«La representación de las mujeres en las novelas de Margaret Atwood» por Diego Díaz

El siguiente trabajo tiene como objetivo analizar algunas obras de Margaret Atwood para analizar la situación de la mujer en la sociedad actual. El presente intenta reflexionar acerca de los patrones patriarcales y del sometimiento femenino a través de diferentes instrumentos de dominación impuestos en varios aspectos de la cotidianidad por los hombres.

Para hablar acerca de la obra de Margaret Atwood es importante tener en cuenta algunos conceptos del feminismo, ya que éstos a su vez ayudan a comprender de mejor manera aquello de lo que se habla y al mismo tiempo contextualizar las obras literarias. Por lo cual, se tendrán en cuenta algunos conceptos de Judith Butler, María Galindo, Ochy Curiel, Adrienne Rich, entre algunas más.

Los objetivos que se plantean para este texto son: ¿Cómo son representados los personajes femeninos en las obras seleccionadas? ¿Cuál es la relación de los sucesos narrados con la realidad de las mujeres?  ¿Cómo se representan los patrones patriarcales en las novelas seleccionadas?

Las novelas seleccionadas para este trabajo son: “El cuento de la criada”, “Nada se acaba” y “Alias Grace”. Se seleccionaron estas obras porque tienen personajes femeninos que juegan un papel protagónico, asimismo, se pueden observar distintos roles de género que desempeñan y sirven como representación de la realidad actual. Se buscó entonces, que dentro de las novelas hubiese temas que se relacionaran con la realidad de las mujeres como: la libertad, el trabajo, el cuerpo, la violencia y la sexualidad.

La importancia de este trabajo radica en comprender, reflexionar, criticar así como mostrar los roles que juegan las mujeres en la actualidad, ya que por medio de algunos textos, se pretende problematizar lo que sucede en el entorno directo en el que viven. Y es que la literatura en muchas ocasiones se convierte en un instrumento de representación social y política, ya que se alimenta de las diferentes problemáticas y escenarios de la vida en sociedad, en este caso, las luchas sociales que ha tenido la mujer a lo largo del tiempo para combatir la desigualdad y reivindicar sus derechos.

Al ser un trabajo que habla acerca de la mujer, no se puede dejar fuera la interseccionalidad, ya que, en muchos casos, si bien se hace referencia a la mujer blanca, por medio del análisis, se puede obtener un panorama general acerca de la condición de las mujeres no blancas que pasan por las mismas situaciones que describe la autora.

Algunas investigaciones que se tomaron en cuenta fueron los realizados por Pila Iñigo, en su trabajo “Ser testigo es necesario” donde analiza algunas obras de Margaret Atwood desde un punto de vista político– literario que ayuda a contextualizar algunas cuestiones sociales que involucran a la mujer.

Otra propuesta es la realizada por Cristina Pérez con su trabajo “Lecturas y reescrituras: La metaficción revisionista de Margaret Atwood” en la cual propone analizar a los personajes femenino desde el signo y la alteridad en las obras de mencionada autora. Por último, otro trabajo que se tomó en cuenta fue el de Graciela Martínez – Zalce (2016) “Las escrituras del yo en la obra de Margarete Atwood” se aborda el tema de la literatura feminista desde las posturas de la autora canadiense a través de algunos de sus personajes, se habla acerca de los rasgos de resistencia en contra del silencio impuesto por los hombres, además, se reflexiona acerca de la individualidad de las mujeres, su sexualidad y la independencia del yo como contraposición del panorama social hegemónico.

Hay que tener en cuenta que la vida de la mujer a lo largo del tiempo se ha visto marcada por diferentes luchas ya que ha tenido que vivir y resistir dentro de un entorno machista, desigual y patriarcal donde ha tenido que buscar y reivindicar su existencia, así como sus derechos. Estas desigualdades se ven reflejadas en muchos aspectos de la vida diaria, si bien las mujeres han luchado por el espacio que les corresponde en un mundo hecho por y para los hombres, es evidente que hoy en día su lucha sigue, ya que a pesar de haber obtenido ciertos derechos, aún quedan varios aspectos por resolver.

La problemática se puede apreciar también en otros aspectos de la vida cotidiana como por ejemplo en el número de mujeres desaparecidas, la trata de blancas, la violencia normalizada en contra de las mujeres, los feminicidios, las desigualdades salariales, entre otros.

