Mercantilismo

¿Quieres autopublicarte? Eso me pregunta el Grupo Planeta al final de su página principal. Pincho y entro. El sello se llama Universo de Letras. Planeta, Universo, no está mal, al menos siguen en su línea cósmica.

Al lado de “Quienes somos” está la pestaña mágica: “Packs editoriales”. Pincho y entro. Me ofrecen tres packs: Básico, Avanzado, Best Seller. La verdad, si me meto, me meto hasta el fondo; si me autopublico, quiero que mi libro se convierta en un best seller.

El Pack Best Seller incluye “40 correcciones en el interior sin coste”. En el interior. Me intriga eso de “en el interior”. Este superpack incluye también “Hasta 200 ejemplares impresos para el autor”. Impresos. Eso también me intriga.

Por supuesto, no hay distribución. Bueno, sí: “Distribución en impresión bajo demanda”. ¿Que qué es eso? En tres palabras: no hay libros. Pides uno, lo imprimen y te lo envían. Eso es la impresión bajo demanda.

El pack también incluye la “Gestión de una presentación”. Una presentación a la que asistirán los amigos y familiares del escritor. No sé quién llevará los libros, pero sí tengo alguna sospecha.

Buen paquete. Paquetón. Y a un precio tentador.

4.190 € + IVA.

Si le tienes manía al Grupo Planeta, hay más opciones. Miremos, por ejemplo, en la web del gigante editorial Penguin Random House. Entro en la página principal. Pincho en “Sellos y Negocios”. Aparecen en pantalla los cuarenta (¡40!) sellos que componen el Grupo Editorial. ¿Cuál será el de autoedición? La respuesta en el siguiente párrafo, que los párrafos largos agobian.

Caligrama.

Aquí no hay paquetes. Si quieres saber más, tienes que escribirles. Lo que sí nos dicen es que algunas de las obras autoeditadas han sido distinguidas por su calidad literaria y potencial comercial con el sello “Talento Penguin” en la cubierta.

El problema: que no hay lectores para tanto escritor. Lo paradójico: que se publique tan mal habiendo tanto. Lo terrible: que a las editoriales y a los lectores les interese más un libro mediocre con firma que la obra genial de un desconocido.

Esto se hunde, señores/as, y no hay botes salvavidas. He probado poniendo primero “señoras” pero suena peor. Ah, la estética… “Escribe, escribe —me dice mi lector imaginario— y olvídate de las miserias editoriales”.

Vale. Las olvidaré enseguida. Pero antes me gustaría puntualizar que ni Planeta ni Penguin instituyen al escritor que autopublica con ellos. Lo que hacen es mercantilismo. Por si alguien no lo recuerda, la RAE define el mercantilismo como el “Espíritu mercantil aplicado a cosas que no deben ser objeto de comercio”.

 

 

Por si a alguien le interesa:

Marleen y yo creamos Piedra Filosofal Editores en el año 2000 y publicamos El séptimo sentido y Nadando contracorriente. Se vendían a cinco (¡5!) euros en librerías. Y quince años después, De lobos (divergentes) con el sello Pentaesencia Books. Este último título, ya agotado, se vendía a ocho (¡8!) euros. Estos dos sellos editoriales no tenían ánimo de lucro. El ánimo de lucro y la cultura no… No.