Mexicanos sin capa, pero héroes

Y sus ruinas existan diciendo: de mil héroes, la patria aquí fue

Himno Nacional Mexicano

 

Hace aproximadamente dos semanas, nuestro país pasaba por una de las más grandes catástrofes naturales, en Chiapas y Oaxaca había personas durmiendo en la calle, muriendo de hambre y perdiendo sus patrimonios que por años intentaron conseguir.

En ese mismo contexto, la solidaridad de los mexicanos se hizo presente, fue grande, lo suficiente como para que el Presidente; Lic. Enrique Peña Nieto, anexara la leyenda “Viva la solidaridad de los mexicanos con Chiapas y Oaxaca”, algo nunca visto en la celebración del grito de la independencia.

Hace quince días también escribí que nuestra solidaridad siempre iría acompaña de alegría y entusiasmo, lo escribí pensando que habíamos visto mucho, demasiado, y que pasaría más tiempo para ver esto. No fue así.

El martes 19, dos horas después del Simulacro Nacional en conmemoración del Terremoto de 1985, la capital, el EdoMex, Morelos, Guerrero, Oaxaca entre otros, fueron azotados por un terremoto de magnitud de 7.1. ¿Qué paso? Sí, los gritos, los llantos, la preocupación, la crisis, y la angustia estaban presentes pero, algo extraño sucedió, como si todo ya estuviese planeado, nadie dijo nada.
Las miradas iban de un mexicano a otro, y entonces, actuaron.

Los mexicanos no esperaron ordenes de nadie, ni del vecino y mucho menos del Gobierno, actuaron con rapidez, sin temor a una réplica, ellos se unieron para hacer cadenas humanas, empezaron a mover escombros, y así empezó la cuenta de personas rescatadas. En otras partes del país la ayuda no se hizo esperar, algunos jóvenes y otros no tanto empezaron a recolectar víveres, medicamento, ropa, todo lo que se pudiese usar.

En menos de 24 hrs en el De Efe ya se contaban con albergues para personas, para mascotas, con alimento suficiente para cada uno, con cobijas y medicamento, ¿Mano de obra? Sobraba.

¿Y el Gobierno? Aunque la reacción del Presidente para implementar el Plan de Emergencia Mx para coordinar esfuerzos entre la sociedad e instituciones como la Marina, IMSS e ISSTE, le ganaron. Al Presidente le ganó la organización de la Sociedad Civil. Mientras el gabinete se reunía para analizar y canalizar la situación en el centro del país, los mexicanos se llenaban de polvo, lodo, piedras por ayudar.

Son muchos, demasiados los que se quieren colgar la bandera del heroísmo, la solidaridad y el compañerismo pero, no se dejen engañar, quienes hicieron el mayor esfuerzo, los que al principio se tuvieron que chingar fueron: los rescatistas improvisados, los voluntarios improvisados, los rescatistas y caninos de otras nacionalidades, los trabajadores que dejaron de ir a chambear, los estudiantes que dejaron los cuadernos para agarrar las palas, los adultos de la tercera edad, los colonos, los de abajo, los de arria, los que son de aquí y los de allá.

En pocas palabras, quienes hicieron el mayor esfuerzo para levantar este país fue el pueblo mexicano. Ese pueblo que se quitó un pedazo de pan para compartirlo con los de Morelos, ese pueblo que regaló una botella de agua para los de Guerrero, ese pueblo que puso sus manos para quitar escombros en la capirucha, ese pueblo que aguanta y no se raja.

Bastaría con revisar las redes sociales para ver como algunos Políticos de Barrio cuelgan fotografías y videos en donde buscan el autoprotagonismo. Suben sus fotos al feis y al tuiter haciendo entrega de medicamentos, víveres, etc. Qué bueno que algunos de ellos ayudaron, pero, ¿cuál es la necesidad de promocionarse con esta desgracia?

Quien ayuda de corazón y por solidaridad no necesita el protagonismo de las cámaras, a quien hoy ayuda en una crisis o desgracia, mañana se le agradecerá con un gesto de igual significancia o mayor.

Empresas mexicanas, extranjeras, gobiernos latinos y europeos, socialites de aquí y de allá se unieron para mandar un mensaje a los mexicanos, y es que algo tenemos nosotros que sin pensarlo dos veces la ayuda de fueras llegó.

Pero, nada de esto hubiese sido posible sin los mexicanos, esos mexicanos que al terminar de rescatar a las personas de cada edificio cataban el glorioso Himno Nacional, esos mexicanos que colocaron mensajes positivos en los víveres, esos mexicanos que sin esperar algo a cambio, ayudaron, ayudan y sin pensarlo, me atrevo a decir que, ayudarán.

Aquellos mexicanos vestidos de colores y que intentan posicionar a su partido político como altruista en medio de esta desgracia, hagámoslos a un lado, en este momento no estamos para discutir quien tiene al candidato más honesto o filántropo. La historia los juzgará, no nosotros.

Gracias! A ti que te desvelaste, te mojaste, ayunaste, manchaste y descompensaste por ayudar. El mérito es tuyo junto con el de los demás. Gracias a los Médicos, Arquitectos, Artistas, Instituciones Privadas y Públicas, a todos ustedes, por hacer un poco más pasajera esta desgracia.

Hace quince días, escribí la necesidad de gritar ¡VIVA MÉXICO!, porque a cada desgracia, nosotros le encontramos solución, claro, con un toque de alegría, entonces…

¡VIVA MÉXICO! Porque fuimos, somos y seremos solidarios.

¡VIVA MÉXICO! Porque en una desgracia o a todos nos carga la chingada o todos nos ayudamos.

¡VIVA MÉXICO! Porque hoy, un soldado en cada uno de nosotros, hay.

Terminaré como lo hice hace quince días, justo cuando pensaba que a Chiapas, Oaxaca y a nosotros no nos podía ir aún más mal, pero…

Después de todo y por todo, señores, ¡VIVA MÉXICO!