En este mundo machista, las mujeres han tenido que vivir su vida a través de los diferentes sistemas de dominio que el hombre ha impuesto en la realidad, respecto a esto, Nuria Varela (2008) dice que: “El mundo se define en masculino y el hombre se atribuye la representación de la humanidad entera.” (p.144) Lo cual lleva a que muchos de los conceptos que se tienen de la historia, la sociedad, así como el lenguaje se han formado a partir de visión del hombre.

Varios de estos conceptos ya mencionados, así como el género, el sexo, lo femenino y en general la diferenciación entre hombres y mujeres ha sido una cuestión impuesta por los intereses de la supremacía masculina, por tanto, las diferencias físicas han sido utilizadas para dividir la realidad y comprender al mundo desde la visión del hombre, dice Berger (2008) que “la realidad se construye socialmente” (p.11), por esta razón, se tiene que analizar ¿Cuántas de las ideas que se tienen no provienen del hombre? ¿Cómo es que los hombres han ido arraigando en la sociedad esas ideas? ¿Cuánta validez pueden tener éstas sin tomar en cuenta a la mujer?

Por otro lado, Butler considera que el sexo y el género no son algo natural, sino que son construcciones sociales, por tanto ella propone replantear la idea del sujeto, ya que muchas de las cosas que lo definen, fueron creadas por estructuras de poder y no por la persona misma. Para ella, “las personas son reguladas por el género y este tipo de reglamentación funciona como una condición de inteligilibilidad cultural para cualquier persona (p.83), por tanto, de aquí es que surgen muchas de las problemáticas de la sociedad.

Bajo esta mirada, la mujer es la culpable de muchas de las cosas que le pasan, un ejemplo de esto se ve en la ideas que se tiene de manera colectiva cuando una mujer es violada o violentada, ya que es normal que se digan cosas como que es su culpa porque vestía de manera provocativa o iba borracha, o bien, ¿qué tenía que estar haciendo tan tarde sola? Esto no son más que pretextos para legitimar la violencia hacia las mujeres.

Las diversas instituciones, el capitalismo, el lenguaje, los medios de comunicación y los roles sociales en general nos han convencido que la heterosexualidad es algo “natural” y con esta idea se ha sometido durante varias generaciones a las mujeres y en general a cualquiera que no sea heterosexual.

Pensadoras como Ochy Curiel hablan acerca de otras tendencias no heterosexuales como modo de rebeldía y rechazo al sistema establecido. Al inicio no fue fácil establecerse como un movimiento independiente fuerte, pero durante los años 80 y 90, el lesbianismo feminista se fortaleció en varios países de América Latina, llegando a influenciar a feministas de otras regiones del mundo gracias a su discurso transgresor, el cual defiende tres puntos fundamentales: el primero, salir de la dependencia sexual impuesta por la sociedad heterosexual para crear relaciones de mutualidad e igualdad entre mujeres. El segundo es lograr formas alternativas de sociedad en la que las distinciones sociales o sexuales dejen de ser vistas como algo negativo. Y el tercero es hacer que la sexualidad y el cuerpo se conviertan en algo público y dejar de ver el lesbianismo como algo meramente sexual sino como una posición política alternativa.

Dentro de la imposición del patriarcado, se ha pensado en cuáles deberían ser las funciones a desarrollar por parte de la mujer, se les ha impuesto que tienen que ser esposas,  buena madres, permanecer en el hogar, cuidar a los hijos, entre muchos aspectos más. Estos roles han sido apoyados y reafirmados por el capitalismo que es una de las instituciones que ha sido cómplice del patriarcado, comenta Rich (1980) que “el sexo en el matrimonio, la maternidad y la crianza de niños y niñas, han reflejado los dictados del mercado y el rol que el capitalismo ha necesitado que jueguen las mujeres en la producción y/o la reproducción.” (p.7)

Por otro lado, al ser un trabajo que hable acerca de la mujer es indispensable tener en cuenta los aportes que ha realizado Ochy Curiel (2007) respecto a los estudios de género, por lo tanto, se toma en cuenta sus conceptos acerca de la interseccionalidad y la mujer, en referencia a esto comenta que: “las mujeres negras han  hecho aportes significativos relacionando categorías como la raza, el sexo, el género demostrando cómo el patriarcado tiene efectos diferentes en las mujeres cuando estas categorías les atraviesan.” (p.2)

