Ensayo «Marambio, el Quasimodo de _En el Regazo de Belcebú_ de Cristian Geisse» por Carolina Yancovic

En el regazo de Belcebú (2011), libro de cuentos escrito por el autor chileno Cristian Geisse, se relatan los devenires de distintos personajes que narran sus experiencias con el diablo. En el cuento “Marambio” el protagonista es un músico frustrado que, pese a sus esfuerzos, no logra tocar el saxofón para interpretar “Quasimodo” del músico estadounidense Charlie Parker, lo que provocará que Marambio decida venderle su alma al diablo a cambio de la posibilidad de interpretar la pieza musical. Marambio posee un vago recuerdo infantil donde escuchó o cree haber escuchado “Quasimodo”. Es en este contexto narrativo que, a medida que el protagonista se aleja del recuerdo nostálgico de la niñez, se imposibilita su capacidad de interpretar “Quasimodo” por lo que empeora su situación condenándolo al fracaso absoluto.

La nostalgia se define como un anhelo del pasado idealizado, “un esfuerzo inútil por recuperar lo vivido, con la misma fuerza y emotividad de su expresión primera” (Quesada Monge, 1). Este esfuerzo es un ejercicio repetitivo sin fin donde el sujeto vive en función de la evocación del ayer, por lo que no desarrolla lazos con el presente ya que el ejercicio nostálgico no tiene efecto alguno sobre el presente ni el futuro. “La nostalgia es la magia de la utopía, es el hechizo de una realidad que se quiso distinta y se nos evaporó en las manos” (Quesada Monge, 1). La nostalgia es una actitud frente a la vida y para su existencia deben existir dos elementos: El sujeto y el objeto nostálgico.

El sujeto nostálgico es definido como el ser que experimenta la nostalgia y que “la hace posible con sus actos cotidianos, sus experiencias, sus acciones y reacciones” (Quesada Monge, 2). Este sujeto siente nostalgia por un objeto nostálgico que ha desaparecido y que toma distintas formas: puede significar un objeto físico o también un recuerdo o una persona. En el texto de Geisse (2011) el sujeto nostálgico, Marambio siente nostalgia por “Quasimodo” de Parker, que escuchó cuando era pequeño. El personaje recuerda constantemente desde la adultez, el sentimiento que la pieza le provoca desde el primer momento en que la escuchó: “¿Quién habría hecho una cosa tan maravillosa? ¿Quién era capaz de pararle los pelos de esa forma, contra su propia voluntad?” (Geisse, 36), es el ejercicio nostálgico constante lo que provoca en Marambio el deseo obsesivo de convertirse en saxofonista.

Al hacer un análisis etimológico de la palabra Quasimodo[1], (según el diccionario etimológico online (2016)), podemos descubrir que el término posee más de una acepción. En primera instancia, Quasimodo tiene tres significados distintos[2]. El primero de ellos, que se utilizará en este análisis, corresponde al nombre dado al jorobado en la novela de Víctor Hugo, Nuestra señora de París (1831). En la historia narrada por Víctor Hugo, Quasimodo es un jorobado que es supuestamente abandonado cuando bebé en la Catedral de Notre Dame en el día de Quasimodo, por lo que éste recibe su nombre de esta celebración. La segunda definición, se divide etimológicamente de la siguiente forma: primero, podemos encontrar que Quasi proviene del latín de finales del siglo XV y que su significado se divide de acuerdo a dos acepciones. La primera, que corresponde a comparaciones hipotéticas, lo define como[3] “as if, just as if, as though;” lo que traducido al español significa “como si, sólo como si”. Luego, se puede encontrar una segunda acepción: comparaciones reales definidas como “»just as, as;» que traducidas al español significan “sólo como”, “como”. Por otro lado, Modo es definido, a finales del siglo XIV, como “modo” o “un tipo de escala musical”; del latín modus “medida, grado, cantidad; medida adecuada, ritmo, canción; una forma, manera, moda, estilo”.

Tomando en consideración el análisis etimológico del término Quasimodo, podemos deducir que existen dos significados principales que serán aplicados a la lectura del texto “Marambio”. El primero, es el sentido hipotético o de comparaciones hipotéticas, relacionadas con lo imaginario o con el recuerdo, que se corresponde directamente con la memoria emotiva del protagonista. Marambio sólo tiene recuerdos difusos de “Quasimodo” interpretada por Parker, por lo que en numerosas ocasiones el narrador habla de “una versión de “Quasimodo” de Charlie Parker, que [Marambio] escuchó de casualidad cuando pasaba fuera de una tienda en el centro de Coquimbo, ciudad en la que vivía por aquellos años” (Geisse, 36) pero que años después no puede identificar con certeza ni la pieza ni el intérprete.

 

Es posible además que esa primera tonada, ésa que escuchó en Coquimbo, ni siquiera fuese “Quasimodo”; él lo sabía bien, pero para efectos de su propia historia, prefirió dejarlo así, no podía ser de otra forma (Geisse, 36).

