Entrevista a Flor Lizbeth Cruz Longoria por Xánath Caraza

¿Quién es Flor Lizbeth Cruz Longoria?

Flor Lizbeth Cruz Longoria nació en la ciudad fronteriza de Brownsville, Texas pero creció en Tampico, Tamaulipas y Tamiahua, Veracruz. Ella tiene licenciaturas en Interpretación y Educación Musical de Texas A&M University-Kingsville y una Maestría en Música de la Universidad de Missouri-Kansas City Conservatory. Fue seleccionada como Artista Emergente para el Imani Winds Chamber Music Festival (2013), ganó la TAMUK Concerto Competition (2015), fue seleccionada como primera flauta para el National Flute Association Collegiate Flute Choir (2016) y fue pasante para NFA (2017, 2018). Las presentaciones en convenciones de Flor incluyen TMEA, MMEA, NFA, Electronic Music Midwest, International Higher Education Teaching and Learning Association y College Music Society. Recibió becas de interpretación y docencia del New York Summer Music Festival (2013, 2014) y de Blue Lakes Fine Arts Camp (2015).

La señorita Cruz se desempeñó recientemente como profesora adjunta de flauta en TAMUK, miembro del Consejo del Programa de New Music USA y miembro del Comité de Diversidad e Inclusión de NFA. Flor es fundadora de Colectiva Huēhuecoyōtl, una organización cuyo propósito es el avance de las minorías en la industria de la música. Ha actuado bajo la batuta de Steven Reineke y Joseph Silverstein, junto a Project Trio y Verónica Villaroel, y en Carnegie Hall ha tocado música indígena de México y Chile.

Cuéntanos un poco sobre tu organización, Colectiva Huéhuecoyótl.

Colectiva Huēhuecoyōtl nació por la exclusión de las minorías en la academia musical. Nací en una cultura musical extremadamente rica y a lo largo de mis estudios, las únicas personas que estudiamos eran hombres blancos, europeos muertos. Cuando estaba haciendo mi licenciatura, pensé que había personas que tenían más recursos para traer estos problemas al frente, pero eso nunca sucedió. Finalmente me cansé de tener que defender la música de mi cultura y decidí que tenía que ser parte de la solución. Colectiva Huéhuecoyótl informa al público, artistas y educadores sobre la gran riqueza que las minorías aportan a la música. Organizamos presentaciones y conciertos informativos para generar conciencia sobre los modismos de la música clásica y folclórica que han sido excluidos de la academia musical.

¿Qué hizo que te acercaras a la música?

Yo siempre digo que tuve mucha suerte al nacer mexicana porque la música es una parte muy profunda de nuestra cultura. Yo soy lo más feliz cuando estoy conviviendo con mi familia en México, y siempre hay música. Uno de mis recuerdos más bonitos es después de emigrar a Estados Unidos. Mi papá estaba trabajando en Matamoros, Tamaulipas mientras yo empecé la primaria en Brownsville. Solo lo veíamos los fines de semana y eso era muy difícil para nosotros. Cuando por fin estaba toda la familia junta, nos la pasábamos escuchando la radio y bailando. Cuando llegué a la secundaria, por fin pude escoger mis propias clases y sabía que iba a escoger algo musical porque mi vida estaba llena de música y quería que lo siguiera siendo. Me daba pena cantar así que escogí la banda escolar. Escogí la flauta porque era el único instrumento que no sabía qué era, eso fue hace 20 años y nunca miré atrás.

Recientemente recibiste una distinción muy importante en tu trayectoria profesional, ¿pudieras compartir con nuestro público sobre ésta y lo que significa para ti y las comunidades con las que trabajas?

Tuve suerte de ser nominada y escogida como un Impacto Changemaker por la organización Revolución Educativa de Kansas City. Aparte de organizar Colectiva Huéhuecoyótl, trabajo como Defensora de estudiantes y familias en Harmony Project KC. Yo sé lo que es no tener recursos, no porque no se trabaje duro o por no tener pasión por algo, sino solo por ser pobre o inmigrante. Hice de mi misión ayudar a estas comunidades a tener las cosas que yo y mi familia no pudimos tener. Vi como mis padres eran explotados por sus jefes, como otros niños en la escuela me decían que me regresara a México, y todo esto empeoró cuando llegué a Kansas City a hacer mi maestría. Yo sé lo que se siente ser rechazada por cómo uno se ve, se vista o hable y no quiero que otros tengan que pasar por eso. No se trata solo de abrir las puertas para uno mismo, sino también cerciorarse de que no se cierren para que los que siguen después de nosotros puedan pasar sin sufrir lo que nosotros sufrimos.