Por cultura mediática hemos de entender que es la capacidad que tienen, en la actualidad, los medios de comunicación (periódicos, televisión, radio e internet) y las nuevas tecnologías (llámense computadoras o Smartphones, etc.) de moldear el conjunto de las prácticas sociales.
Como producto de esta cultura surge una nueva forma de sociedad, egoísta, mísera e incompetente; una sociedad que goza de avances tecnológicos pero como seres humanos representan un enorme retroceso. Esta sociedad es la sociedad basura, aquella que su vida tiene que estar guiada por las normas que dicta la televisión o el internet.
Esta sociedad basura ha puesto a los medios de comunicación como sus nuevas deidades; los griegos tuvieron a Zeus, Hera, Poseidón, etc.; el cristianismo nos habló de un solo Dios quien tiene el control de todo; la sociedad basura tiene por dioses a la Televisión, la Revista de Moda pero las deidades por excelencia son las Redes Sociales quienes controlan todo y en todo tiempo. Los griegos escuchaban las voces de sus dioses, los cristianos se guiaban a través de la Palabra, la sociedad basura se guía por las tendencias.
Los griegos contaban historias de sus grandes héroes y de los prodigios que hicieron; la lucha entre los semidioses y los dioses eran relatos que asombraban. ¿Cómo olvidar al poderoso titán, Prometeo, quien con avidez logró robarle el fuego de los dioses sólo para dárselo a conocer a los hombres?
Los cristianos no se quedaron atrás con sus enormes relatos de aquel Dios que partió el mar, en dos ocasiones, sólo para que su pueblo pudiera pasar en seco y librarse de los egipcios o conquistar Jericó. Sin olvidar a aquellos profetas y apóstoles quienes compartieron los designios de Dios para con los hombres.
La sociedad basura ¿qué puede contarnos?, los medios de comunicación moldean sus mentes, les exigen una forma de vida y de conducta a la que la sociedad basura no reniega. Pero esta sociedad tiene a sus propios “héroes”; hombres y mujeres que aparecen en nuestras pantallas, ya sea de televisión o de nuestros equipos móviles, que nos enseñan cómo vestirnos, cómo peinarnos y cómo vivir; hombres y mujeres cuyas vidas son inalcanzables para esta sociedad y por ello se conformar con imitarlos.
Los medios de comunicación desinforma a esta sociedad, la hace desear escuchar la opinión de un famoso acerca de un tema delicado como la guerra, la situación económica, etc., y lo que este personaje dice es basura como la sociedad; los verdaderos intelectuales, que son como profetas en medio de estos tiempos tan deprimentes, son ignorados, se les calla y se les exhorta a no hacer ni decir nada.
Porque esta sociedad basura lo que menos quiere hacer es pensar pues está tan concentrada en ser una persona plástica, en el sentido literal de la palabra, porque no necesita razonar cuando tiene acceso a todo un mundo de información, aunque la mayor parte de ésta sea falsa. Las personas de esta sociedad creen que toda su vida es un reality show que sólo falta ser televisada. Por eso hemos dejado de discernir la realidad; esta sociedad asesina con la finalidad de alcanzar una efímera fama.
Esta cultura mediática ha hecho que esta sociedad basura se torne cada vez más insensible a tal grado que los medios tengan que volver a revalorizar a la sociedad, creando programas de ayuda para gente desamparada.
Toda la sociedad cae en esta otra mentira; la televisión viene a mostrarnos que es ella quien es nuestra salvadora gracias a estos programas. Porque es ella que, en su plan divino, pone en los corazones de la sociedad basura la necesidad de ayudar al prójimo, no importando que sólo ayudemos en una fecha indicada por los mismos medios y que el resto del año sigamos con nuestra egolatría.
¡Vaya parecido el que tiene nuestra sociedad con esa sociedad basura!