Decimos que hay un triplete o Hat-Tick cuando un jugador de fútbol (soccer o americano) marca en un mismo partido 3 goles. En esa línea, vislumbro que en el patio trasero de los Estados Unidos de Norteamérica ha ocurrido una tripleta y solo unos cuántos la han aplaudido.
Trump, recientemente alcanzando la Casa Blanca ha dejado al Partido Republicano (derecha política) a cargo del arbitraje mundial, acuerdo tácito o sobreentendido que parece aceptar el resto del mundo sin chistar. En el mal llamado patio de atrás de la Fiesta (o partido que aquí aplican ambos significados igual de bien, Republican Party) Republicana. Peña Nieto de la mano del PRI (Partido Revolucionario Institucional, centro derechista) jugarán al Corporativismo ideológico y a dejar que reinen los dineros y su búsqueda antes que las ideologías sociales.
Luego del lindero del patio mexicano, entrando a la América Central (al patio donde ya es difícil mantener la grama recortada y los niños no llegan a jugar) Morales con su coalición de partidos FCN-NACIÓN, navega discretamente y con la boca callada hacia el conservadurismo y la extrema derecha sin que las plazas se llenen y exijan como hace meses atrás ocurría con otro partido de tradicionalismos.
La derecha política toma control de la Casa Blanca, el patio de atrás e incluso hasta sus linderos olvidados. Me faltaría incluso enlistar Honduras y sus vías hacia la centro derecha con Hernández y el deseo del continuismo.
En los deportes de más consumo mundial lograr un objetivo del juego un total de tres veces, es el Hat-Tick, en la política, ¿cómo se le llamará a eso?
Un Perfect Hat-Trick se da cuando un mismo jugador marca, efectivamente tres goles, pero uno con el pie izquierdo, otro con el pie derecho y otro con la cabeza, ¿podríamos llamarle entonces Perfect Hat-Tick a lo que ocurre en la América Septentrional? Nos han metido goles de cabeza, de pierna derecha, de pierna disfrazada de izquierda y hasta con chilena. Han colocado rostros de rock stars famosos para que el pueblo los elija y la fórmula funcionó.
El liberalismo económico parece no haber estado tan a gusto con el camino al socialismo de la América del Norte y con el consentimiento del Partido Republicano y sus escuetas inversiones a lo social. Han cerrado filas, y en nuestras narices el mapa se va transformando. Se está acabando la tercera vía, la socialdemocracia y la izquierda en los poderes y en los gobiernos.
Quizá es que la construcción de muros, no de ladrillos, sino de dineros ya había comenzado desde tiempo atrás y sencillamente era necesario que la primera potencia mundial se alineara verdaderamente y de la cabeza a los pies al proyecto que los poderes aristocráticos tienen para este mundo que compartimos.
Vamos hacia el camino de ver las brechas y diferencias de clases sociales como algo normal e inevitable. Individualidad antes que colectividad, la confesionalidad más poderosa que el laicismo, la propiedad privada reinando ante la pública, tradicionalismo antes que el progreso. Para ellos, nos salimos de la olla con esto de buscar equidad e igualdad, matrimonios libres entre las comunidades LBGTI, con esto de terminar bloqueos, medio abrir fronteras, expropiar poderes robados y apostar por lo social. Olieron el mítico colectivismo y volvieron a la competencia libre por las riquezas, a la cruda ley salvaje del éxito del más fuerte.
Vuelven el capital, la tradición y la religión.
Millennials, Generación Y, Echo Boomers: es un llamado a la acción. Estadísticamente comprobado está que nosotros no pensamos así, todos los anteriores movimientos no responden a nuestros intereses de generación. Yo ya escucho el llamado, ¿qué vamos a hacer?