Por tanto, abordar este tipo de trabajo desde una visión interseccional permite analizar de manera precisa el concepto de mujer para comprenderlo de mejor manera, Mara Viveros (2016) argumenta que: “los análisis interseccionales ponen en manifiesto dos asuntos: en primer lugar, la multiplicidad de experiencias se sexismo vividas por distintas mujeres, y en segundo lugar, la existencia de posiciones sociales que no padecen ni la marginación ni la discriminación, porque encarnan la norma misma, como la masculinidad, la heternormatividad” (p.8)

Respecto a la literatura y su relación con  la representación de la sociedad Ramos Rosado dice que “La literatura responde, hasta cierto punto, a la reproducción crítica de la realidad y traduce imágenes que explican las relaciones históricas y sociales existentes en un contexto particular dado” (p.20) Así pues, según Goldmann la literatura permite entonces mostrar la realidad al ser considera como producto de la sociedad.

Selección de obras

Las obras seleccionadas como ya se mencionó tenían que cumplir con ciertos requisitos, algunos de ellos es que tuvieran como protagonistas mujeres, rasgos patriarcales y resistencia por parte de las mujeres,  a continuación, se describe de manera breve cada una de las obras.

Alias Grace: La novela está situada en el siglo XIX, narra la historia de Grace Marks quien trabaja como sirvienta en la casa de un gobernante importante. Grace fue acusada de asesinato a sangre fría. La historia oscila entre la verdad de Grace y la historia del asesinato, ella no recuerda nada. A lo largo de la obra, se cuenta la vida de la protagonista, se habla de su infancia, de los abusos que recibió por parte de su padre, asimismo, se narra cómo comenzó a trabajar como sirvienta en la casa donde ocurrió el asesinato. En varias ocasiones se duda de la verdad de la protagonista, se deja ver que es culpable, aunque no haya alguna prueba rotunda que afirme esto, además, se observan rasgos patriarcales que tienen que ver con la vestimenta impuesta a las mujeres.

El cuento de la criada: Es una distopía que representa una sociedad conservadora en la cual la mujer es sometida a diferentes abusos que son legitimados a través de una normatividad que tiene como base la religión y el puritanismo. El sometimiento de la mujer se puede apreciar a través de varias restricciones en las actividades cotidianas, así como en su forma de vestir, la normalización de la violencia, la restricción de los espacios que pueden ocupar, el acceso de su cuerpo y en la toma de decisiones respecto a ser madre y su vida en general, limitándolas únicamente a tener roles bien definidos bajo la tutela del hombre. En varios fragmentos de la novela hace pensar si en realidad lo que se está leyendo es ficción o es una copia de la realidad. La resistencia se aprecia en el personaje de June cuando intenta escapar, en sus pensamientos y cuando no sigue el protocolo establecido.

Nada se acaba: La protagonista Elizabeth rompe con los paradigmas establecidos del rol de la mujer. Es independiente, tenaz, decidida, firme y con convicciones. También muestra otros estereotipos de la mujer contemporánea, así como se puede apreciar la visión de la mujer nacida a inicios del siglo XX. En esta novela se encuentran varias nociones de resistencia y crítica ante el patriarcado a través de sus personajes. Muestra a una mujer abierta que es capaz de llevar la batuta en su casa donde el hombre en muchos casos es un estorbo. 

Análisis de las obras

Novela: Alias Grace

A continuación se analizan algunos fragmentos acerca del rol de género, el acceso a la educación por parte de la mujer y la violencia estandarizada en la sociedad a través de la obra de Alias Grace.

El siguiente fragmento sirve para ejemplificar, la desigualdad en el acceso a la educación que la mujer tiene que vivir desde hace tiempo pero que sigue vigente en la actualidad, hay que tener en cuenta que uno de los grupos más afectado respecto al alfabetismo son las mujeres, esto debido a que en muchos casos son los que pueden y deben salir de casa, en cambio las mujeres tienen que educar a los hijos, encargarse de la casa y ser ignorantes para que no representen ningún riesgo para los hombres.

