Cuento «Bots» por María Jesús Méndez Salazar

Su carcajada resuena en mi cabeza. Ella no paraba de reír ni siquiera cuando ya había terminado de exponer los mejores memes de mi portafolio. Su risa era de esas que contagian, no sabía si agradecerle o qué, todos en la sala reían junto con ella y neta que me sentí el más chido para esto de las bromas en internet; ahí supe que se llamaba AbrilEterno, al menos ése era su nombre de usuario; no nos volveríamos a encontrar pues esta reunión, tal como lo indicó el jefe, era sólo para darnos directrices de lo que esperaba de nosotros. El resto era trabajo en línea, nada de nombres ni direcciones, mientras menos sepamos quiénes éramos mejor, incluso nos dijo: siéntanse como espías de la KGB. No tenía idea de lo que quería decir, hasta que alguien se atrevió a expresar la misma duda, y el jefe dijo: cabrones, la CIA, como en las películas del 007 sólo que virtuales. Y escuchar eso me hizo pensar en muchos memes que enseguida empecé a editar, uno que se dedica a esto debe tener sus plantillas listas, con lo más actual del tren del mame; en fin qué es lo que hacíamos, pues éramos de esos bots, trolls cibernéticos; suena súper importante pero la verdad es que no es la gran cosa, sólo necesitas de un teléfono y datos; si eres hábil con las palabras o el photoshop ganas re bien porque los community manager quieren cosas frescas y bien hechas; entonces te empiezas a dar cuenta que sirvió de algo el cursito en la academia de computación donde aprendí a editar en varios programas, y usar más rápido el twitter y el facebook, así como a tomar medidas para cuidar la seguridad. Nunca posteaba de mi laptop, cuando sabía que nos iban a activar, iba al ciber más cercano; sí aún existen, como si todos tuviéramos para comprarnos una laptop en estos tiempos, y así como espía profesional de la CIA no dejaba rastro. Si les contará cuántas tendencias tuvimos que crear, hasta los artistas famosillos de repente nos contrataban; uno va haciendo comunidad y aunque no nos conozcamos en persona, empezamos a interactuar en línea, casi como hacerte amigo de alguien en el facebook pero más íntimo, aunque a mí la paranoia no se me quitaba y no bajaba la guardia de tomar precauciones en esos chats; sabíamos que nuestro trabajo no es bien visto, eso de andar enalteciendo al presidente, o metiendo noticias falsas a diestra y siniestra no está bien, aquí y en la gran China no está bien, que dizque los medios democratizan, decía un tipo en una entrevista en el youtube, y que el internet es fuente de conocimiento, pero lo que yo conocía del internet, es que todo puede estar rodeado de mentiras; en el chat que teníamos y que todo el tiempo lo cambiábamos de ubicación, era nuestro confesionario, no sólo nos compartíamos chambas entre nosotros sino ahí nos salía bien gacho nuestro sentir; como la vez del compa que dijo que ya iba a dejar esto porque conocía al cuatito que habían secuestrado, y que los policías lo madrearon mientras nosotros ayudábamos a difuminar noticias de que era bien marihuano, y de lo mal que le iba en la escuela, de que estaba metido en bandas y a posicionar tendencias en favor del gobierno corrupto: nuestro compa nos dijo que allá nosotros si queríamos seguir, él no iba a decir nada porque al fin y al cabo se sabe que el gobierno y las cosas así funcionan; pero era gacho tener que echarle mierda a tus compas del barrio, se despidió y ya nunca supimos de farolito23. Los que quedamos ya no buscábamos pretextos para explicar por qué seguíamos aquí hasta que ella dijo que lo hacía porque necesitaba el varo para juntar para una renta decente, porque vivía con su novio pero ya se quería salir de ahí; varios se ofrecieron a brindarle un cuarto, fue cuando me atreví a hablarle en privado y escribirle: No confíes en nadie, somos una bola de ojetes, mejor sigue ahorrando tu lanita y cuando tengas, te mudas, y ella sólo externó jajaja, y recordé su carcajada. Así nos fuimos acercando, todo esto sin siquiera compartir fotos, que digo nudes, me hubiera encantado tenerlas, suena gacho decirlo así en estas circunstancias, pero es la verdad; nuestras relación era Yo en su planeta, mi nave sin combustible para regresar, como dice esa canción y ahí su risa la transportaban aves; y todos quienes podían emitir sonido se volvían ella. No estoy drogado, sólo estoy diciendo lo que pienso; tal vez por lo mal que me siento de cómo me enteré de la noticia; cuando nos dieron la instrucción de ser los trolls de las feministas que habían sacado tendencia #TodoelañoseráAbril y #todassomosAbril, y reclamaban al gobierno por el violento asesinato de una joven de 18 años, cuyo cuerpo estaba colgado sin cabeza en la ventana de un edificio y nadie sabía nada; y la gente que vivía ahí dijeron no conocerla, que seguramente se acaba de mudar y el maldito asesino estaba desaparecido y las redes sociales estaban desbordadas; y eso se volcó a la calle; yo había visto muchas manifestaciones, pero nada como eso, toda la calle de ese barrio de altos ejecutivos y gente de lana quedó sitiada por la protesta, los riquillos de ahí no podían meter sus coches y a varios les bajaban las llantas o de plano desaparecían; y las mamás tenían que sacar caminando a sus hijos con los ojos cubiertos porque no vayan a ver las tetas de esas viejas impúdicas que están encueradas protestando, y las mujeres se plantaron, las acusaban de ser otros maestros, que por qué tomar la calle; que pensaran en la imagen y los negocios de la zona; pero para sorpresa de muchos, las activistas se organizaron y empezaron a ofrecer empleo, y re ubicaciones a gente de la zona por si cerraban los negocios de ahí por baja afluencia, y quién iba a pensar que una rebaja de 85% en tiendas de moda iba a lucir vacío, tal era la desesperación que starbuks empezó a regalar café a los protestantes, pero ellos los aceptaban y públicamente los derramaban; y la indignación seguía creciendo, y yo tan estúpido pensaba que le quería preguntar cómo, con qué cosas molestar a estas mujeres para hacerle plática, y otra vez escuchar su carcajada, pero no sabía de nada de AbrilEterno, hasta que fortachonzigzag nos dijo que ya habían salido fotos de la cabeza de la chica, que la encontraron unos niños en un parque, y la subió al chat y fue cuando vi su cara dentro de una bolsa, su risa apagada, era ella. Y yo solo fui a la delegación a confesar que era un troll de internet porque me sentía sucio y culpable de no poder ayudar, y encima de haber tenido que desplegar tanta mierda sobre ella, que si era prostituta, que si pertenecía a un culto, créame señor juez, no soy su padrote como han dicho, ni soy secuestrador ni narco, en mi vida he visto la cocaína, a AbrilEterno sólo la vi una vez y desde entonces su carcajada retumba en mi cabeza.

 

 

Semblanza:

María Jesús Méndez Salazar. Mérida, Yucatán. (1980). Ingeniero en Electrónica por el Instituto Tecnológico de Mérida (ITM).  Participó en la antología: Karts Escritores de la Península Yucateca en 2016. Aparece publicada su columna “Capítulo Piloto” en la revista delatripa números 32 al 36.