Mi undécima obra literaria está a punto de ver la luz. En realidad es la undécima, la duodécima y —quizá— la decimotercera. O sea, que publico tres en una. Las tres obras son independientes, podrían publicarse de una en una, pero he preferido hacerlo así por amor a mis lectores/as.
De este modo, el libro sale mucho más económico. De este modo, los lectores pueden leer enseguida las dos novelas que se mencionan en la primera historia. De este modo, meto en el mismo saco los trabajos que me hicieron más llevadero el confinamiento.
Si escribimos Marleen al revés sale Neelram. Separamos el Neel del Ram y tenemos nombre y apellido. Neel se escribe con una doble ‘e’ que se pronuncia como una ‘i’, nos explicará la propietaria del nombre. Si escribimos Salvador al revés sale Rodavlas. Separamos el Rod del Avlas y tenemos nombre y apellido.
Mis libros son mis hijos. Una vez que los publico, es como si se hubieran ido de casa. De golpe son adultos. Y se enfrentan a los lectores de la misma manera que los hijos de carne se enfrentan a la vida. Siguen siendo míos, pero al independizarse, al dejar la casa paterna, se entregan de alguna manera al mundo, a los lectores, en este caso, y cada lectura feliz es una alegría, una satisfacción, a fin de cuentas es su único cometido, complacer al lector, conseguir que la lectora se pierda entre sus páginas, viva la historia y salga enriquecida.
Esto último lo dice Rod en su historia. Una historia que es un diálogo de principio a fin. Todo diálogo. Personas que hablan. Algunos pensamientos. Pues pensar es hablar de forma íntima. Por sus palabras los conocerás.
El vampiro virgen. Neel Ram. Nadando contracorriente bis. Escribí Neel Ram durante el confinamiento. Corregí Nadando contracorriente durante el confinamiento. Revisé El vampiro virgen durante el confinamiento. Así, pues, las tres historias comparten un mismo estado de ánimo.
O sea, que el lector podrá disfrutar de mis dos últimos trabajos y de uno viejo-revisado. A mí me parece original. Puesto que las tres novelas son cortas, la extensión total equivale a un libro normal. Setenta mil palabras.
Mi undécima obra literaria está a punto de ver la luz. Yo seré el primer lector. Siempre estoy nervioso ante esa primera lectura. El original no es lo mismo. Los libros son libros cuando ya están editados.
Aunque pueda parecer pueril, estoy ilusionado, pronto me reencontraré con mis vampiros, con Neel, con Marc. Conozco perfectamente sus historias, pero os aseguro que las leeré como si fuera la primera vez.