Mi querida Miss Hurst

Miss Hurst siempre me dice lo mismo. Que no sabe cómo abordar la reseña de mis obras. Y luego, cuando ya lo ha hecho, se lamenta porque no ha conseguido lo que quería. Miss Hurst disfruta leyendo mis obras pero sufre a la hora de escribir las correspondientes reseñas.

«A veces llegan a tus manos libros de la manera más inesperada. Y tienen un no-sé-qué que te sorprende. Y ya no los olvidas. Se quedan en la cabeza-cabezota. Puede ser por su trama, o gracias a sus personajes. En ocasiones es la narración o, si tienes mucha suerte, un estilo, un carácter. Una personalidad que bombea atronadora desde las páginas. No olvidas el libro ni la voz de su autor. No os engaño si os digo que en este caso es todo eso. Junto. Todo-todito-todo. Todote. Da igual como yo os lo describa. Lo he intentado pero da igual. Porque casi con toda seguridad no habéis leído nada parecido. Y deberíais».

Esto dijo Miss Hurst sobre Nueve semanas (justas-justitas). Veamos ahora lo que dijo sobre 2222:

«El estilo de Salvador es una de sus principales fortalezas: autenticidad narrativa y personalidad única, singular. No hace falta mirar la portada para saber que es suyo: lo sabes en cuanto lees dos líneas. Frases cortas, directas a la yugular, pinchando como el aguijón de una avispa en el sitio preciso; uso y abuso de paréntesis y corchetes sin ambages ni miramientos, pasándose por el arco del triunfo lo estilísticamente esperable y aconsejable; varios narradores que se pasan el testigo, que se leen unos a otros antes de hablarnos con su propia voz, y que hacen avanzar la historia desde distintos puntos de vista. Salvador tiene un estilo narrativo personal, propio, y eso es algo que se tiene dentro o no se tiene. Da igual que os gusten o no las distopías, da igual que os guste o no la ciencia ficción, da igual que os gusten o no las novelas cortas. Cuando se presenta un autor que tiene tanto que contar, que sabe cómo contarlo sin parecerse a nadie más y además lo cuenta así de bien, hay que leerlo».

Me pregunto qué sentirá mi querida Miss Hurst cuando relea estos fragmentos que he preparado para ella. Yo creo que sí consigue transmitir lo que siente, lo que ha sentido al leer las obras.

«La prodigiosa fuga de Cesia es una obra notable, muy recomendable, diferente (como todo lo que escribe este autor). Metaliteratura edificada con ladrillos que ajustan como un guante y realidades que se pierden en ficciones que resultan mucho más interesantes conforme van ganando terreno. Todo ello contado de ese modo que resulta fluido y sencillo en apariencia pero que sabes (imaginas) que esconde y necesita mucho trabajo para conseguir, precisamente, esa elocuencia. Y mientras llegas a ese final que lo comprende todo, que es simplemente perfecto lo anticipes o no, ves el trabajo de muchos años y la genialidad de la diferencia y la valentía. No tengo ni idea de qué esperar del próximo libro de Salvador, y eso es algo que me encanta».

Tenía que escribir este artículo. Sé que en 2020, cuando Miss Hurst lea la siguiente novela, volverá a decir lo mismo, y esta vez con razón, pues me temo que será complicado reseñarla sin romperla. Ana B., después de leer La prodigiosa fuga de Cesia, también me confesaba que no sabía cómo reseñarla, pero lo hizo muy bien.

La verdad, me gusta —¡me encanta!— que mis obras sean difíciles de reseñar.

Con La extraña curación de Marta os vamos a meter en un aprieto.

Sí, se trata de una obra escrita a cuatro manos.

Te lo debía, mi querida Miss Hurst.

Y a ti, mi querida Ana B.

A este artículo.

Me refiero.