La bendición de don Peje… pinche Juan…

Los que saben de este asqueroso asunto de la política mexicana, -algunos, aclaro- afirman que los peores sexenios vividos en este nuestro ensangrentado y secuestrado país fueron los presididos por Zedillo, Fox y Calderón. Al menos en materia de seguridad. ¿Será cierto? No lo sé.

Lo que sí puedo afirmar y reconocer es que de entonces a ahora, sin olvidar los años en que enrique peña nieto estuvo al frente del país, las cosas se han vuelto bastante tenebrosas y sangrientas en este mi México lindo y querido.

Hace unos días, tuve la oportunidad de escuchar una entrevista al ex presidente Felipe Calderón en el estudio de Radio Fórmula, donde Ciro Gomez Leyva le cuestionó por el chisme de la llevada y traída Guardia Nacional y sobre la presunta responsabilidad que carga al haber decidido declarar la guerra contra el narcotráfico y otros asuntillos no menos importantes, como las manifestaciones y molestias de la Policía Federal.

Debo aclarar en este punto que de ninguna forma pretendo justificar, defender o congraciar al ex mandatario con un pueblo ofendido, olvidado y, a últimas fechas, mareado. Su punto de vista tiene cierta lógica y el argumento no resulta tan tenebroso después de todo, al menos en mi ignorancia en estas lides, lo parece.

El punto es que Calderón, elocuente como es, no dudó un segundo y respondió. Habló del crecimiento del poder adquisitivo de los mexicanos durante tres sexenios, el de Ernesto Zedillo Ponce de León, el de Vicente Fox Quezada y el suyo. Detalló el desarrollo económico surgido con el inicio del siglo, por el crecimiento y la estabilidad de la economía en esos 18 años.

Se pasó de 2 mil a 12 mil dólares per cápita en poder de compra, lo cual hizo que se ampliara la canasta de consumo, incluyendo las drogas, se empezó a consumir droga en México. El negocio de los criminales cambió de narcotráfico a narcomenudeo, o más se le adhirió o se le aumentó el narcomenudeo ¿y eso qué implicaciones tiene para la violencia y para la inseguridad? Que antes los criminales se dedicaban a exportar droga, su negocio era controlar una carretera de Manzanillo a Tucson, por ejemplo, ahora su negocio es colocarla en la calle y no es lo mismo vender una tonelada de cocaína en Tucson, que vender la misma tonelada de cocaína, es decir un millón de bolsitas de un gramo cada 15 días en Cuernavaca y eso implica que estos señores tienen que apoderarse de la zona (…) ese es el gran cambio que hubo, que no se percibió en México y que no se ha entendido todavía.

Pues sí, es cierto, al menos yo no había pensado en ello. ¿Una tonelada en el extranjero o una inmensa cantidad de bolsitas de a gramo en un solo mercado? Un especialista podría bien explicar todo el rollo que implica una tarea de ese tamaño y todo lo que hay que hacer para colocar un producto en el gusto de los potenciales consumidores y que, permítame decirlo, ahora sobran.

La terrible violencia que estamos sufriendo hasta hoy no es por la acción del gobierno, no es porque yo haya enfrentado a los criminales y yo sigo creyendo que esa es la acción correcta: el gobierno tiene que enfrentar la delincuencia, no rehuirle, no sacarle y no pactar con la delincuencia. La tarea del presidente, del gobernador y del alcalde es la de enfrentar a la delincuencia y proteger a los ciudadanos, no al revés.

Calderón, guste o no, tiene razón. Esa es parte de las múltiples tareas que un responsable de administrar bienes comunes tiene que hacer. Para eso fueron “elegidos”. Para eso se les paga. Esa es su obligación.

¿Felipe Calderón fue un buen presidente? No lo creo. ¿Es un ejemplo a seguir para los Estados democráticos? Seguramente no. ¿Es un buen ser humano? No lo sé, no tengo el gusto.

¿Y qué dijo sobre la Policía Federal y las veladas acusaciones en su contra hechas por el secretario Durazo? En lugar de andarse con estas tonterías de aventar la piedra y esconder la mano, como es el de acusarme a mí de una conspiración que por supuesto soy ajena, insisto, me parece una insinuación cobarde. En lugar de eso debieran centrarse, el gobierno centrarse y centrarnos todos, en buscar la manera de arreglar el problema de la seguridad, que ese no se está arreglando…

La del estribo

¿Usted conoce a un tal Juan Rodolfo Sánchez Gómez?, ¿no? Es el que “trabaja” ahora de presidente municipal –otra vez- en Toluca, la fría capital mexiquense.

Llegó primero por el PAN (partido del que formó parte desde 1989 con un largo y azulado historial: fue coordinador de la fracción blanquiazul en la quincuagésima quinta legislatura mexiquense; gracias a Acción Nacional llegó en 2006 a la presidencia municipal de Toluca hasta 2009, y también fue el responsable de la peor de las experiencias electorales albiazules en la demarcación, allá por 2015, cuando obtuvieron su peor votación), y hoy, gracias a un disfraz guinda y cobijado por las huestes morenistas, dejó de lado el “traje fifí” y también su espacio en “la mafia del poder” para convertirse en chairo, en el supuesto salvavidas de una ciudad asediada por la delincuencia y en espera permanente de mejores servicios públicos.

Su verdadera “vocación” es “servir” y se ha colocado la armadura esa que hoy está tan de moda en el país y por la que regresó al puesto que ocupó en la parte final de la primera década del siglo.

Hace días, sus huestes agredieron a dos amigos reporteros gráficos en medio del estira y afloja que la administración municipal tiene con vendedores ambulantes. Su respuesta fue despedir a dos inspectores pero, como dice mi buen y entrañable amigo Sergio Sánchezhidalgo García, ¡así no!

Resulta que el convencido panista -perdón, quise decir morenista-, ya se ve despachando en el edificio de enfrente y encabezando el futuro de uno de los estados más importantes de este México tan nuestro con la anuencia, respaldo y bendición del primer tabasqueño del país; pero, la duda cabe: si es absolutamente incapaz de controlar a un grupo de golpeadores en una ciudad, ¿cómo podría dirigir al Estado de México?

…fíjese usted, que ni con perros, ni con palos abolladores de ideologías y deberes, podrán detener la labor importantísima de los fotógrafos y periodistas. Así que nos debe una disculpa pública, porque no basta que se corra o despida al personal involucrado… no olvide que ahí los fotógrafos andaremos y todo lo registraremos arriesgando el físico y denunciando las maneritas que tienen de gobernar. #AsiNoJuanRodolfoSanchezGomez.. ¡Así no!

Eso dice el buen Sonora y estoy de acuerdo.

Por el bien de los mexiquenses, ojalá las supuestas pretensiones políticas de Juanito por la gubernatura queden y sean solo una ocurrencia… un mal chiste de don Peje.