“Muchas cosas son mentira. Decían en el periódico que yo era analfabeta, pero ya entonces sabía leer un poco (…). También decían cosas que eran verdad. Decían que yo tenía buena reputación y era cierto, pues nadie se había aprovechado jamás de mí aunque lo habían intentado.” (p.37)

La impotencia de la mujer al no poder hacer mucho frente a los hombre, se ve reflejado en el acceso a su cuerpo, ya que de manera sistemática se legítima que los hombres, aprovechando su posición, puedan tocar sin consentimiento a la mujeres. Esto también se puede trasladar a otros casos, por ejemplo, cuando la mujer está dormida o ebria pareciera que el hombre tiene derecho de tocarla sin tener un claro consentimiento por parte de la mujer, pareciera que es difícil para el hombre comprender que la mujer decide cuando alguien la puede tocar.

“Estate quieta, he venido para examinar tu configuración cerebral y primero te mediré los latidos del corazón y la respiración, pero yo sabía lo que se proponía. Quítame la mano de la teta, hijo de puta asqueroso, habría dicho Mary Whitney, pero lo único que yo pude decir fue: oh, no, oh, no.” (p. 45)

Por otra parte, dentro de la obra, se encuentran ciertos fragmentos que hacen pensar en resistencia, esperanza y hartazgo respecto a lo impuesto por el sistema patriarcal, en este apartado, se pueden revisar la distinción de clases entre mujeres, se habla de una mujer negra  esclava quien trabaja en tareas domésticas y que se encuentra con otras mujeres que más allá de su raza, tienen algo en común: terminar con los hombres abusivos. Además mediante este ejemplo, se puede apreciar que el sistema patriarcal está tan arraigado que afecta de distintas maneras a las mujeres sin importar color, posición social y tendencia sexual.

“Ayudo a la lavandera de la casa, la vieja Clarrie, que es medio negra y era esclava en otro tiempo, antes de que aquí abolieran la esclavitud. No me tiene miedo, no le importa estar conmigo ni lo que yo haya hecho, aunque haya matado a un caballero; asiente con la cabeza como diciendo: uno menos.” (p.78)

Por último, se ejemplifica la falta de oportunidades y reconocimiento hacia la mujer, hay que recordar que durante mucho tiempo las mujeres no podían escribir, ir a la escuela, ni participar en la vida política y social. Por mucho tiempo, al momento de publicar, utilizaban algún seudónimo o bien, alguien más lo publicaba por ellas, por tanto, este fragmento refleja un acto de rebeldía ante las restricciones patriarcales:

“Le pregunté que qué quería decir con eso de las ofertas literarias y él me contestó que las chicas escribían cuentos y poemas que se publicaban en la revista, y le pregunté: ¿firmados por ellas? Me contestó que sí y yo comenté que era un atrevimiento y pregunté si con eso no asustaban a los chicos (…)” (p.82)

Interpretación general de la obra: Se muestran varios patrones que hacen referencia a cuestiones patriarcales, como la violencia, la vestimenta impuesta a las mujeres y concepciones como que la mujer es débil. Por otra parte, la actividades tradicionales establecidas que realizan marcan la división entre hombres y mujeres, asimismo, en varias ocasiones las mujeres son señaladas como las culpables de todo lo malo que acontece.

Novela: El cuento de la criada.

Algunos fragmentos de la opresión del sistema patriarcal se ven descritos en los siguientes fragmentos de la obra El cuento de la criada. El primer párrafo describe una situación que es común en una sociedad occidental, el asesinato de mujeres, el cual en muchas ocasiones no importa ya que como no es alguien conocido o no soy yo, o no es un hombre, no pasa nada.