 

Tampoco Marambio puede asegurar que “Quasimodo” haya sido la pieza que escuchó cuando niño. Pero es importante recordar que es esa idea el detonante nostálgico que lo impulsa a querer tocar el saxofón.

 

Esa vez en la casa del Cuchara, tomando cervezas y fumando pitos, abstraído, concentrado en sí mismo y en Quasimodo, supo que a pesar de los traumas, él tenía que aprender a tocar el saxofón y transmitir esas sensaciones en su interior a la gente. Esta vez nadie lo detendría. (Geisse, 37)

 

A través del recuerdo, Marambio puede volver a su niñez. Por lo tanto, el ejercicio musical de tratar de interpretar y recordar la pieza es un viaje al pasado, a una niñez que recuerda pero que a medida que pasa el tiempo se vuelve más hipotética e inalcanzable. Es el irremediable paso del tiempo lo que produce que Marambio siga el camino a la decadencia irreparable. Ya en su adolescencia, el narrador describe cómo Marambio comienza lentamente a alejarse de sus recuerdos:

 

La melodía quedó grabada de una manera difusa en su mente por años, sin poder reconstruirla del todo, hasta que un buen día la volvió a escuchar en casa de uno de sus muchos amigos de vicio. Esa vez estaba bastante volado, y lo que reconoció en esos momentos no fue tanto la melodía como la extraña sensación de ternura y tristeza que le había provocado la primera vez (Geisse, 36).

 

Otro punto importante corresponde a la forma en que el personaje evoca sus recuerdos y sentimientos. A medida que pasa el tiempo, Marambio necesita de elementos externos que le ayuden a recordar su niñez. En primera instancia, el hombre recurre al uso de alcohol y drogas blandas como la marihuana: “Esa vez estaba bastante volado” (Geisse, 36), “en la casa del Cuchara, tomando cervezas y fumando pitos” (Geisse, 37), pero a medida que se adentra en la adultez, el uso de drogas sólo hace que su frustración y enojo aumente: “todavía sintiendo vértigo a causa de las emociones y recuerdos detonados por Quasimodo, comprendió que la sensación de amargura, rabia y tristeza, nunca lo habían dejado, que todo se debía a su horrible frustración y que debía hacer algo al respecto” (Geisse, 38).

A medida que Marambio se vuelve adulto, deja atrás la memoria emotiva de su niñez, lo hipotético de los recuerdos y se interna en lo que se ha definido como el segundo significado de Quasimodo, relacionado con lo real, lo inmediato. En este sentido, se puede decir que el protagonista trata de ser como la realidad se lo exige. Primero, trata de adaptarse al modo de ser de su familia, pero se ve continuamente enfrentado a diversos elementos que lo llevarán a dejar su hogar. Uno de estos, es la incomunicación que tiene con su padre y la incomprensión que sufre, ya que su padre es en todo sentido opuesto a él: “[c]uando […] lo escuchó pidiendo que le compraran un saxofón, no dijo nada y sin aviso empezó a darle de cachetadas para sacarle a golpes la idea” (Geisse, 37). La personalidad ruda y violenta del padre contrasta con la de Marambio, que se reconoce como un joven sensible y nostálgico. A pesar de esto, Marambio en su adolescencia trata de adaptarse a la forma de ser de su padre y adquiere actitudes que son bien recibidas por su entorno: “Las peleas en el Liceo se hicieron frecuentes, pero a nadie en la casa le molestó” (Geisse, 37). La familia de Marambio reconoce la vida como dura, por lo que el joven debe prepararse para lo que le espera: “en un mundo rudo y cruel, en el que sólo se podía abrir paso a golpes” (Geisse, 37). Aun cuando Marambio intenta adaptarse a la forma de ser de su familia, fracasa. Este fracaso se produce al enfrentarse a una realidad que no está conectada a los sueños de la niñez, por lo que toma un dinero que se le fue dado para que comprase un camión en el norte y decide abandonar su familia para perseguir su sueño de tocar el saxofón. Luego de un tiempo trabajando en el negocio de la venta de marihuana, logra juntar dinero suficiente para adquirir el instrumento. Es a partir de este episodio, que Marambio comienza una nueva etapa, donde tratará de ser como los músicos con los que comienza a relacionarse.

La realidad en el cuento golpea nuevamente a Marambio ya que a pesar que éste dedica mucho tiempo a practicar el saxofón, no logra tocar ni siquiera una pieza satisfactoriamente: “Y así pasó el tiempo, los meses, los años, los siglos y Marambio llegaba a llorar cuando comprendía que estaba haciendo el ridículo tratando de sacarle una melodía decente al saxofón. Pero, a pesar de su empeño, nada. Nada” (Geisse, 39). El protagonista, en este caso, trata incansablemente interpretar la pieza musical, pero debe enfrentarse a una nueva realidad: su falta de talento. Geisse (2011) narra este episodio diciendo que “Su falta de pericia y talento era tan evidente, que comenzaron a reírse de él a sus espaldas” (38). Esto sólo logra que el personaje caiga aún más en decadencia, consumiendo drogas duras como la cocaína y volviéndose alcohólico. Las burlas de los demás músicos hacen que Marambio se vuelva además agresivo: “Un día […] se dio cuenta que se estaban burlando sin compasión de su drama. Bruto como era, reaccionó mal y le rompió los dientes a un saxofonista y se trenzó a golpes con todos en la fiesta” (Geisse, 38-39). Como consecuencia de esto, Marambio pierde su entorno, por lo que debe irse a otra ciudad. Este episodio es el comienzo de muchos lugares que visitará a lo largo de la historia.

