Me disgusta que se publique tanto. No sé quién tiene la culpa. No sé si en este juego diabólico que estamos viviendo hay culpables e inocentes. Pero sí sé que se publica mucho y mal. «¿Y eso lo dice usted, que saca libro cada año?», me pregunta mi lector imaginario.
Cambio de párrafo para darle un respiro a mi lector imaginario y también a los reales aunque escasos que después leerán, espero, estas reflexiones mías que cada quincena vierto en la Red. Digo esperoporque los articulistas desconocidos corremos el riesgo de no ser leídos.
En efecto, procuro publicar cada año. Me esfuerzo para que el resultado sea digno. Trabajo los textos hasta el aburrimiento. Por eso precisamente me molesta tanto que tantos libros se publiquen tan de mala manera. Publicar debe ser un acontecimiento. No vale publicar por publicar.
Es una pena que obras como esta de la que hoy vamos a hablar queden sepultadas bajo un montón de basura editorial. Si yo fuera editor, publicaría muy poco. Y como articulista, solo reseño aquello que publicaría si fuera editor. Reseño los libros que considero dignos.
Raúl Guerra publicó Dulce objeto de amor en 1990 de la mano de Mondadori. Y Reino de Cordelia la reeditó en 2014. Yo compré esta última edición hace dos años. Me costó un euro y medio. Supongo que la vendían a ese precio porque no la vendían.
La novela está escrita en segunda persona de principio a fin. La prosa es deliciosamente sofisticada. El ritmo, vertiginoso. Aunque la apuesta era arriesgada, al autor no le tembló la pluma. Nadie la hubiera escrito mejor. Me descubro ante Raúl Guerra prometiendo volver a leerle.
«Cojo, manco y capón estarías si las miradas mutilasen. La impotencia de los que rebuscan por la carretera los volanderos papeles te regocija, estás de buen humor y quieres celebrarlo. Conduces con una sola mano, pasas el brazo por los hombros de Berenice y la atraes hacia ti».
Dulce objeto de amor es uno de esos libros que no merecen caer en el pozo de los descatalogados. Tampoco merece que lo vendan como saldo. Debería estar siempre disponible y mucho me temo que no va a ser así. Este mercado editorial nuestro más parece un mercadillo de arrabal.
He encontrado siete erratas. La editorial pensará que son pocas. ¿Cuánto tiempo se le puede dedicar a un libro que terminas vendiendo por debajo del precio de coste? Despidámonos diciendo que el libro se puede adquirir al precio original de 13,95 euros. Despidámonos diciendo que el libro es un bombón (relleno de ambrosía) solo apto para paladares cultivados.
Dulce objeto de amor es un libro único en peligro de extinción.
Raúl Guerra ha hecho su trabajo mejor que bien.
Anoche soñé que volvía a leerlo.