“Por supuesto, en los periódicos aparecían noticias: cadáveres en las zanjas o en el bosque, mujeres asesinadas a palos o mutiladas, mancilladas, solían decir; pero eran noticias sobre otras mujeres, y los hombres que hacían semejantes cosas eran otros hombres” (p.94)

Este fragmento de la obra hace pensar en los muchos casos que hay de violación individual o colectiva, donde en lugar de centrar la atención en el acto y en los actores principales se culpabiliza a la mujer. Esta duda entorno a la mujer viene de mucho tiempo atrás y se sostiene mediante las autoridades que comprenden un Estado, un ejemplo de esto se puede ver en los casos de “La Manada” en España, donde se puso en tela de juicios si la mujer había o no disfrutado del acto sexual, incluso se llegó a pensar si hubo o no consentimiento, por lo tanto, en muchas ocasiones, es más fácil sospechar y culpar a la mujer:

“Le toca el turno a Janine, que cuenta que a los 14 años fue violada por una pandilla y tuvo un aborto (…) Pero ¿de quién fue la culpa?, pregunta tía Helena (…) La culpa es suya, suya, suya, cantamos al unísono. ¿Quién los provocó? (…) Fue ella, ella, ella.” (p. 113)

Otros apartados de la obra tienen que ver con la resistencia ante el olvido de las mujeres en la sociedad, la mayoría de ellos vienen de la protagonista. El fragmento presentado a continuación refleja la legitimación de la violencia, en este caso de la violación, y como la mujer tiene que sufrir y resistir a estas situaciones diariamente, hace pensar en cuántos casos no existen de mujeres violadas al salir a su trabajo, al ir a la escuela o bien, dentro de la misma familia, sin embargo, todo esto se silencia y no pasa nada.

“Detrás de mí, junto a la cabecera de la cama está Serena Joy, preparada. Permanece con las piernas abiertas y entre éstas me encuentro yo (…). El comandante está follando. Lo que está follando es la parte inferior de mi cuerpo. No digo haciendo el amor porque no se trata de eso (…) Serena Joy aprieta las manos como si fuera a ella –y no a mí- a quien están follando (…). Cuando llega el final, el Comandante deja escapar un gemido sofocado, como si sintiera alivio. Serena Joy, que ha estado conteniendo la respiración, suspira.” (Pp. 139- 141)

En un acto de rebeldía, la protagonista minimiza la función de los hombres, es una manera de empoderar y recuperar el lugar que le corresponde a las mujeres, es también una crítica a la virilidad de los hombres que por lo regular alardean de lo buenos que son en la cama.

“De todos modos, para qué lo quiero, no quiero a ningún hombre a mi lado, no sirven para nada, excepto por los diez segundos que emplean en hacer medio bebé. Un hombre es, sencillamente, el instrumento de una mujer para hacer otras mujeres (…)” (p. 175)

Interpretación general de la obra: la historia se desarrolla dentro de una sociedad conservadora en la cual la mujer es sometida a diferentes abusos que son legitimados a través de una normatividad que tiene como base la religión y el puritanismo. El sometimiento de la mujer se puede apreciar a través de varias restricciones en las actividades cotidianas tales  como su forma de vestir, los espacios que pueden ocupar, el acceso a su cuerpo y la toma de decisiones respecto a ser madre y su vida en general, limitándolas a los roles de sometimiento patriarcal.

La resistencia se aprecia en el personaje de June cuando intenta escapar, en sus pensamientos y cuando no sigue el protocolo establecido. La protagonista representa el esquema de ruptura entre lo impuesto por el patriarcado y la lucha de las mujeres, ya que por medio de diferentes actos, muestra que lo establecido puede ser cuestionado, derrocado y cambiado. Su postura personal se convierte en política en el momento en el que está en desacuerdo por estar sometida al comandante Waterford, y su esposa Serena por el hecho de ser fértil.  Se ve a una protagonista valiente y dura al tener que aguantar el ser violada maltratada y humillada sistemáticamente. Su vida, entonces, es una representación de muchas de las opresiones y desigualdades con las que vive la mujer hoy en día.

Novela: Nada se acaba.

Similar a las dos novelas anteriores, en Nada se acaba la escritora hace visible el sometimiento de la mujer así como la resistencia y el desapego de los patrones patriarcales por parte de las protagonistas, a continuación se dejan algunos fragmentos del primer punto mencionado:

En este ejemplo, la protagonista Elizabeth, habla acerca de su tía Muriel y de las condiciones de su vida, se habla entonces de una mujer de inicios del sigo XX quien tenía que cumplir con el rol impuesto por su padre o algún hombre, por lo cual, no pudo estudiar por tener que cumplir el rol impuesto por el patriarcado:

“La tía Muriel se malogró en la juventud. Tenía un padre dominante que la frustró y no la dejó ir a la universidad porque eso era cosa de hombres la obligó a bordar. (p.152)

Respecto al desapego de la figura masculina y el sometimiento, Elizabeth, siempre estuvo inconforme al sentir que algún hombre la controlara o la sometiera, además se ve reflejado el acoso de los hombres hacia las mujeres que está legitimado en la sociedad.

