Noche de olor a rosas, día de aroma a pino. La rueda gira como la serpiente que intenta devorar su cola. Tú esperas que te llame la loquera para entrar al consultorio.
Ves a los demás pacientes. Observas la ridícula frase que escribiste en el cuaderno… ¿Noche de olor a rosas, día de aroma a pino?
Caminas hacia el automóvil que te aguarda cuando sales de la clínica. Otra pelea. Abrazas el cuaderno. La ira se apodera de ti. Le respondes a quien te insulta…
Cierras la puerta del cuarto con tu espalda. Miras lo que plasmaste en la sala de espera…
La rueda gira como la serpiente que intenta devorar su cola… Sientes el hedor a rosas marchitas de la noche…
Pasan los años.
Escuchas los aplausos. El aroma a pino se esfumó, el de la noche sigue allí. La rueda de la fortuna se enlentece a tu favor…
Noche de olor a rosas, día de aroma a pino… Sigues escribiendo para salir de la calígine. Más aplausos…
Imaginas la rueda como el par de lobos míticos que pretendieron destruir la luna y el sol. Borras a la serpiente del texto…
Contemplas tu entorno. Algunos pacientes ya han entrado a consulta…
Noche y día… Consulta tras consulta… Tensión y fortuna…
El sol te ilumina. Te duele la espalda. Lees lo que ni siquiera recordabas que escribiste… Te sorprendes. No es una mala historia…
Semblanza:
Ivanna Zambrano Ayala (Caracas, Venezuela, 1997). Cursa estudios en la Escuela de Letras de la Universidad Central de Venezuela. Colabora en portales como Letralia (Venezuela), Pluma y Tintero, Ariadna RC, Narrativas (España), Cafetera de Letras (Chile) y en el suplemento literario Verbigracia de El Universal.