La sombra de Gadafi

Han pasado casi siete años desde que Muamar Gadafi fue asesinado, no por intereses de los propios libios, sino por ser un obstáculo para Occidente. La caída de Gadafi fue un espectáculo, permítase utilizar esta expresión pues las televisoras explotaron esta situación como un “reality show”. Lo que nos mostraban era a un mandatario quien había sido un verdadero tirano y que, a causa de su deseo de poder, el pueblo libio se había levantado en armas en contra de su dirigente.

No pienso hacer una apología a favor de Gadafi; durante sus 42 años que ostentó el poder, la brutalidad con el que controló a su nación, la represión en contra de su oposición y el atropello a los derechos humanos son cuestiones que aún se le achacan a Muamar Gadafi.

Sin embargo, su muerte fue el peor error que cometió Occidente. En una maniobra impulsada por Francia, Libia se vio enfrascada en un profundo problema social que las armas intentaron solucionar. Gadafi, so pretexto a su régimen, mencionó que Libia, y por lo tanto él, tenían que dejarla en paz. Pues Libia era el tapón de muchos problemas africanos, entre ellos la migración. Sin Gadafi, Libia se ha debilitado y los europeos están pagando por ese error.

Muamar Gadafi tuvo un proyecto que se extendía más allá de los límites de Libia; comprendió que podía buscar la fortaleza africana a través de la unión de cada una de las naciones que componen a este continente.

El ideal de Gadafi no fue una unión como la europea, más bien se trató de crear un único Estado Africano, donde él fuese la cabeza de este mega Estado. Pero resulta que África es un continente con muchas diferencias, no sólo culturales, sino económicas. ¿Cómo poder unificar a tantas naciones y formar un sólo Estado? Lo primero que se tenía que hacer era crear una moneda unificada; y con ello se tenía que dejar de lado el dólar.

Aquí viene otra pregunta: ¿cómo cambiar el dólar, siendo que éste es la moneda más fuerte y predominante a nivel mundial, y reemplazarla por una nueva, una africana? La respuesta no es muy complicada: cambiar la moneda con la que se cotiza el petróleo.

La moneda de cualquier nación está respaldada por una cantidad de oro. Sin este metal precioso, la moneda quedaría sin valor alguno. Pero cuando el petróleo comenzó a dominar el mercado mundial, los Estados Unidos impusieron el petrodolár, con lo cual su divisa se vio respaldada ya no sólo por su oro, sino por el petróleo a nivel mundial. De aquí que los barriles de “oro negro” se coticen en dólares y no en las monedas de los respectivos productores.

La alianza con Arabia Saudita, Kuwait, etc., además del control de otros yacimientos petroleros en Medio Oriente a través de las guerras, han permitido la conservación del petrodólar. Pero Muamar Gadafi vio el riesgo que esto representaba. Por ello, necesitaba crear una moneda unificada a través del dinar de oro. Tras la crisis del 2008, la incertidumbre económica impulsó al oro a recuperar su valor, y con ello naciones como China, Libia, entre otras naciones de Medio Oriente, tomaron la medida de volver al patrón oro, dejando de lado el patrón del petrodólar. Esto representó un gran peligro para la estabilidad económica de Estados Unidos y, por ende, de sus aliados de la OTAN.

En el año del 2011, Muamar Gadafi fue asesinado en Sirte, Libia. Las imágenes siguen siendo desastrosas; el “rey de los africanos”, como se le conocía a Gadafi, fue arrastrado por las calles de su amada ciudad natal. Despojado de toda dignidad.

Pero su sombra aún perdura, y no sólo en Libia o Europa, quienes lamentan el error que cometieron al quitar del trono a un hombre que, a pesar de su tiranía, sirvió para contener los problemas del norte de África, sino que ahora China está recuperando aquel sueño que parecía desvanecerse o quedar en el olvido.

China, en medio de la guerra comercial que está iniciando con Estados Unidos bajo la era Trump, no quitó el dedo del renglón a la posibilidad de sustituir el dólar como moneda predominante. Aunque también intentó seguir con el patrón oro con sus yuanes-oro, ha optado por crear, juntamente con Rusia, el BRICS con la finalidad de servir como bloque económico en oposición al estadounidense. Pero para ello necesita un respaldo que sigue dominando: el petróleo.

Parte de esta guerra comercial se ha intensificado como consecuencia del gran almacenaje de crudo por parte de Estados Unidos, a lo que China ha respondido intensificado la extracción del “oro negro” en su territorio. Ahora, ¿qué hacer con tanto petróleo extraído del subsuelo chino? Vender el barril en dólar sería contraproducente para su economía. La opción es comercializar el crudo a partir del yuán; crear el petroyuán. ¿Qué deparará a la economía mundial en caso de que este sueño, nacido en Libia y ahora promovido por Rusia y China, se haga realidad?

La moneda está en el aire, y la sombra de Gadafi aún ronda por la memoria de aquellos en quien sigue inspirando admiración o temor.