La traducción literaria: traducir es aprender sobre otros paradigmas y sobre nosotros mismos

Traducir es aprender sobre otros paradigmas y sobre nosotros mismos.  Ser competente como traductor literario es una especialidad por sí misma, agrego a esto que ser traductor no es ser interprete.  La traducción literaria es un arte, como a mí me gusta llamarla, que nos permite entrar en y llevar por un momento la piel del otro y que a su vez tiene sus propias ramificaciones, es decir, hay traductores especializados en ciertos períodos de la literatura en países específicos o autores específicos. Para esta entrada hice la pregunta: ¿Qué es la traducción literaria?

Quiero compartir las respuestas de tres traductores quienes nos hablan de lo que piensan es la traducción literaria y de sus inicios en este maravilloso arte de ver a través de los ojos del otro.  Estos trabajadores discretos son quienes nos han presentado a autores de otras tierras, de otras lenguas, de otras formas de ver el mundo y hasta de otro tiempo. Es por ellos que hemos leído a Homero, Virgilio, Dante, Nezahualcoyotl, Macuilxochitzin, Whitman, Pound, Dickinson, Thoreau, Hughes entre tantos y, a la inversa, es por ellos que nos han leído en otros contextos. Las respuestas de Don Cellini, Sandra Kingery y Kaitlyn Hipple a continuación.

En palabras de Don Cellini, poeta, traductor, fotógrafo y profesor emérito en la Universidad de Adrian, en Michigan: “La traducción literaria es el esfuerzo de un traductor de dar voz a la obra literaria de un autor en la lengua del traductor.  En el proceso, el traductor tiene que ser fiel a la intención original del autor y al mismo tiempo recrear en el segundo idioma una obra que se lea como original en esa lengua.

Solo traduzco poesía y principalmente poesía de autores mexicanos. Prefiero enfocarme en poesía porque también soy poeta.  Y como el mundo de habla hispana es tan grade geográficamente, prefiero enfocarme en un solo país.  Para mí, es importante entender el vocabulario, la lengua, los modismos, y la cultura del autor/la autora y es imposible ser experto en todos los países hispanohablantes.

Cuando es posible, prefiero trabajar de manera colaborativa con el autor.  Preparo un borrador y lo comparto con la autora o el autor.  Hacemos cambios y preparo otro borrador hasta que nosotros estemos contentos con la versión final.”

Para Sandra Kingery, profesora de Lycoming College que cuenta con trece traducciones publicadas o de próxima publicación, esto es la traducción literaria: “Para mí, a un nivel más personal, la traducción literaria significa placer y deleite y amor.  Es vivir un texto desde dentro, saboreando las palabras, oyéndolas, palpándolas.  Es entrar dentro de un texto y salir al otro lado con otra versión nueva que es y no es igual al texto original.

Si la literatura es una de las expresiones más profundas de una cultura, la traducción literaria es la manera que esa cultura se comparte con el resto del mundo.  Y yo comencé a traducir por ese simple deseo de comunicación: después de escribir mi disertación doctoral acerca de la literatura de Ana María Moix, quería compartir sus palabras con mi familia que no podían leerlas en español.  Así que comencé a traducir Julia, la primera novela de Moix, y los placeres infinitos del rompecabezas que es la traducción literaria me engancharon y hasta ahora no me han soltado.”

Finalmente Kaitlyn Hipple, estudiante de Lycoming College, nos comparte lo siguiente: “Mi experiencia con la traducción literaria comenzó en la escuela secundaria cuando empecé a estudiar español. Mi profesor era increíble y realmente quería que aprendiéramos y entendiéramos la lengua. Cuando teníamos que leer cuentos, mi proceso mental siempre consistía en traducirlos. Pensaba que era la única manera en que podría entender lo que leía. Y todavía hoy en día, cuando leo en español, tengo que traducirlo. Nunca había estudiado la traducción, ni siquiera conocía la palabra hasta poco antes de comenzar un trabajo por la Dra. Sandy Kingery en la primavera de 2016. Ella enseñó un seminario de la traducción para estudiantes de primer año, y yo era su ayudante y la estudiante “modelo” de la clase. Esa clase me introdujo al mundo de la traducción y me hizo querer ser traductora.”

Con estas reflexiones sobre la traducción literaria, traducir es aprender sobre otros paradigmas y sobre nosotros mismos, me despido. Hasta la próxima.