En busca de la frase “Esto es lo que estaba buscando”. Hablemos sobre la industria editorial

Parte IV

Ya se habló de la literatura mexicana contemporánea, los clásicos y sus predecesores junto con sus características; sobre el envilecimiento de caer en los caprichos del mercado editorial y del Crack; también sobre los referentes de la literatura mexicana y recomendaciones imperdibles;  concluimos con la charla entre el escritor Dr. Marco Aurelio, la editora y poeta Mtra. Cristina Arreola Márquez y el dramaturgo Felipe Curiel, sobre la industria editorial, su diversidad, su escasez, y sus alternativas para los escritores y los lectores mexicanos.

 

  1. ¿El lector mexicano goza de un panorama amplio de literatura mexicana?

 

CAM. Sí. El problema es que es demasiado amplio. ¿Cómo seleccionas, cómo sintetizas todo ese panorama de nuevas ediciones que cada día hay más y más? Digo, tú ves la mesa de novedades en cualquier librería y la cambian cada semana y además está cada vez más grande, al principio pues era una mesita y ahora como ves es más y más grande.

MAL. Y bueno, eso tiene que ver también con la mercadotecnia, ¿no? Si el lector se deja llevar por la publicidad, por la novedad, buscará esos autores de actualidad, que le venden mercadotécnicamente muy bien. Pero si uno va buscando más literatura por… fuera de este ámbito, las editoriales independientes de pronto tienen buenos autores, buenos libros de poesía, buenas novelas o buenos cuentos, entonces, a veces, hay que buscarle por ahí. Pero evidentemente, las editoriales independientes están en desventaja con las grandes editoriales. Un amigo que es editor, me dijo hace unos cuantos días: “A mí me preocupa que tú estás haciendo una nueva novela, Marco Aurelio, porque ¿quién te la va a publicar?”. Y bueno, nuestro amigo común que es Eugenio Partida, que es muy prolífero, tiene varias, ya, novelas terminadas pero ¿y quién te las publica si no estás en la mercadotecnia, si no eres un autor bajo contrato? Entonces…

CAM. Las pagas…

MAL. Pues tus novelas se quedan ahí. O pagas la edición o buscas que una editorial independiente le apueste con sus propios recursos a publicar tu obra. Yo hasta la fecha no he puesto ni un peso para publicar mis libros pero ya se me está quedando una novela que terminé en el 2013 y ésta que estoy haciendo, ya están cayendo en el cuestionamiento que me hace mi amigo el editor, y que pues sí te lleva a pensar. Entonces, ¿para qué, pues, escribir si no vas a tener ningún lector en lo inmediato o en un futuro? Pero por otra parte, los que lo hacemos, sabemos que escribimos para nosotros.

CAM. Y ya esperando, en un momento, que sean publicadas post-mortem, como memorias también (risas).

MAL. Para que las lea el tataranieto (risas).

ataranieto (risas).

FC. Bueno, en nuestro caso (risas) es muy triste porque mi respuesta es que en realidad no hay mucha distribución editorial. De hecho, lo que se ha estado trabajando mucho es un gran esfuerzo en Jalisco, es más bien promover la dramaturgia porque no somos tantos dramaturgos. Si pienso en dramaturgos en Jalisco casi te los puedo decir todos, ¿no? No somos tantos, no hay tanta variedad, por lo mismo, no hay tampoco tantos espacios para publicar. Pues los que conozco que tienen algo publicado son Teófilo Guerrero, Jorge Fábregas, LEGOM y hasta ahí paro, ¿no? Pero, sí tenemos algunas editoriales que sí están dedicadas exclusivamente a teatro como es La Capilla, los textos de La Capilla, donde hay teatro mexicano, internacional, y Boris se encarga de traducir y también Escalante hacen buena chamba.

Arlequín también publica dramaturgia pero no hay tantas ofertas. También creo que alude un poco a la naturaleza de la dramaturgia, porque en realidad somos como los hijos bastardos entre la literatura y el teatro. Entonces, sí, muchos dramaturgos todavía están con la idea de “Entonces ¿para qué las publico si no quiero que nadie las lea? Quiero que se vayan a escena”, y otros que decimos “Bueno, es que también se puede leer, no hay ningún problema”. Y justo como ahora ya no tienen acotaciones (risa), ya es más fácil leerlas sin detenerte a ver “que el actor hace no sé qué”, ya, es como una novela dialogada, totalmente dialogada. Entonces, creo que también se debe a eso pero si entramos en este paradigma de “¿Entonces cómo doy a conocer mis obras? Yo, dramaturgo, ¿cómo le hago si encontramos redundante publicar? Entonces, ¿es o no necesario tener esa cobertura editorial?”. Sí me parece importante, definitivamente, que se conserven. Y la respuesta que han encontrado es más bien las compilaciones porque también no hay dramaturgos tan prolíficos ahorita. Entonces, pues sí, lo que buscas es compilar, poner a varios autores en un mismo libro. La UdeG lo ha hecho mucho y Paso de Gato se ha dedicado a eso.

