Minificciones por José de Jesús López Avendaño

La esfera

Los soldados cruzaron taciturnos por el umbral del zaguán. Adentro, un hombre de ciencia se ocupaba en dibujar figuras geométricas: desde el simple cuadrado hasta el bosquejo de una esfera. Aquellos soldados le miraban sin entenderle. Era un loco a sus ojos, pues habían escuchado el rumor de que ese hombre había corrido desnudo por las calles de Siracusa.

Un soldado se adelantó y, codicioso, le preguntó sobre las riquezas que poseía. El hombre, absorto en sus trazos, apenas hizo caso. El colérico soldado lo zarandeó y puso una daga en su cuello amenazándole. Cicerón o Plutarco adjudican que el amenazado dijo en ese momento: Noli turbare círculos meos (No fastidies mis círculos). De pronto, el hombre de ciencia bajó la cabeza y borró gran parte de sus figuras con la palma de su mano.

La sangre que brotaba de su cuello llenó entonces el contorno de la figura plasmada sobre la tierra. La silueta de una esfera, como un sello, se dibujó…

 

Tiempo dormido

El muchacho seguía los pasos de su abuelo. Se esforzaba con minuciosidad por embonar cada parte del reloj de bolsillo que tenía enfrente. El procedimiento era cauteloso. Entendía su valor: era más que un objeto, pues había escuchado el latir de su vida. El tiempo estaba encerrado en ese espacio tan pequeño, entre los espirales y los engranes que lo componían.

Amanecía. Junto a su mesa de trabajo relucía un libro de Spinoza. El muchacho pensó entonces que Dios habitaba en su reloj, pues el tiempo era uno de sus atributos. Con este pensamiento fijó su vista por la ventana. El vendedor de periódicos anunciaba entonces que el siglo daba fin. Un arco iris se posaba en el cielo. Miró hacia su libro… era el Cálculo algebraico del arco iris.

 

 

Carta de un pedante

 

La siguiente carta fue encontrada en la Royal Society:

 

Estimados señores

Se me ha comentado que le darán al insano del alquimista el reconocimiento por parte de vuestras mercedes. Aquel que jugó con el telescopio de Galileo y que se burló en mi cara de mi invento.

Las personas no se acercan a su hogar, se le tiene por creador de homúnculos y buscador de la piedra filosofal. Es testarudo y huraño —Halley lo visitó hace unos meses y él no le prestó atención, sólo le dijo unas pocas palabras y lo despidió— que se pasa el día mirando manzanas que caen ¡sí!, y el muy simplón se inventó una historia para engalanarse: comparó a la Luna con un alimento.

He escuchado que ese presdigitador les tiene preparados una presentación sobre los colores. Deseo que no se le tome en cuenta y se me escuche al ser miembro antiguo de este grupo selecto.

Atentamente y con respeto Robert Hooke

El trozo de papel se halló en los baños de la Royal Society

 

 

Dualidad de Schrödinger

 

En un hotel de paso una mujer se miraba en el espejo, desde la cama un hombre admiraba su figura: su cuerpo esbelto y sinuoso hacía enloquecer sus instintos. Quien escribiera Qué es la vida se sentía perseguido. Ahora, en ese lugar, tuvo la sensación de que pronto sería descubierto. La mujer se vistió y le regaló a su amante un largo y tendido beso.

A millas de distancia otro semejante a él se bañaba en ese instante con su esposa. La posibilidad de que ella supiera su engaño era nula. Ambos ofrecían las mismas cualidades y la misma realidad aparente: su voz, sus facciones y su carácter.

Lo único cierto es que había un impostor, un gato encerrado, que no era posible descubrir sin antes ver con cuidado. Ellos se turnaban para estar con una u otra mujer pero ellos no se habían visto.

Cierta mañana la amante descubre que está embarazada… inexplicablemente ambos desaparecen.

 

 

El discípulo

El astrónomo tomaba su taza de té. Se las había arreglado para que el faro donde ahora se encontraba fuera su observatorio. Su aprendiz, en el cuarto de junto, hacía rigurosos cálculos que él le había encomendado. El maestro sostenía un astrolabio, era el momento cumbre de su carrera pero la órbita impredecible de marte le causaba pesar.

Pensó en postular tres leyes para resolver todo problema. Había tenido esta idea dese hace mucho y sólo ahora se estaba concretando, al fin recibiría de manos de Rodolfo II la gloria. Sin embargo, esto lo notaba su aprendiz Klepper quien supo que su éxito se hallaba en leyes de su maestro.

Se anunció la muerte del astrónomo y Klepper, al igual que un Buck Mulligan fanfarrón, desde el faro sonreía al degustar su taza de té.

 

 

El fantasma de la abadía

Las campanas de la iglesia resonaban. El inquieto matemático se deslizaba para encontrarse con su adorada monja, sostenían una relación pasional y se ocultaban de cualquier impertinente. Las celdas de la abadía cercana eran propicias para reunirse. Aquel egresado de la Universidad de Gotinga sería quien después influiría en Maxwell.

En medio de la faena erótica las campanas le acompañaban. En la celda le sugirió a su amante moverse más a la derecha, pues había colocado una serie de espejos, su invento el heliotropo le había dado la idea para ocultarse del sacerdote, quien, pensó que algún ser fantasmal habitaba las celdas por los gritos que, de cuando en cuando, resonaban en la abadía.

 

 

El primer astrónomo

Lo conocí por sus observaciones y las reformas que introdujo a la agricultura gracias a su matemática. Se dice que aprendió con los egipcios el arte de leer en las estrellas. Fue el siguiente acontecimiento el que me deslumbró:

Dos ejércitos iban a arremeterse, descendían al valle, desde Troya no se veía batalla más imponente. Él se colocó en medio de los combatientes, fijó su vista al cielo, dijo algunas palabras que sólo los guerreros de las primeras filas escucharon y se fue. Ninguno quería abandonar la lid. Uno musitó: eclipse. El campo se llenó de penumbras. Huyeron.

Aquel hombre había medido a las pirámides por su sombra, temieron que ahora él hubiera provocado aquella oscuridad y quisiera medir el mundo.

 

 

Semblanza:

José de Jesús López Avendaño. Nace el 18 de abril de 1994 en la ciudad de Salina Cruz, Oaxaca. Cursa la carrera de Lengua y Literatura Hispanoamericanas en la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH). Ha publicado en la gaceta de la UNACH, Letra suelta, la revista virtual Mimeógrafo y en el blog llamado “Blog de la tertulia” del cual es administrador. Ha sido participante en el festival cultural “La hojarasca” en su edición del 2015. Ha asistido al coloquio cervantino en sus ediciones XXV y XXVI. Actualmente cursa el octavo semestre de su carrera.