¡Hoy cumplimos 10 años!

Fue a finales del año 2011 cuando iniciamos la planeación de Revista Monolito, con la firme convicción de abrir espacios y, sobre todo, conjuntar autores y autoras de trayectoria con aquellas plumas jóvenes que daban sus primeros pasos en el mundo literario. Sin presupuesto ni saber bien a bien cómo se sostendría la revista en el mediano plazo, comenzamos la primera edición. 

El 2 de mayo del año 2012 publicamos nuestro primer número en la plataforma Calameo; después migramos a Issuu. No obstante, los primeros números ­—la publicación era bimestral— tuvieron su versión en papel, tirajes muy cortos que se distribuyeron de mano en mano sobre todo en la Ciudad de México. Los ejemplares tenían una producción casera, de ahí el nombre “rústica” en el correo electrónico revistarusticamex@hotmail.com, y ni se diga lo que coloquialmente llamamos maquetación, que se hacía en Word. Sin embargo, no se respiraba la penuria económica al interior de la revista. Se editaba por ganas de aportarle algo a la literatura, a la promoción de los autores a través de sus textos y obras plásticas; llegar a la mayor cantidad de lectores para que conocieran lo que se estaba escribiendo no solo en México sino en otras partes de Latinoamérica y España: las revistas literarias tienen la función especial de revelar las exploraciones temáticas, creativas —y el talento— de los autores y autoras en cierta región del mundo. Es un trabajo de interdependencia que contribuye al desarrollo de la cultura. De ahí que la pluralidad, sin dejar de lado el juicio literario de los editores a la hora de seleccionar, sea un distintivo en Monolito

Para nosotros los miembros de la revista cada número era una experiencia y más porque desde el inicio muchos autores creyeron en el proyecto; la participación en las convocatorias creció al grado de editar números de más de 100 páginas (la primera edición fue de 14), lo que motivó a migrar a un sitio web, pues era imposible seguir en formato de revista tradicional electrónica. Dar este paso sí implicó de apoyos y esfuerzos económicos para lograrlo y mantener el sitio a flote, hasta ahora. Fue en este periodo que abrimos el espacio a las columnas de opinión en el terreno de la cultura y la política; mantuvimos la participación por medio de convocatorias, aunque cambió la periodicidad, ahora las actualizaciones de contenidos fueron quincenales. Y la participación en cada convocatoria seguía sorprendiéndonos. Por eso había que seguir, a pesar de todo: en 10 años pasan muchas cosas en el aspecto profesional y personal. Son 10 años en la vida de los fundadores (Juan Mireles, Cristina Arreola Márquez y Mario Islasáinz), colaboradores, columnistas, autores, autoras, artistas plásticos, fotógrafos; autoras y autores entrevistados y miembros del equipo que estuvieron en su momento participando activamente en la revista, a quienes, por supuesto, agradecemos infinitamente. Son 10 años en la vida de los lectores.

Hoy, Revista Monolito sigue en pie, pero no sabemos por cuánto tiempo —así como no lo sabíamos cuando iniciamos este proyecto—; quizás no mucho más. Mirar atrás da una suerte de visión de futuro. 

Ya veremos.


Nota: El equipo de Revista Monolito les da las gracias a todos y a todas por el apoyo a la revista con sus participaciones en las convocatorias, sus publicaciones, columnas y lecturas. Y en especial a Shaila Pineda por su apoyo profesional y económico que dio a la revista en el momento en el que parecía que no era viable continuar con Monolito.