Xánath Caraza creó este libro como un ejercicio en la oscuridad literal. Siempre interesada en explorar nuevos estilos y técnicas, Xánath Caraza decidió escribir la mayor parte de este libro a mano mientras visitaba a su familia en México. Se levantaba tan temprano en la mañana a escribir que aún estaba oscuro, y muchas veces no había electricidad. Las tres secciones del texto celebran tres partes del mundo donde ella ha vivido: la “Tierra fértil” de México, las “Planicies”, que reflejan su actual casa en Kansas City, y la “Puntuación aleatoria” que los pájaros creaban en el cielo cuando vivió en Vermont.
En cada uno de estos lugares, la voz poética celebra la naturaleza y la poesía. Eventualmente la sinfonía del bosque con la cual empezamos esta colección concluye con la tinta del verso escrito, mientras la poesía es obligada a “rasgar las páginas. Brota del subsuelo de este libro que de la oscuridad nace.” La naturaleza cubre esta poesía que crece hacia la luz.
Los nueve estudiantes en mi clase de Traducción Literaria, Español 426, en Lycoming College (Hanna Cherres, Joshua Cruz-Avila, Zachary L. Donoway, Angelina M. Fernandez, Luis Felipe Garcia Tamez, Nicholas A. Musto, Julia L. Nagle, Aaron Willsea y Joshua H. Zinngrebe) tradujeron este libro conmigo a lo largo del curso del Semestre de Primavera de 2020. Cinco de los estudiantes habían estado en una clase previa donde tradujimos Corta la piel de Xánath Caraza; los otros cuatro eran nuevos en la clase de traducción conmigo. Cada uno trajo su perspectiva personal a esta muy especial colección; encontrar una voz unificadora como resultado final fue uno de nuestros más grandes retos.
Ya que los textos en Ejercicio en la oscuridad son cortos, los estudiantes pudieron trabajar en cada borrador de cada uno de estos 66 poemas en prosa.
GRUPO AZUL | GRUPO VERDE | GRUPO MORADO | |
GRUPO A | Luis | Aaron | Nick |
GRUPO B | Julia | Josh C. | Angelina |
GRUPO C | Zack | Joshua Z. | Hanna |
Después de traducir una serie de poemas de tarea, los estudiantes se reunieron en los grupos con letras del “Alfabeto” para comparar sus traducciones y elaborar un segundo borrador colectivo. En la clase del siguiente período, los grupos de “colores” compararon esos segundos borradores para crear un tercer borrador; y así sucesivamente.
El libro acabó siendo hermoso al tiempo que un desafiante rompecabezas de traducción. Lo más intrigante de todo fueron los pequeños poemitas que siguen a cada uno de los poemas en prosa más largos. Por las diferencias inherentes en el orden de las palabras en inglés y español, mis estudiantes y yo nos dimos cuenta de que a veces era necesario cambiar el orden de las líneas en el poemita para que hiciera sentido en inglés, y para hacer eso, también necesitamos cambiar el orden del poema en prosa más largo. Por ejemplo, en “Sin aves”, en el poemita se lee: “Acompaña / los siglos / la profundidad”. El verbo en singular en español pone en claro que “la profundidad” es el sujeto. Por otro lado, en inglés, esperamos que el sujeto esté al principio de la oración, entonces si dejáramos el sujeto al final, el poemita no parecería tener sentido. Al cambiar el sujeto al principio (“Profundity / accompanies / the centuries”) nos exigió cambiar lo que originalmente era la cuarta oración en el poema en prosa al principio. Afortunadamente estos textos son lo suficientemente fluidos para permitir este tipo de movilidad.
Algunos de nuestros más grandes retos en la interpretación de estos textos se relacionaron con la necesidad de especificar los pronombres posesivos en inglés, mientras que el español permite una gran ambigüedad en este sentido. Por ejemplo, en el poema “Se entretejen con la piel”, tuvimos que decidir si nuestra traducción del título retendría el genérico “the skin” o si debería especificar “her skin”, “my skin” o “our skin”. A pesar de que la mayor parte del tiempo escogemos la primera persona del singular, en este caso, decidimos ampliar el espectro, en la creencia de que los deseos se entretejen con la piel de todos nosotros.
Porque estos textos cortos son tan poéticos, fue imperativo tratar de capturar la fluidez de los textos de Xánath, los ecos de las palabras que reaparecen a lo largo del libro, las aliteraciones y las rimas internas y personificación. Mientras creo que, en general, tuvimos éxito, no pudimos elaborar un juego de palabras para recrear los dos significados de “copa” en “El chinini”, donde la “copa” [canopy] del árbol mágicamente se transforma en una “copa” [wineglass] en la mesa.
Sería negligente no mencionar los retos a los que se confrontaron los estudiantes mientras finalizábamos este libro en la Primavera de 2020 cuando la pandemia global hizo imposible las clases en persona. Afortunadamente, todos, los nueve estudiantes, pudieron continuar reuniéndose sincrónicamente a través de video conferencias. Es más, pudieron trabajar en sus grupos independientes a través de las sesiones de Zoom y pudieron compartir sus pantallas y editar los poemas juntos de esa forma. Su dedicación a este proyecto en medio de todo lo que estaba pasando fue admirable, y pienso que, para muchos de ellos, ser capaces de resolver los bellos textos de Xánath les proveyó de alivio de un mundo que estaba lleno de niveles de estrés e incertidumbre no vistos antes.
Ofrezco mi más profunda apreciación a cada uno de ellos por su arduo trabajo, a Tudor Şerbănescu por las increíbles traducciones visuales de estos textos, y por supuesto, a la incomparable Xánath Caraza por permitirnos acompañarla en este viaje desde la oscuridad a la luz.
—Sandra Kingery