“La arrinconaba contra la puerta y la rodeaba con los brazos, cuando intentaba apartarlo, sus hombros eran como una mole, apretaba la cara contra la suya, la fuerza de gravedad. Se apoyaba contra ella. Aún no te dejaré marchar. Ella detesta que alguien la domine” (p.31) Elizabeth.

El siguiente ejemplo, hace pensar en el machismo que se vive en casa y que después se ve reflejado en muchos aspectos de la sociedad como normales. Los hombres insultan a la mujer, comenzando por el marido, se burlan de ella y la hacen menos.

“Su madre se levantó para ir al cuarto de las niñas, dijo, y tropezó con el pie de su padre. Le había puesto la zancadilla a propósito, era un bromista. “La mujer más guapa del mundo” dijo riéndose y ayudándola a levantarse (…). Elizabeth puede ver con solo cerrar los ojos. Le dio un beso en la mejilla y él guiñó un ojo; los otros hombres se rieron. La madre de Elizabeth se echó a llorar y sus manos finas cubrieron su rostro de porcelana. – Eres una mierda- le dijo Elizabeth a su padre- Los otros hombres aún se rieron más. (p.191)

Al final del párrafo, aparece la figura de Elizabeth para decirle a su padre lo idiota que es, él sigue riendo con sus amigos.

Por otro lado, la independencia de la mujer y su lucha se pueden ver reflejados en los siguientes fragmentos, en este apartado Elizabeth se ejemplifica la dependencia económica y emocional que tiene su expareja con ella, lo cual rompe con el paradigma y la imagen de la mujer, si vamos un poco más allá, ¿Cuántas casas no son mantenidas por las mujeres? Sin embargo, en muchos casos el hombre se sigue quedando con todo el crédito.

“¿Me puedes prestar un billete de cinco? – pregunta Net- Te lo devolveré el lunes. Ella le da el dinero, que tenía preparado en la mano. Siempre es un billete de cinco. A veces se los devuelve; y si no lo hace es porque se olvida.” (p.95)

En referencia al cuerpo, en Elizabeth se aprecia a una protagonista libre, segura de su sexualidad, es pensar en su cuerpo como independiente y capaz de hacer lo que ella quiera con él.

“Elizabeth está en la bañera. Antes se bañaba por placer, ahora se baña por la misma razón por la que come. Está manteniendo el cuerpo, como se mantiene un coche limpio, con las partes móviles bien cuidadas, para cuando llegue el momento de volver a utilizarlo.”(p.108)

Respecto a la dependencia emocional y económica, Elizabet es un gran contraste respecto a su madre. Se muestra más segura y “tirada para adelante”, no necesitan un hombre para seguir adelante, aunque a su madre le cueste creerlo. Esto hace pensar en muchas de las situaciones de la vida diaria donde el hombre se desentiende de lo que le corresponde y deja a la mujer, lo cual hace pensar que no podría hacerlo por ella misma, sin embargo, es una falacia que se ha ido arraigando en la sociedad y que al mismo tiempo se le da poco reconocimiento a la mujer, por otro lado, también muestra que las mujeres son lo autosuficientes y que los hombres en muchas ocasiones sirven para nada:

A diferencia de su madre, que se pasó dos días llorando en la silla de flores junto a la ventana cuando desapareció su padre ¿Qué voy hacer ahora? Se preguntaba (…).

(…) Elizabeth no había llorado ni trepado. Contó las monedas que había ahorrado, las que le habían deslizado el tío Teddy (…). Fue a la tienda de comestible que había a unas manzanas de su casa, compró un poco de pan y queso y volvió cargada de la bolsas de papel. (…) Come – le dijo a su madre, furiosa con ella y con su hermana. ¡Come y deja de llorar! (p.174)

Por último, otro ejemplo de la dependencia de la mujer se puede ver reflejado en el siguiente texto que habla de Elizabeth, esto también se encarga de mostrar a una mujer profesionista, estudiada, trabajadora que no necesita de una figura masculina, ella es capaz de mantenerse a sí misma y a sus hijos.

