La fórmula secreta o Coca Cola en la sangre

Tenía Adán esa sangre envenenada, mestiza

José Revueltas. El luto humano.

Hablar del escritor Juan Rulfo es hablar de México, de su gente y de su identidad. Es hablar, también, de una escritura comprometida. José Revueltas clasificaba a los escritores en dos bandos: escritores de cocteles y escritores de compromiso. Esto lo justificaba diciendo que los escritores de cocteles son los que escriben solo por gusto o vanidad. En cambio los escritores de compromiso escriben porque tienen algo que aportar a su país por medio de la crítica o la exaltación.

La literatura de Rulfo es un retrato de lo agreste en México, sus espacios están plagados de soledad y olvido. La crítica en la obra de Rulfo no es intencionada, fluye natural como algo inevitable en lo mexicano. No es extensa la obra de este gran escritor, sin embargo es tal vez justo lo que debió de escribir.

Juan Rulfo ha sido de los pocos autores con casi toda su obra llevada al cine, pues la mayor parte de sus cuentos de El llano en llamas, su novela Pedro Páramo y el guion El gallo de oro han sido adaptados al cine. Además de estas adaptaciones, se encuentra un mediometraje fundamentado en dos poemas del escritor. La fórmula secreta o Coca Cola en la sangre (1964)  es un filme dirigido por Rubén Gámez, basado en un argumento de Juan Rulfo. Este mediometraje es una obra magistral dentro del cine surrealista mexicano, aunque lamentablemente no es muy conocida. El mediometraje experimental empieza con la transfusión de Coca Cola en la sangre de un mexicano. Con esta impactante imagen es que se vislumbra una obra crítica y sagaz.

A partir de la transfusión de Coca Cola comienza la historia en la cual no hay un argumento lineal, todo transcurre por medio de imágenes transpuestas unas sobre otras. El tratamiento de la fotografía es de un color entre sepia y blanco y negro que nos puede sugerir que estamos dentro de una filmación onírica, quizás por el envenenamiento de la sangre inicial.

En este tipo de ensayo poético visual aparecen tantas imágenes que nos llevan a diversas interpretaciones, girando todas alrededor del mexicano. Tenemos a un hombre que es cosificado al ser cargado como un costal. Un hombre aparece en escena enfrentando a la cámara, como un juego en el que enfrenta al espectador. En otra escena aparece un hot dog siendo preparado y acto seguido la salchicha que lo compone crece deliberadamente y comienza a andar por distintos escenarios, marcando contrastes a su paso, por ejemplo al pasar sobre los pies de un indio en huaraches.

Los contrastes entre Norteamérica, Euro centro y México son muy evidentes, aludiendo a la colonización. Imágenes de marcas norteamericanas o libros de occidente, nos muestran el choque de cultura del mestizaje. También están presentes las figuras del hombre y la mujer como contrarios, esto se puede ver en una escena en verdad muy desgarradora: un hombre descalzo asesina a una vaca con el rostro de frente a la cámara, a su vez que aparecen imágenes de una mujer y un hombre en un acto previo al sexual, acá pudiéramos interpretar que la mujer es dadora de vida (leche) como la vaca y aun así es vejada.

El mediometraje también habla de la religión de una manera crítica. Aparecen en escena unos niños en un carrusel, alrededor de ellos se encuentran varios sacerdotes observándolos. Así transcurren varias imágenes intercaladas, para al final terminar en la masiva muerte de los sacerdotes. Estas imágenes nos llevan a la interpretación de que en el filme se estaba hablando de la pederastia dentro de la iglesia.

En esta obra, que dura alrededor de 40 minutos, también encontramos el tema de la política. Primero aparecen unos hombres (burocracia) en el mar que salen a morder una parte de una salchicha gigante, después aparece una escena en la que un charro laza a una vaca y después aparece en la calle lazando a un hombre. El charro aparece debido al concepto de “Charrismo” que es la concepción que se le dio al sindicato y al aparato gubernamental en México.

Lo que llama la atención de este filme es que la crítica que se realiza no es hacia el sistema, sino hacia quienes subyacen en él. Es una crítica certera hacia el mexicano “dejado”, el que permite ser oprimido y que se niega a sí mismo al querer ser blanqueado con la cultura colonizadora.

La película transcurre con música de Vivaldi e Igor Stravinski como leitmotiv. Además, aparece la voz narrativa del poeta Jaime Sabines recitando los dos poemas de Juan Rulfo sobre los cuales está basado el filme. Los poemas van acorde a las imágenes y hablan de hambre, pobreza y miseria. Hablan del mexicano y la marginación propia, marginación que ni en la muerte encontrará consuelo. La fórmula secreta es una cinta cruda, dura e incluso perturbadora, pero llena de imágenes poéticas, acompañadas de dos poemas magistrales que solo se dedicaran a hacer más evidentes las imágenes visuales.