así.

Paisajes en una maleta pertenece a la colección les petits bilingues, por lo que una página está en francés y la de al lado en español. En la contraportada hay un breve texto en francés que voy a intentar traducir personalmente.

Un pequeño bilingüe en el bolsillo

para aprender o mejorar su español,

descubrir autores contemporáneos hispanoparlantes

o simplemente vivir un grato momento de lectura…

¡Hágase bilingüe!

Naturalmente, tanto se puede mejorar el español como el francés. Paisajes en una maleta me ha deparado, en efecto, un grato momento de lectura. Con una ironía franca nos habla del consumismo, del sistema, de un engranaje que escupe todo lo que le incomoda, o sea, aquello que podría poner en peligro su buen funcionamiento.

El autor nos pasea por algunos países europeos y aprovecha para sacarle punta al turismo de masas. Ay, ese turismo que siempre va a los mismos sitios, ese turismo necio que ha originado un mal turismo que ya es plaga.

“Elegid Kenia, dejad atrás Nairobi y prescindid del Masái Mara. […] Sin hotel, sin buffet libre, sin comodidades superficiales. […] Dormir en tiendas de campaña y comer la cabra que sacrificarán delante de ti. […] En fin, disfrutar de uno de los escasos espacios pseudogenuinos pendientes de colonizar. Lamentablemente, cada nuevo turista adulterará un poco más el ecosistema y un día se cruzará el umbral a partir del cual ya no habrá marcha atrás. Quizá seas tú.”

Paisajes en una maleta es una novela corta de acción con un final imprevisible. Contiene diálogos ingeniosos, cultura y mucho humor. Es concisa, precisa y contundente.

Transcribamos un diálogo:

―¿Tienes algo en contra del Quartier Latin?

―Que no estamos en 1968. Esto está lleno de bobos y tanto burgués bohemio me provoca sarpullido. ¿Cómo conseguiste que Monsieur Armand te dejara en paz?

―Luso, ¿has abierto alguno de los paquetes?

―Ninguno.

―Pues yo todos.

Transcribamos una recomendación turística del protagonista:

“¿Quieres conocer la Grecia clásica o el Egipto de los faraones? Londres es tu destino. La capital británica es una de las ciudades que ha certificado sobradamente sus aptitudes expoliando tesoros artísticos ajenos, pero quien pretenda hallar equivalencias autóctonas o construcciones ancianas pastando fuera del British Museum pronto descubrirá que no fue tan hábil en la conservación de su propio patrimonio.”

Así es Paisajes en una maleta, ácida en su justa medida y muy directa. Daniel Seguer ha sabido transmitirnos su sentir. No eran necesarias más páginas. Como bien escribiera Baltasar Gracián: “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”.