Manuel Moyano es un escritor sorprendente. Se reinventa en cada obra para ofrecernos algo nuevo con el estilo de siempre. Disfruto con este autor porque su prosa neta no tiene desperdicio. Además, su discurso es cercano, casi familiar. Al leerle, es como si un amigo me estuviera contando cosas —en verdad— interesantes.
En Mamíferos que escriben, Moyano nos habla de autores que —de alguna forma— le han dejado una huella en el alma. Cioran, Bioy Casares, Borges, Auster, Lorca, Dylan Thomas, Cortázar, Lovecraft, Cunqueiro, Kipling. También nos hablará de Bob Dylan y Kubrick.
«Los escritores que realmente consiguen trascender el papel impreso son aquellos que llegan a modificar nuestra percepción de la realidad; por lo común su apellido (o el nombre de sus personajes) ha devenido palabra de uso común: odisea, dantesco, quijotesco, kafkiano… A esta honorable lista hay que agregar, desde mediados de los años ochenta del pasado siglo, el epíteto “austeriano”».
De esta forma comienza nuestro autor su extraño viaje. Una forma que podríamos adjetivar. ¿Por qué no? Sin duda, este autor modifica mi percepción de la realidad. Tiene una manera tan especial de contar las cosas… Sus libros, aun siendo muy diferentes, tienen un denominador común. Son moyánicos.
Lo moyánico es sutil. Culto. Refinado. Agudo. Lo moyánico pincha sin herir. Te despierta la sonrisa interior. O la inquietud interior. Lo moyánico es profundo. También algo surrealista. Siempre elegante. Lo moyánico es ingenioso. Elaborado. Casi perfecto.
Volviendo a esta obra, nos dice el autor en un prólogo titulado Advertencia: «En 2003 y a petición de su director, Rafael Balanzá, inicié una serie de colaboraciones mensuales. Tras unos comienzos titubeantes, acabaría encontrando una fórmula a la que pronto me aclimaté: hablar de mis autores favoritos desde una perspectiva personal, entremezclando su vida y su obra —no sin cierto afán proselitista, pero también iconoclasta— con el relato de cómo llegué hasta ellos».
Una idea original que Moyano llevó a la práctica con su estilo inconfundible. El libro es cortito (100 páginas) y cuesta 8 euros. Lo publica Newcastle Ediciones y considero que es una obra imprescindible. Un pequeño tesoro que toda biblioteca debería contener.
Aunque Mamíferos que escriben no es una novela, sí tiene un no sé qué novelesco. Aunque Mamíferos que escriben no es un ensayo, sí tiene un no sé qué ensayístico. Aunque Mamíferos que escriben no es crítica literaria, sí tiene un no sé qué crítico. Aunque Mamíferos que escriben no es biográfica…
Mamíferos que escriben podría ser tu/su primer encuentro con lo moyánico. Y sería un buen punto de partida. Después. El imperio de Yegorov, La coartada del diablo y La agenda negra. Por ese orden. Después. Después ya se/te habrá/s hecho adicto/a a Manuel Moyano.