“Tiene determinación. Tiene dinero en el banco, no mucho, pero suficiente, no depende de nadie. Se puede mantener a sí misma” (p.178)

Interpretación general de la obra: La protagonista Elizabeth rompe con los paradigmas establecidos del rol de la mujer, ya que es independiente, tenaz, decidida, firme y con convicciones. Sin embargo, mediante los personajes de su tía y su madre es que se muestran otros estereotipos de la mujer contemporánea, los cuales tienen que ver con la dependencia emocional y económica hacia los hombres, el soportar humillaciones dentro de las relaciones de pareja, se muestra a una mujer sumisa y dependiente de lo que diga el hombre, es decir, se muestran dos mujeres diferentes. Se tienen que tener en cuenta, que, quizás, esta ruptura tiene que ver con que una es nacida en tiempo reciente y las otras no, la protagonista intenta cambiar los paradigmas establecidos, y las otras mujeres, más bien refuerzan todo aquello impuesto por el patriarcado. Entonces, puede ser una cuestión de educación, de imposición de las ideas y de liberación respecto a lo establecido por los hombres.

En esta novela se encuentran varias formas de resistencia y crítica ante el patriarcado a través de su protagonista,  ya que se muestra a una mujer abierta que es capaz de llevar la batuta en su casa donde el hombre en muchos casos es un estorbo.

Conclusiones

Por medio del análisis de los fragmentos literarios seleccionados se puede concluir que el rol de la mujer en las novelas es similar al que se tienen en la realidad, es decir, muestra a una mujer que lucha por sobrevivir en una sociedad de hombres donde en muchas ocasiones su configuración se hace por medio de ellos, se le violenta y se decide sobre ella. Además, se reflejan varios comportamientos que se ven a diario, como es la poca inclusión de las mujeres en la vida social, las desigualdades en el trato, trabajo y educación. Se muestra la violencia estandarizada y normalizada en contra de la mujer en diferentes aspectos de la vida diaria.

Las mujeres representadas en las obras de Margaret Atwood son heterosexuales y homosexuales, son blancas, negras y en menor medida morenas, son de clase baja, en su mayoría media y alta, son norteamericanas, aunque en varios casos muestran situaciones que pueden representar la vida en sociedad de muchos lugares de occidente. Por tanto, estos ejemplos expuestos en las obras permite analizar las situaciones reales que viven las mujeres en la actualidad, además, la importancia de las obras se encuentra en ser una herramienta de protesta contra el patriarcado, el cual es un sistema que afecta a todas de diferente manera, oprime de diferente manera de acuerdo a la raza, el extracto social al que se pertenezca y a la orientación sexual que se tenga.

En las diferentes novelas se muestran símbolos de resistencia femenina que se representan por medio de sus personajes, como la independencia económica, la resistencia al abuso de los hombres física y psicológica, así como a la crítica a lo establecido por el hombre.

Si se piensa en la propuesta de Butler en referencia a lo estudiado en las novelas, así como en el contexto en el que se vive en la actualidad, es indispensable comenzar a erradicar ideas que tengan que ver con el binomio hombre- mujer, y con la diferenciación de géneros. Si se logran alterar estas ideas en el colectivo social se podría llegar a una sociedad justa.

Si se sigue de la misma manera y no se hace un cambio radical respecto a la legitimar los abusos en contra de la mujer, problemas como la trata de blancas, la desigualdad de salarios, la falta de reconocimiento social entre varios aspectos más, la sociedad estará condenando a la mujer a vivir de la misma manera, violentada y sometida.

Si se piensa en las novelas y revisamos la historia de la sociedad nos podemos dar cuenta que a pesar de que han pasado varios siglos, el rol de le mujer no ha cambiado ya que no se ha derrocado al sistema patriarcal. Si bien han existido ciertos logros, aún queda mucho por derribar de las ideas establecidas por el hombre, lo cual, correspondería a diferentes miembros de la sociedad, no sólo a las mujeres. La lucha no debe ser únicamente de las mujeres, ya que el sistema patriarcal afecta a todos.


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