Entrevista a Karla Hernández por Xánath Caraza

 

Karla Hernández interpretó al personaje principal del cuento “Metztli”, nombre que lleva por título el libro de Xánath Caraza, en la presentación que se llevo a cabo en Xalapa, Veracruz, el pasado mes de agosto.

 

 

¿Quién es Karla?

Soy una joven xalapeña de 26 años.  Tengo 18 años de trayectoria en el medio artístico.  He podido probar e investigar diversos estilos de danza desde folklore mexicano, salsa, danzón, son cubano, ballet, jazz, danza contemporánea, belly dance, flamenco, tango, danzas africanas, tribal, entre otros. También he podido estudiar y practicar la fotografía digital y, gracias a ésta, moverme en el medio de danza y tomar fotos de diversos bailarines destacados. También me he preparado en la pedagogía de la danza y aportar una mejor calidad en las clases que imparto.  Así mismo he podido trabajar en diversas instituciones y academias de la ciudad de Xalapa y compartir mi pasión por la danza a diversos grados escolares, desde preescolar, hasta adultos.

 

¿Cómo te defines para el público?

Me defino como una bailarina natural y versátil, sensible y auténtica. Cuando bailo para mí es un momento mágico, lleno de aprendizaje y hasta cierto grado terapéutico. Me siento, muchas veces, con miedo, pero bailo con mi miedo o con cualquier sentimiento que tenga en ese momento. Espero que el que me mire pueda llegar a interpretar mi sentir y vivir el momento de mi baile.

¿Quién o quienes te acercan a la danza?

Primero, mi familia. Mi padre siempre me ha impulsado a ser yo misma, y que sea lo que haga deba hacerlo con humildad y con entusiasmo.  Su frase de siempre es: ¨Hija, sea lo que sea que quieras hacer, hazlo bien. Yo no tendré problema si decides ser un payaso, pero si vas a ser un payaso, sé la mejor payasita que pueda existir. Deja huella¨. Y esa frase siempre me motiva a seguir creyendo en mí. Y Bueno mi madre ha sido una pieza importante, porque fue quien me llevo a mi primera clase de danza, aun cuando yo no quería bailar , pero curiosamente terminé amando la sensación de bailar; tanto que llevo 18 años bailando pero mi madre también tiene una frase con la cual me motivo cada día, y la de ella es: ¨Las mujeres de tu clan somos unas guerreras, y tú eres una más, has luchado tanto por lo que quieres, y el día que dudes de ti, yo estaré aquí para recordarte que tú puedes, porque yo veo en ti lo que, a veces, tus ojos no te dejan ver, decisión y talento¨. Ellos siempre me han acercado a lo que yo soy, me dan fuerza para mantenerme inspirada y conectada con mi danza. Otros que me han acercado son mis maestros con su pasión y humildad, el brillo que crean al hablar de su estilo hace que siga enamorada de la danza y cada día aumente ese amor.

 

¿Cómo es un día de trabajo con la danza para ti?

Es un día muy movido, a veces un tanto loco, lleno de muchas emociones. Siempre es diferente, siempre aprendo mucho de mis alumnos, de mis errores y de mis compañeros. Y para ser honesta llamarle trabajo es solo una etiqueta, pues para mí, no hay obstáculos cuando se trata de compartir lo que a mí me gusta hacer.  En ocasiones es cansado, porque a veces cargas con problemas o energía de los que están a tu alrededor y de lo que te cuentan.  Muchas veces quisiera poder ayudarlos.

 

¿En qué proyectos estás trabajando ahora?

Para ser honesta en unos 3 más o menos que están en proceso. Uno de ellos es en la compañía de tango en la cual soy subdirectora junto con mi compañero y pareja de baile. Tengo la responsabilidad de dar clases de tango, y de lograr mover el tango en Xalapa a través de la organización de presentaciones de milongas. En el área de fotografía espero, el próximo 2019, terminar una exposición sobre los detalles del cuerpo y la belleza de éste.  Y otros tantos proyectos más.

 

¿Qué consejos tienes para otros que comienzan?

 

¿Hay algo más que quisieras compartir? 

Que a pesar de que el medio artístico no es fácil, debemos aprender de los errores para poder crecer y creer en uno mismo.  Hay que tener el coraje, la humildad, y la paciencia para seguir bailando y lograr ser una versión más cercana de lo que proyectamos ser.  Pero para mí la danza es mi terapia, mi medio de comunicación con el cual puedo expresar lo que muchas personas callan, al grado que a veces puedo sentir el dolor de los demás y así poder bailarlo y sanar nuestros corazones.

Sean libres y bailen, aunque no sea de manera profesional, ya que les traerá felicidad.

 

Fotografía de portada por Samantha Sáenz.