INFIERNO
Primer círculo.
Sin fe, olvidados por el padre, sus ojos no verán, su corazón no sufrirá, la sola eternidad es su condena.
Segundo círculo.
En la levedad del aire, los amantes agradecen las heridas en la piel. Vuelan sin rumbo, solos, nostálgicos.
Tercer círculo.
Yacen, colmados hasta el dolor, refocilándose hasta la locura. Se ahogan en el desecho de sus desechos.
Cuarto círculo.
Artríticos, bruxistas, bajo el peso de la grandeza que nunca tuvieron. Enterrados como tesoros devaluados.
Quinto círculo.
Indolentes e iracundos se castigan en el Estige unos a otros. Qué terror la rabia. Qué desgracia el silencio.
Sexto círculo.
Las llamas más altas del infierno. Las furias más infames. La prueba firme de que existe la crueldad en Dios
Séptimo círculo.
Locos, suicidas, sanguinarios. El infierno mismo se retuerce sobre ellos, desde ellos. Los refleja y ataca.
Octavo círculo.
Parece una fiesta, un carnaval. Pero en esta mascarada cada uno ha perdido su propia identidad, su alma.
Noveno círculo.
En lo más profundo se revela el gozo de Lucifer: reina cual dios en los infiernos. La gracia concedida.
Semblanza:
Arlette Luévano (Aguascalientes, 1976) Ha publicado los poemarios Casi verde, Tercera persona, Informe sobre trenes que llegan y desaparecen, Apostillas negras, Casa en ruinas, No basta con nombrar al llanto llanto y La maldición y la sangre. En narrativa, ha sido incluida en las antologías Cuerpos rotos, Latinoamérica en breve, Aquí comienza la sangre, El fulgor de la estrella negra y Aquí continúa la sangre. Publica microficciones en Twitter como @luda76