A propósito de la FIL: Instrucciones para contagiar el hábito de la lectura sin leer

Ya inició la Feria Internacional del Libro de Guadalajara. La más importante feria en español y una de las más importantes a nivel mundial. La reunión de lectores, autores y profesionales de libros se conjuga en favor de la conservación, continuación, y estimulación de la lectura.

Y yo quiero sumarme a ello; es decir, ayudar a que los niños pequeños, con ayuda de sus padres, se acerquen a los libros. Por esa razón, aquí comparto unas instrucciones que pueden serles de utilidad.

 

Instrucciones para contagiar el hábito de la lectura sin leer

 

Compre dos libros. Uno para usted y otro infantil para su hijo pequeño. Vaya a casa. Ese día relájese. El ejercicio empezará al día siguiente.

Ya en el día siguiente, a la hora que crea conveniente, vaya a la sala. Siéntese cómodamente en el sillón. Ponga a su hijo a jugar con lo que sea que juegue, muy cerca de usted, en el piso alfombrado. Abra el libro que compró y sosténgalo firmemente en posición de lectura. Coloque su celular –en modo silencio-, muy sigilosamente, a mitad del libro de manera que consiga la simulación de la lectura. Es importante que el niño vea el libro. Haga cara de concentración; y de vez en vez ajuste sus gestos de manera que consiga expresar diversas emociones (recuerde que su esposa o esposo deben estar enterados del ejercicio, así evitaremos que el teatro se caiga). Cada tanto cambie de página. Sea hábil. Practique. Haga esto durante 15 minutos todos los días. No se preocupe, bastarán pocas horas para que su hijo reaccione al libro. Verá cómo de pronto el niño comenzará a acercarse a intentar arrancarle el libro de sus manos. Pero tenga cuidado de que no lo descubra, que no vea el truco. Cuando perciba que el pequeño está curioso de saber qué contiene el libro, levántese por el libro infantil que compró días antes. Siéntese con él. Haga el esfuerzo por leer de corrido, de esta forma el niño lo seguirá en la lectura. Verá como en poco tiempo su librero se llenará de libros y no como hasta ahora, que hay de todo menos libros.

Y así, sin saberlo, habrá cambiado el mundo.

Lo imposible se hará posible. Quizá ese sea el mejor legado que pueda dejarle.