Cuento «La cueca sola» por Rodrigo Valenzuela

Dicen que me hicieron con el hilo plateado que escurría por los ladrillos y las piernas de mi madre en la escalera Lord Cochrane la noche en que los tambores y los lienzos adornaron las plazas de Chile del para-que-nunca-más, del adiós-carnaval.

Dicen que mi padre bailó toda la noche con una bandera del NO y que mi madre besó en los labios a un carabinero mientras apoyaba su pierna izquierda en la rueda de un guanaco mitad negro y mitad blanco. Dicen que fue la noche en que ese carro no campaneó y los colores volvieron a la pantalla.

Dicen que mi madre llevaba una minifalda y mi padre unos jeans apitillados, dicen que él usaba patillas, dicen que ella un beatle rojo y una chasquilla como las gringas.

Dicen que se encontraron en el Parque Italia y marcharon bailando hasta la escalera, cuando a esa altura de la noche y del puerto nadie bailaba ni marchaba.

Dicen que mi padre le dio un beso, dicen que ella besó a mi padre. Dicen que esa noche estaba clara gracias a la luna que parecía festejar también la caída.

Dicen que mi padre era comunista, dicen también que estaba ebrio y que comenzó a cantar una cueca mientras ella se sacaba un calzón blanco con encajes por debajo de la faldilla; dicen que lo agitaba como pañuelo. Dicen que mi padre cantaba fuerte y se movía en medialuna oscilante y geométricamente aprendida en la clase de educación física.

Dicen que mi madre le mostró una teta y que mi padre se apoderó del papel de huaso, dicen que la montó a lo perrito sobre la escala y que un hilo de platea serpenteaba los peldaños con una mezcla de orina y semen. Dicen que mi madre gritaba ¡viva Chile! y que mi padre jugaba a ser el gallito sobre la gallina. Dicen que por el lomo de la serpiente se asomó de pronto una línea roja. Dicen que mi madre lo notó al rato y pensó en los años en que la llamaron la menarca del Cerro Cordillera cuando le llegó su primera regla jugando al pillarse.

Dicen que nadie vio el revólver, dicen que nadie vio la mano. Dicen que mi padre llegó a Serrano saltando inerte peldaño por peldaño.

Eso es lo que dicen.