Es el constante enfrentamiento con la realidad lo que provoca en Marambio el sentido de abandono y desolación. En ocasiones se desahoga con el instrumento como vengándose: “Sacó el saxofón de la bolsa y lo lanzó con todas sus fuerzas contra la pared” (Geisse 43). A partir de estos episodios, Marambio comienza una relación tormentosa con el instrumento, reflejando su propia deformidad en las abolladuras del saxofón y demostrando la imposibilidad de dejar atrás su obsesión por tocar “Quasimodo” de Parker.

Esta actitud provoca que Marambio sea como el Jorobado de Víctor Hugo. Ambos son figuras deformes, rechazadas y que viven alejados de sus respectivas sociedades. Ambos observan con nostalgia y de lejos un mundo al cual quieren pertenecer pero que por causa de sus deformidades o incapacidades no pueden ser parte.

Marambio es un personaje que desde un comienzo se ha visto enfrentado a un sueño imposible ya que a medida de que se aleja de su niñez, pierde contacto con sus ideales y comienza un camino seguro a la decadencia económica y moral. Marambio se convierte en un Quasimodo como el descrito por Víctor Hugo, lo que contrasta importantemente con la armonía y calidez de la pieza musical. “Quasimodo” de Parker que representa la niñez, la armonía del sueño cumplido, es la otra cara del espejo, lo hipotético, lo nostálgico, lo irremediablemente inalcanzable. Marambio entiende este contrasentido por lo que decide buscar elementos externos que le permitan evadir la realidad. Mientras más tiempo pasa, más es lo que se interna en el mundo de las drogas, terminando por probar el Ñache, droga que le permite encontrarse con el Diablo. Es en ese encuentro que Marambio decide entregar su alma a cambio del sueño de tocar saxofón, pero ese acuerdo entre Marambio y el diablo, aunque pareciera ser un regreso a la nostalgia del pasado o el cumplimiento de su sueño, no ofrece una solución al drama del músico “Firma –le dijo entonces- firma amigo mío y tendrás por primera vez todo lo que has deseado, lo que has deseado desde que eras niño” (Geisse, 51). La promesa es una promesa vacía, fundada en un pasado nostálgico que ya no existe y que no volverá “Se despertó al otro día a la mitad de una poza de vómito y sangre, con las venas de su mano izquierda cortadas, a medio coagular, y con el dolor de cabeza más intenso que había sentido jamás” (Geisse, 53). Es el encuentro con el Diablo lo que le deja en evidencia finalmente que su vida no tiene retorno a la niñez ni al sueño de interpretar a Parker ya que no importa cuán drogado, borracho o sumido en sueños pueda estar, siempre despertará para recordar su falta de talento y reivindicación.

 

Obras citadas

[1] De aquí en adelante se utilizará “Quasimodo” (Traducción al inglés) en vez de “Cuasimodo” (español) ya que es la palabra que se utiliza en el cuento.

[2] La primera definición de “Quasimodo” corresponde a: “Low Sunday,” 1706, Quasimodo Sunday, from Latin quasi modo, first words of introit for the first Sunday after Easter: quasi modo geniti infantes «as newborn babes» (1 Pet. ii:2) (Que se traduce como: “Domingo de Cuasimodo” 1706, Domingo de Cuasimodo, proveniente del latín quasi modo, las primeras palabras dedicadas al prólogo del primer domingo después de pascua de resurrección: quasi modo geniti infantes “como bebes recién nacidos” (1 Pet. ii:2)) . Esta definición no será incluida ya que se aleja del análisis del texto.

[3] El análisis se centrará en el uso de las palabras según su acepción en inglés para conservar la diferencia de significado que se pierde al traducirlas al español. No olvidar que el autor elige utilizar el inglés para “Cuasimodo”.

 

Semblanza:

Carolina Yancovic (Punta Arenas, Chile 1983) es magíster en Estudios Hispánicos de la Universidad de Villanova, EE.UU y es actualmente estudiante de posgrado de letras de la Universidad de Chile. Publicó su primera novela Tras esos Muros el año 2005, siendo ésta la primera novela de vampiros en Chile. También con su primera novela ganó la beca de creación literaria del consejo del libro y la lectura en Chile el año 2005. Ha participado en diversos congresos literarios desde el año 2004 y  publicado diversos textos y ensayos en revistas digitales como la Revista Naufragios y Letrass5 y se desempeña como Editora de la Revista Telescopio.