En Capítulo Siete, ‘Metztli’ de Xánath Caraza, traducido por Sandra Kingery y Kaitlyn Hipple

“What is to give light must endure burning”.

E. Frankl

 

Con una combinación de alegría, satisfacción y tranquilidad comparto con ustedes, queridos lectores de Revista Literaria Monolito, la noticia de la próxima publicación de mi segunda colección de relato, Metztli, programada para mediados de julio de este año; es decir, en un par de semanas. Metztli tiene como Casa Editorial a Capítulo Siete y desde hace un par de meses hemos trabajado arduamente en la edición de ésta. Metztli verá la luz en una edición bilingüe, traducida al inglés por Sandra Kingery y Kaitlyn Hipple, apoyada por la Fundación Mellon y Lycomig College.

Me siento especialmente emocionada porque, aunque soy autora de once poemarios y una previa colección de cuentos, Metztli, es mi primer libro que se publica en México y es para celebrarlo.

Metztli, es un libro que cuenta con veintidós relatos. Una combinación de microrrelatos y cuento corto. Cada relato va seguido de una traducción al inglés de Sandra Kingery y Kaitlyn Hipple.

En las siguientes líneas, Sandra Kingery nos comparte sobre su experiencia como traductora:

Para mí, al nivel más personal, la traducción literaria significa placer y deleite y amor. Es vivir un texto desde dentro, saboreando las palabras, oyéndolas, palpándolas. Es entrar dentro de un texto y salir al otro lado con otra versión nueva que es y no es igual al texto original.

Si la literatura es una de las expresiones más profundas de una cultura, la traducción literaria es la manera que esa cultura se comparte con el resto del mundo.  Y yo comencé a traducir por ese simple deseo de comunicación… Comencé a traducir hace unos 15 años, pero hasta el verano pasado, nunca había traducido con otra persona. Cuando me enteré de la posibilidad de solicitar un Andrew W. Mellon Grant para las Humanidades que se establecieron para fomentar investigaciones entre profesores y estudiantes, se me vino a la cabeza la posibilidad de trabajar con Kaitlyn Hipple, una estudiante que recientemente había cambiado su especialización universitaria de literatura en inglés al español. En muchos sentidos, Kaitlyn podría no parecer la mejor candidata para ese trabajo a dos, porque solo era estudiante de segundo año y todavía no estaba tomando las clases más avanzadas de español. Pero Kaitlyn tenía varios atributos que me hicieron pensar que era la candidata ideal, incluyendo no solo su talento como lectora profunda de la literatura (en inglés y español), sino también su pasión, su entusiasmo, y su amor por la literatura. La traducción literaria es un proceso íntimo que requiere mucho tiempo y paciencia. Puede ser un trabajo frustrante y meticuloso y lento. No todos tienen la disposición para poderlo resistir, pero yo ya intuía que Kaitlyn sí.

Kaitlyn y yo nos reunimos cada día por ocho semanas y pasamos horas leyendo en voz alta, escuchando, repitiendo, volviendo sobre las mismas palabras. Los cuentos de Xánath son increíblemente ricos y profundos y para hacerlos justicia en inglés hay que vivir toda esa intensidad que tienen. Tradujimos secciones y cuando nos encontramos perdidas por el camino, pasamos a otro cuento y dejamos el primero descansar para poder encontrar una salida después. Más que nada, nos reímos mucho este verano (2016), de la alegría y del placer que nos causaban los cuentos, que comenzaban a revelarnos sus secretos poco a poco.

Cierro con unas palabras de Juan Mireles de la Casa Editorial Capítulo Siete sobre Metztli.

Xánath Caraza es una escritora que encuentra en los lugares, sus historias. En cada uno de sus cuentos nos invita a entrar a su casa, la de sus recuerdos, de los viajes; la comida y tradiciones de un México al que vienen cada tanto para probar lo que no olvida nunca: los olores y los sabores que le devuelven las imágenes, los diálogos, las historias, el amor, que la significan.

En Metztli no se permite olvidar que la distancia es sólo una pausa, que esa lejanía sirve para reafirmar sus raíces: un motivo para volver siempre, como no puede ser de otra manera, porque la tierra llama.