MAL. Pues yo tengo una obra de teatro que terminé en el 2004. (risas)

CAM. Y ahí está también…

MAL. Que hay que claudicar…

FC. Sí, pues es que nosotros también nos quedamos, “¿pues es que cómo la doy a conocer?” Y tiene que ser con festivales…

MAL. Y sólo hice una lectura de atril aquí en la José Luisa…

FC. Sí, y es cómo, o sea, a veces la lectura ni siquiera sabes si alguien te va a montar o no. Y también que estén allí, por lo menos, impresas, por lo menos guardadas, implica que alguien en el futuro la encuentre y diga “Ah, esto es lo que estaba buscando”. Pero también, los actores son muy flojos, tampoco les gusta leer tanto. Pero algún día alguien encontrará, un texto y dirá “Esto es lo que estaba buscando”.

 

Lectores mexicanos en la literatura universal

 

MAL. Yo creo que los lectores mexicanos no se centran nada más en autores mexicanos. Hay muchos autores traducidos que son del gusto de los lectores como Coetzee, José Saramago, Rubem Fonseca, el brasileño; mucho autor francés. Entonces, creo que [es provechoso] leer a otros autores de otros países aunque la traducción no sea, muchas veces, fiel a la calidad lingüística del original. Por ejemplo, Milan Kundera es cacofónico en Tusquets pero es porque al traductor le interesa traducir el sentido de la frase, aunque en la página tú encuentres quince gerundios y en la página halles diez adjetivos terminados en mente y esto hace que sea cacofónico Milan Kundera, pero yo creo que leído en su idioma original, en checo, por ejemplo, La insoportable levedad del ser, ha de ser una sinfonía, porque además tiene un conocimiento de la música impresionante, Milan Kundera, pero tú lees la traducción de Tusquets y es fatal. Eso, pues es un poco los retos cuando lees un autor de otro idioma que siempre te vas a encontrar. Yo siempre recomiendo el Robinson Crusoe que publicó Bruguera y que fue traducido por Julio Cortázar. Y ésa es otra cosa.

CAM. También depende del lector. Como yo que tengo contacto con adolescentes, te puedo decir que lo último que van a tener –el adolescente lector, claro, no el adolescente común que no le gusta leer nada ni el Facebook– lo último que van a tener en su lista para leer son autores mexicanos, van a ser puros de afuera. Y pues, obviamente, por su juventud se van a ir más a libros más comerciales, más digeridos, y también por esa razón es que hasta al final ponen al escritor mexicano porque para ellos todos responden al estereotipo de Rulfo, o es un tipo de lenguaje que ya no les parece entretenido, que ya les parece vigente, y por lo tanto, ya no les atrapa, también por desconocimiento.

FC. Bueno, pues nuestros lectores son también los que van a poner la puesta en escena, entonces creo que voy a hablar un poco por ahí y creo que, queremos frenar a los extranjeros un poco porque sí… Ahorita, este fenómeno de que estamos tratando de impulsar mucho a la dramaturgia mexicana, sobre todo aquí en Jalisco, en Jalisco se ha dado mucho, es que estamos viendo muchos Shakespeares otra vez, estamos viendo muchos pero muchos canadienses. También influenciado por el cine porque ahora resulta que Xavier Dolan está llevando a la pantalla obras de teatro. Entonces, todo mundo ve la película, “ay, qué bonita película”, y ahora quieren hacer la obra de teatro, ¿no? Entonces, más bien, queremos frenar un poco. Incluso en lo que respecta al teatro comercial es exactamente lo mismo, si vemos todos los musicales que están en el D.F, la gran mayoría son extranjeros y dos o tres son mexicanos. Entonces, creo que más bien estamos nosotros peleando por el que se olviden un poco de los extranjeros y volteemos a los mexicanos. Responde a que no hay una escuela formal de dramaturgia en México, apenas Casa Azul acaba de abrir una licenciatura en guionismo y dramaturgia, y los que querían escribir teatro tienen que entrar a CCC, estudiar guionismo, sí, buscar alternativas.

