Entrevista a Bibiana Collado Cabrera por Xánath Caraza

Bibiana Collado Cabrera (Burriana, Castellón, Valencia, España) es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Valencia, donde también realizó el Máster de Estudios Hispánicos Avanzados (obteniendo el Premio Extraordinario de Máster). En 2014 defendió su tesis doctoral, titulada “El imperio nuevo de tu palabra”: Canon, tradición y ruptura en poetas cubanas de la Revolución, que fue calificada con excelente cum laude. Dicha tesis fue llevada a cabo gracias a una Beca de Formación de Profesorado Universitario del Ministerio de Educación y Ciencia, la cual le permitió realizar estancias de investigación en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana y en la Universidad Autónoma Metropolitana de México. Actualmente combina la investigación con la docencia, ejerciendo como profesora de lengua castellana y literatura en secundaria y bachillerato. Además, este curso ha impartido el taller de poesía de la Universidad de Valencia.

En el ámbito de la escritura poética ha obtenido numerosos reconocimientos. Los más relevantes son: XXXIV Premio de poesía Arcipreste de Hita (2012) por Como si nunca antes (Pre-Textos); accésit del Premio Adonáis (2016) por El recelo del agua (Rialp); y Premio Complutense de Literatura (2017) por Certeza del colapso (Ediciones Complutense).

 

¿Quién es Bibiana?

Bibiana es una mujer poeta. Lee, escribe, investiga, enseña. Y lucha.

Feminista. Hija/nieta de la España rural y pobre. Comprometida.

 

¿Quién o quiénes te acercan a la lectura?

En mi casa no había libros. Mi madre no fue al colegio por ser mujer y pobre. Mi padre solo cursó los estudios básicos. Así que el acceso a la literatura no fue sencillo.

Mi profesora de lengua del colegio, la señorita Mari Carmen, ocupó un lugar fundamental en mi aprendizaje. Ella me descubrió infinitas lecturas, me hizo aprenderme de memoria poemas que todavía hoy recuerdo, me abrió las puertas de un mundo maravilloso. Por eso admiro tanto la labor de los buenos docentes.

También hubo otro factor muy importante en mi acercamiento infantil y juvenil a la lectura: la existencia de la biblioteca municipal. Ojalá los gobiernos no se olviden nunca de dotar a todos los pueblos, por pequeños que sean, de una biblioteca.

 

¿Cómo comienza el quehacer literario para ti?

Los primeros poemas fueron escritos en Burriana, un pueblo de la provincia de Castellón (España). La casa de los padres es el lugar donde comienza nuestro mundo, también el literario, por eso en la terraza de aquella casa burrianera nacieron mis primeros versos, cuentos, reflexiones…

Las primeras publicaciones aparecieron gracias a la Universitat de València, en la cual me licencié y doctoré. La universidad impulsó un concurso literario que tuve la suerte de ganar en varias ocasiones mientras yo estudiaba allí y publicó los textos premiados. Más adelante obtuve otros premios que me permitieron publicar en editoriales importantísimas en España como Pre-Textos o Rialp. Debo decir que, en mi caso, los certámenes literarios destinados a jóvenes creadores han sido cruciales.

Esas primeras publicaciones fueron muy importantes para mí porque me dieron el impulso para seguir trabajando y creciendo en la poesía. Es realmente emocionante ver materializado un poemario.

 

¿Tienes poemas favoritos de otros autores?

Cuando estaba estudiando filología hispánica me fascinó el poema “Discurso de Eva”, de la poeta cubana Carilda Oliver Labra. Sin embargo, mi lectura sobre él ha cambiado mucho desde entonces. Pero sigue formando parte de mi genealogía literaria, como Gabriela Mistral, Alfonsina Storni, Dulce María Loynaz, Idea Vilariño, Blanca Varela, Alejandra Pizarnik, entre otras muchas.

 

¿Cómo es un día de creación literaria para ti?

Escribo en cualquier parte pero corrijo generalmente en mi casa, en un sofá que está pegadito a la ventana y que me permite ver la calle y escuchar sus ruidos y estar conectada al mundo. La labor docente exige mucho, así que me resulta imposible dedicarle a la escritura todo el tiempo que desearía; sin embargo, enseñar es tremendamente estimulante, por lo que me llena de ideas.

 

¿Cuándo sabes que un texto está listo para ser leído?

Supongo que madurar es aprender a darle al texto el tiempo que necesita: tiempo para corregir, tiempo para corregir lo corregido, tiempo para corregir una vez más, tiempo para tomar perspectiva, tiempo para leerlo como si fuéramos otro, en definitiva, tiempo para crecer.

 

¿Qué tanto hay de España en lo que escribes?

Mi escritura, como casi todas, se interroga sobre lo identitario. Y la identidad se forja a partir de lo colectivo, es decir, a partir de las comunidades de las que formamos parte. La mía está vinculada con mi ser mujer, con mi lugar en el tiempo y, en gran medida, con la construcción del país en el que vivo, siempre desde una perspectiva crítica. Quizá sea en El recelo del agua donde la reflexión sobre España se vea de modo más clara pero también en Certeza del colapso ocupa un lugar importante

 

¿Cuál piensas que es tu papel mujer poeta? ¿Crees que hay alguna responsabilidad?

Todos tenemos parte de responsabilidad en la transformación de la sociedad que estamos llevando a cabo: mujeres y hombres. Lo que tengo claro es que todavía queda mucho, muchísimo por hacer. Seguimos viviendo situaciones injustas cada día. El feminismo es absolutamente necesario y, por supuesto, lo es también en el plano literario. Si nos pusiéramos a contar todo lo que vivimos en congresos, recitales, encuentros… Necesitaría una entrevista entera solo para comenzar a denunciar pequeñas y grandes humillaciones cotidianas.

 

¿En qué proyecto estás trabajando ahora?

Ahora mismo estoy dando a conocer Certeza del colapso, el último de mis poemarios publicados, que obtuvo el premio literario que otorga la Universidad Complutense de Madrid a jóvenes escritores. Tras una primera tirada en papel, ya se puede adquirir también en formato ebook a través del siguiente enlace:

https://www.unebook.es/es/ebook/certeza-del-colapso_E0002650986

 

¿Qué consejos tienes para otros escritores que comienzan?

El mejor consejo que podemos dar (y darnos) es la lectura.

Para escribir, necesitamos leer y leer y nunca parar de leer.

 

 

 

Crédito de la imagen: Fotografía espacio de luz.