Del Rito al Ritual en la Pólvora

“Nuestra pobreza puede medirse por el número y suntuosidad de las fiestas populares” Octavio Paz.

Ya no son sólo garbanzos recubiertos de pólvora, los que se venden acompañados de   ingenuidad, tradición, necesidad y carencia de medios para subsistir. Ya no son sólo cerillitas de pólvora con punta doble, los que los niños lanzan al tiempo que corren para jugar. No son simples cuetes … es pólvora para cañones de proyección, barriles de combustible y químicos oxigenadores, que son usados para espectáculos municipales desmesurados o para fiestas religiosas patronales de desvergonzada opulencia.

Hoy la zona de escombros del mercado de San Pablito, en Tultepec, huele a humo, a pólvora y a un Rito cultural que se  ha tornado en Ritual de Muerte.

La planeación en la reconstrucción del mercado, aún con el consentimiento, aprobación y orientación de la SEDENA ha mostrado ser un rotundo fracaso, los permisos para uso y manejo de explosivos son un papeleo y trámite inútil o prolijo, a la par; la demanda de pirotecnia para festividades exige ignorar toda medida de prudencia y seguridad.

La población católica en el Estado de México es del 91.2%,  todos los días, sin excepción, se celebra en alguna de las colonias del estado una fiesta patronal.

Toda colonia cuenta con una parroquia y cada una con un comité organizador de celebraciones patronales. Cada diócesis y jurisdicción eclesiástica tiene planificadas, proyectadas y organizadas las festividades de cada una de las congregaciones, a fin de que las celebraciones no se entrecrucen.

Existe un consumo de pirotecnia para aproximadamente de 8,200 iglesias con festividades patronales por todo el estado, de manera cívica se utiliza pirotecnia durante las fiestas nacionales al mismo tiempo en los 125 municipios del Estado de México.

En más de 60 municipios del Estado de México, existe presencia de fábricas de pirotecnia, destacan: Tultepec, Almoloya de Juárez, Axapusco, Ozumba, Texcoco y Zumpango, lo que permite dar sustento a más de 40 mil familias.

La juguetería pirotécnica se vende y distribuye a lo largo de todo el estado y la zona metropolitana, siendo el Mercado de Sonora y el Mercado de la Merced  los principales puntos de distribución de mercancía pirotécnica procedente del Estado de México.

El  mercado de san Pablito surgió hace 16 años y hasta hace un par de días contaba con 300 locatarios, sin embargo la tradición artesanal pirotécnica en el estado cuenta con más de  200 años.

La primera fábrica de pólvora en México, fue controlada por el gobierno virreinal y situada en Chapultepec en 1600, la fabrica se trasladaría fuera de la ciudad, por motivos de seguridad a Córdoba en 1776. Después de este periodo la pirotecnia mexicana sufrió un letargo.

Posteriormente, la culminación de los procesos de emancipación e independencia en México, junto con la implementación de clorato para el control de los colores básicos en los fuegos artificiales, propició el resurgimiento de la práctica artesanal en el estado de México.

Las ruedas con figuras complejas, montadas en estructuras de soporte dieron lugar a los primeros castillos de fuegos artificiales en forma de torres, estos fueron creados en Zumpango, y desde este municipio la tradición se propagaría a Tultepec y Texcoco.

Desde ese entonces en Tultepec, todos los fuegos son hechos a mano, incluyendo decoración y envase. Desde pequeños petardos hasta fuegos artificiales de 12 pulgadas que se usan en espectáculos de despilfarro de recursos.

Cada año se registran 30 accidentes explosivos en talleres de pirotecnia, en los que mueren entre 5 y 6 personas.  Los accidentes siempre aumentan en la temporada decembrina, durante los carnavales religiosos o durante las fiestas patrias.  La mayoría de los más catastróficos han sucedido en Tultepec.

En diciembre de 1988 se incendió una fábrica clandestina, dejando 34 personas muertas. El 13 de Octubre de 1998, otro taller clandestino dejo 10 muertos y 50 heridos, además de 30 viviendas destruidas. El 5 de Noviembre del mismo año una explosión dejó 4 muertos y tres de ellos menores de edad. Durante 2002 hubo 46 explosiones en el estado de México relacionadas con fábricas o almacenes clandestinos de pólvora.

El 15 de Septiembre del 2005 y el 12 de Septiembre del 2006, incendios y explosiones consumieron el mercado de San Pablito en su totalidad . En San Mateo Tlalchichilpan 7 de agosto del 2012 una fábrica y almacén correrían la misma suerte.

“La materia prima para la elaboración de la pirotecnia es en polvo, y los trabajadores, maestros artesanos y ayudantes, no utilizan medidas de seguridad o higiene, no existen equipos de recuperación de polvo y residuos. El tipo de explosión que se generaría es la correspondiente a explosión por ignición de polvo combustible en suspensión”.

La presencia de Aluminio, Nitrato de Amonio, Antraceno, Dextrina, Fósforo y Titanio, en el ambiente, aumentan el riesgo de explosión por chispa electrostática.

Esto lo han sabido por décadas autoridades y artesanos, el Ritual de la Pólvora es festividad de sangre y muerte, en él todo carnaval es crucial. No hay lugar para la seguridad cuando el Ritual es al mismo tiempo un Rito de intransigencia y corrupción