 

La vista ante un panorama de autopublicación y editoriales independientes

 

MAL. Irresoluble. Yo creo que los editores locales también publican a sus cuates. Yo tengo algunos editores independientes con los que, en un momento como de contacto o de conocimiento mutuo, como que no nos caímos bien y entonces pues ya no entro yo. Por ejemplo, hay una antología sobre el cuento en Guadalajara y yo no entro ahí, cuando yo soy uno de los grandes promotores de narrar el espacio de Guadalajara, hacer que el espacio de Guadalajara sea visible en la literatura jalisciense, soy uno de los que comienza, junto con Dante Medina y sin embargo, el editor eligió a sus cuates, y bueno, ahí, tú sabes, entonces, que los editores le publican a unos y a otros no; que no están buscando un catálogo de autores que sea más o menos una línea editorial sino que te publican de mole, de chile, de picadillo y de dulce.

CAM. Sí, el fenómeno del “amiguismo” siempre va a venir a frenar buenos proyectos. Yo creo que siempre va a afectar. Sin embargo, sí creo que es importante que existan editoriales independientes porque de pronto nos encontramos cosas muy buenas que por alguna u otra razón que no iban acordes a la mercadotecnia, no tenemos con editoriales grandes; pero pues sí, al ser una editorial independiente se tiene más el contacto con el autor, y si de pronto no te caía bien, pues va a influir mucho eso, es distinto con otro tipo de editoriales más profesionales.

 

Y la autopublicación…

 

MAL. Pues eso es a lo que han recurrido algunos autores, a la autopublicación. Como los sistemas de impresión se han abaratado, ahora tú puedes publicar un libro de poesía de 50 ejemplares con unos, no sé, 4 mil pesos, y esos 50 ejemplares tú los distribuyes. Es una manera de existir.

CAM. Digo, también en poesía es un poco más complicado porque casi no se apuesta por la poesía, es menos vendible, y si no te van a publicar en otro lugar, a veces tienes que recurrir a la autopublicación. Pero también está la autopublicación con editoriales independientes y la autopublicación de uno mismo que se imprime y hace su propia edición, y yo creo que esa segunda opción no me parece viable porque siempre es necesario que exista un lector detrás de ti, por mucho que seas excelente, siempre es necesaria la corrección, y si no tienes a alguien que te pueda corregir, que esté detrás de ti viendo las cosas desde otra perspectiva, me parece complicado que esa obra que te autopublicaste en tu casita sea una buena obra.

MAL. No, pero eso también pues implica la dinámica del autor, ¿no? Es decir, cuando tú terminas una obra, por lo menos, buscas unos segundos ojos para que te lean y para que te den una opinión, y si la opinión resulta favorable o positiva pues entonces puedes autopublicarte. El asunto es que te autopubliques sin que haya unos segundos ojos que te hayan leído, ¿no?

CAM. Claro, sí, me refería más a eso otro. (risas)

FC. Bueno, es que con nosotros… es que todos estamos en ese conflicto que tienen los dramaturgos, de que sienten un poco de vicio el publicar sus obras, entonces, realmente una autopublicación sería como… creo que se vería como muy ególatra dentro de nuestro círculo, sería como “¿En serio?”. No sé, creo que podría funcionar. Yo tengo pensado, no lo he puesto en marcha pero sí lo he pensado, sobre todo porque hay pocas editoriales que publican dramaturgia y las pocas que lo publican, cerradísimos, sólo sus amigos, ¿no? O tienes que caer en su validación, si ellos no te consideran dramaturgo, no te van a publicar. Entonces, entramos en “A ver, entonces, ¿qué es un dramaturgo?”… O incluso en las antologías. Me acaba de pasar exactamente lo mismo, acaban de publicar una antología de dramaturgia jalisciense contemporánea e invitaron a todo el mundo menos a mí, que soy uno de los dramaturgos más prolíficos en Guadalajara, pero no era amigo de los editores. El asunto de la autopublicación podría ser una vía para dar a conocer tus obras, una solución, creo yo. En mi caso, escribo muchas obras cortas que les funciona mucho a los estudiantes para sus exámenes, para sus ejercicios, entonces para tenerlas compiladas, está bueno para decir “mira, aquí hay un cuadernito”. Sí, me ha sonado en la cabeza como una opción para dar a conocer nuestras obras. Pero podría ser una opción para nosotros que no está explorada, la verdad es que, así que me venga a la mente alguien que se haya autopublicado, dramaturgo, no. Con editoriales independientes sí hay pero son muy pocos los que buscan. Y suele ocurrir que las publican después de estrenar la obra, ya que se volvió un referente, entonces la publican, antes no, que es el caso de Teófilo Guerrero tiene dos o tres obras, como cuatro obras publicadas con Arlequín pero posteriores, a que la puesta en escena se vuelva un referente. Hay una compilación de dramaturgia de futbol encabezada por Jorge Fábregas.