Minificción de Camila Chávez Calette

La cita

5 de la tarde, la hora acordada. Llegue al lugar de la cita. Nos vimos cara a cara. Me recibiste con una sonrisa. Hace tanto que no hacíamos esto. Después de saludarnos tomaste mis manos, las observaste cálidamente, las acariciaste. Entonces, pude observar y sentir las tuyas muy suaves, contrastaban con las más, ásperas y sin brillo. Habían pasado dos semanas desde nuestro último encuentro. Te imagino haciendo esto con tantas personas y entonces me dan ganas de ser tú. Siento mis manos húmedas, me relajo. Me haces preguntas y me obligas a decirte exactamente lo que quiero. De pronto veo cómo mis dedos se llenan de un líquido espeso rojizo, mis uñas se impregnan de él. Mi excitación va en aumento. Finalizas, y me preguntas si me gustó. —¡Claro!— Contesto, me encantó mi manicure.