La extraña curación de Marta

La extraña curación de Marta, como toda obra coescrita, tiene el sabor de lo plural. El esfuerzo ha sido mayúsculo. Una vez acabada la novela, hablé con María Del Mar. Necesitábamos un retrato. El retrato de los tres protagonistas.

Raquel se parece a Marilyn. Se tiñe de castaño. No le gusta parecerse a ella. Nacho es igual que Arthur Miller, pero el parecido no le incomoda y por eso lleva la misma montura de gafas. Alejo se reconoce en George Barris, el fotógrafo preferido de Marilyn.

Luego hablé con Diego Medrano. Leyó la novela y nos escribió el prólogo. «Sorprende la intensidad sentimental, el cosmos o lluvia menuda de confusión, el clima (donde Maurois situaba el origen de la nueva narrativa) junto a una economía del lenguaje ensamblada en frases como cuchillas, siempre con el peligro al cabo de la página».

Esta novela pretende dar una vuelta de tuerca más. Y lo pretende de forma espontánea. No se ha buscado. Ha surgido. Nosotros fuimos los primeros sorprendidos. Si la Literatura es el encuentro con lo inesperado, La extraña curación de Marta es Literatura.

Acierta Medrano cuando dice: «El éxito del texto es su propio espejo: ellos mismos, protagonistas, en su azogue, con el lector interpelado como pelele, al sesgo, en el debate hasta las heces que ellos plantean consigo mismos». Y nos halaga cuando afirma que «Es un texto radical, sin concesiones, donde lo íntimo narra lo tantas veces oculto».

Muchos me preguntan: ¿Cómo lo hacéis? ¿Cómo coescribís? Porque Mercedes y yo no nos conocemos, nunca nos hemos visto. Y tampoco nos pasamos la vida cambiando impresiones.

Lo que hago es trepar por su imaginación, completarla a mi manera, intento ampliar su itinerario, mezclar su texto con el mío, sacar un conejo de su chistera. La sensación es embriagante. Subyugante. Me pierdo en una historia ajena para encontrarme.

Entro en las escenas, las vivo, lo que Mercedes escribió me lleva a lo insospechado. Siento todo tipo de magias mientras tecleo con furor. Siento sus sentimientos, los sigo, me desligo. Siento su historia, mi historia. Nuestra historia.

De alguna forma es nuestra primera novela, pues la anterior, De lobos (divergentes), pasó desapercibida. De alguna manera es nuestro bautismo de fuego, batalla de mil ganadores si sale bien. La pregunta es: ¿puede salir mal?

 No, esa no es la pregunta. Porque las cosas no salen mal, las cosas salen como salen. No hay mal ni bien sino que hay lo que hay. Y lo que hay ha salido de nosotros. Si para nosotros está bien, ha salido bien.

Pronto leeremos La extraña curación de Marta.

Pues la auténtica lectura llega ahora.

Con el libro publicado.

Incluso para nos.

No lo dudes.