Make México Great Again

Presidente Trump: Si sus recientes declaraciones derivan de una frustración por asuntos de política interna, de sus leyes o de su Congreso, diríjase a ellos, no a los mexicanos.

-Lic. Enrique Peña Nieto.

Presidente de la República Mexicana.

 

Acertado, exacto, claro y decisivo, fue el mensaje que el Presidente Enrique Peña Nieto mandó no solo a los mexicanos sino también al Presidente de E.U.A., Donald J. Trump.

Donald Trump amenazó de movilizar parte de la Guardia Nacional a la frontera con nuestro país, aunque estas amenazas ya habían sido expresadas en discursos anteriores, por primera vez se logró percibir un cierto grado de verdad respecto a sus señalamientos.

Las posturas de los diferentes actores políticos mexicanos no dieron mucho de qué hablar, aunque de forma unánime, desde el senado de la republica hasta los contendientes por la presidencia del país, coincidieron en que, dicho pronunciamiento ofende y atenta con las relaciones diplomáticas que ambos países sostienen.

Lo que realmente sorprendió y encendió la euforia de los mexicanos, fue el mensaje de Peña Nieto. Un mensaje completamente diferente a otros, un mensaje que los mexicanos esperaban desde que Donald Trump ofendió a migrantes hace más de dos años.

¿Quién le dijo al Presidente que se pronunciara?¿Por qué no lo hizo antes? No importa quién o cómo, lo que verdaderamente importa en este momento es que, ese mensaje dejó en claro una postura de enojo, molestia y rechazo, pero sobre todo, ese mensaje fortaleció el sentimiento nacionalista de los mexicanos, logró aumentar la percepción positiva del presidente, y demostró al mundo que en México, no nos rajamos.

Gran parte de la sociedad concuerda al señalar que este mensaje ha sido lo mejor que Peña Nieto ha realizado en los seis años de su mandato, un poco tarde, pero finalmente dejó en claro el sentir de la nación, ahora sí, el presidente hizo su chamba, y la hizo bien.

Guardemos a Peña Nieto en una cajita de Olinalá y preparemos un escenario unificado por el sentir mexicano para que, sin importar quién gane las elecciones, ese ganador sea quien refrende lo que hoy es un hecho: que México no está ni estará dispuesto a manejar su política interior subordinada a cualquier otro gobierno o nación.

Aunque las negociaciones del Tratado de Libre Comercio de América del Norte han servido para negociar, proponer y modificar algunas disposiciones, es importante señalar que, esta negociación es precisamente la herramienta perfecta para manipular nuestra política interior y, uno de los medios que está siendo objeto de ataques es, precisamente el muro fronterizo y el estatus de los migrantes latinoamericanos.

Los señalamientos respecto a una política interior desfragmentada en el país vecino son ciertos, con un presidente republicano y un congreso demócrata, poco se puede hacer respecto a intereses ajenos a este segundo. México pasó por un proceso similar en el año 2000, con la mal llamada Alternancia Política, nuestro país se enfrentaba al engañoso juego del estira y afloja del ejecutivo y el legislativo. La lección más grande de ese momento fue que, incluso, quienes no piensan como nosotros, tienen intereses, y para conseguirlos habría que trabajar juntos.

Gran parte de la sociedad mexicana se encuentra ofendida respecto al trato directo/indirecto de la política norteamericana. Los señalamientos por parte de Donald Trump son fuertes, xenófobos y clasistas. Valdría la pena recordar que los migrantes latinoamericanos y en su parte mexicanos, son quienes tienen de pie a su país. Sin los migrantes, E.U.A puede caer.

Durante su campaña rumbo a la presidencia de aquel país, Trump utilizó un emblema que llamaba a la unión norteamericana en pro del desarrollo económico, social y político. El legendario grito de Make America Great Again unificó ya un sentir nacional. Entonces, ¿Por qué no utilizar la misma estrategia frente a un escenario de odio, rechazo y temor? ¿Por qué no llamar al trabajo colectivo es este momento en donde, al parecer nos desprecian?

Nosotros hagamos de México grande otra vez, hagamos de este país una nación consolidada en la búsqueda de nuestro mejor desarrollo tanto económico, como político y social. Hagamos de nuestro país un lugar de donde salgan los mejores directores de cine, los mejores escritores, los mejores científicos y economistas, hagamos de esta nación un lugar en donde deje de importar el color de piel y lugar de nacimiento.

Nos duele ser tratados como extraños y enemigos por parte de los países vecinos pero, somos nosotros los mexicanos quienes nos odiamos, nos despreciamos. Nuestro reto es demostrar que lejos de vernos como enemigos, somos por fin eso que con gusto presumimos; compadres, camaradas, compas, cuates, hermanos, y carnales.

Hagamos grande a México otra vez, construyamos un mejor futuro, forjemos las bases necesarias, dejemos a un lado el repudio partidista –muy común en tiempos electorales-. Cuando insultan a un mexicano, nos insultan a todos, pero que cuando apuntan sus armas a nuestra gente, a nuestra tierra, a nuestra nación, ahí, y solo ahí será el momento para demostrar que Dios a México, un soldado en cada hijo le dio.