¿En qué invertir 100 mil millones de dólares?

Tenía las negras intenciones de soltarme escribiendo sobre la tragicomedia en que dos bandos han convertido a la política mexicana: por un lado, el presidente y su partido, por otro lado los fifís, la “oposición” y sus detractores. Créanme, hay mucha tela de donde cortar en ambos sentidos, carriles y perspectivas… 

Afortunadamente, antes de empezar a tumbar teclas y lanzar ideas, me encontré con un estudio sobre el cambio climático y el costo de revertir sus efectos en el país, así que opté por lo sano y decidí ofrecer mejor a ustedes, amables siete lectores y lectoras, un tema del que en verdad vale la pena abundar.

El punto es que ayer fue hecho público el estudio denominado “ELIGIENDO EL CAMINO CORRECTO: Opciones de bajo costo para fortalecer las metas climáticas de México logrando beneficios sociales a largo plazo”, elaborado por Andrés Flores Montalvo, Juan Carlos Altamirano, Fernando Olea, Andrea Zafra y Jeffrey Rissman, del World Resources Institute Mexico (WRI México).

De acuerdo con las conclusiones alcanzadas por los autores, “es posible que México logre sus objetivos climáticos a mediano plazo con una combinación de estrategias de política que sea técnica y económicamente factible, aún cuando requiera inversiones sustanciales. Además de la mitigación de GEI, su implementación traería beneficios económicos y sociales. Entre todos los sectores de la economía, la mayor mitigación se lograría mediante intervenciones en electricidad, transporte e industria. A largo plazo, será necesaria una mayor ambición para alcanzar las metas actuales”.

Señalan que los resultados del análisis muestran que con la implementación de un portafolio de políticas técnicamente factible y de bajo costo, el país puede reducir la emisión de Gases de Efecto Invernadero. Se trata de 21 estrategias que abarcan diversos sectores de la economía cuyo impacto económico podría ser positivo en el mediano plazo, pero ello requiere una inversión cercana a 100 mil millones de dólares desde ya y hasta el año 2030.

Estas 21 estrategias fueron divididas en aspectos básicos: Eficiencia Energética, Generación de electricidad, Emisiones de contaminantes diferentes al CO2 (Metano y Gases Fluorados), Precios al Carbono, Uso de suelo, Transporte limpio y movilidad y, por último, Eficiencia energética en edificaciones.

En el tema de Generación de electricidad, hay tres planteamientos: Estándar para el portafolio de energías renovables, Generación solar distribuida y Retiro temprano de centrales eléctricas: carboeléctricas.

La Eficiencia energética plantea tres aspectos fundamentales: Estándares de eficiencia energética en la industria, Cogeneración industrial y recuperación de calor residual y Sustitución de clinker en la producción de cemento.

Por lo que toca a Emisiones de contaminantes diferentes al CO2, se plantea la Captura de metano, Destrucción de metano y Reducción de emisión de gases fluorados. En materia de Precios al carbono, se plantea un Impuesto al carbono en los sectores de electricidad, transporte e industria.

En materia de Uso de Suelo, son cuatro los aspectos a considerar: Aforestación y reforestación, Gestión de bosques, Reservas forestales, Manejo de tierras de cultivo y Medidas Ganaderas.

Sobre el rubro de Transporte limpio y movilidad hay también cuatro propuestas: Cobro-reembolso para vehículos ligeros; Estándares de eficiencia energética: Vehículos ligeros a gasolina y vehículos pesados a diésel; Estándar de combustible bajo en carbono, y Gestión de la demanda de transporte.

Por último, en lo relacionado a Eficiencia energética en edificaciones, se habla de los Estándares de eficiencia en edificaciones y de Electrificación de componentes en edificaciones.

La combinación de estas 21 estrategias, señalan los autores, podría lograr la reducción de Gases de Efecto Invernadero en el país, con resultados tangibles por ahí del año 2030, cuando las medidas estén en algo así como el 50 por ciento de su aplicación.

Los miembros de WRI México coinciden en que “existe la necesidad de lograr una mejor y más efectiva acción climática en todos los sectores de la economía, financiar inversiones públicas y privadas significativas utilizando fuentes de capital nacionales e internacionales, realizar un esfuerzo para superar las barreras a la implementación y dedicar recursos sustanciales para el desarrollo de capacidades e innovación”.

Es cierto, 100 mil millones de dólares es una cantidad abrumadora para un país cuya principal característica es el paternalismo, pero considero que es apenas una parte del precio por pagar para resarcir parte del daño que el ser humano, nosotros en México particularmente, hemos provocado a la naturaleza, al medio ambiente y a nuestra propia especie…  y usted, ¿qué piensa?