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El 22 de marzo del presente año, otro violento suceso sacudió a la comunidad europea. A pesar del Brexit, la conmoción se produjo al tratarse de una nación que se jactaba de tener una seguridad superior a las demás. Pero con todo y la seguridad de la que presumían, no fue suficiente para detener a un conductor, quien tomó su vehículo para atropellar a cuanta persona pudo, cerca del Parlamento Británico. El resultado de este atentado fue de cinco personas fallecidas. El atentado fue atribuido por las autoridades británicas al Estado Islámico (EI), organización que se adjudicó el hecho.
No era la primera vez que Londres veía correr sangre en sus calles. El 7 de julio del 2005 se detonaron cuatro explosivos en el servicio de transporte público londinense. El resultado fue fatal, cincuenta y seis personas fallecieron a causa de las explosiones. Catorce días después, un segundo atentado volvió a ocurrir tanto en el metro de Londres como en un autobús. Esta vez la policía logró actuar a tiempo, se pudo detener a los atacantes antes de que cobraran las vidas de otras personas. Para este momento, el Al Qaeda era quien reivindicaba los ataques.
Dos atentados, sin embargo, llenos de grandes diferencias. ¿En qué consisten estas diferencias? La primera de estas diferencias es la más obvia. Los atentados de julio del 2005 fueron organizados minuciosamente. Fue orquestado por un grupo de personas que tenían claro la vulnerabilidad de aquella ciudad: sus medios de transporte, perfecto lugar para hacer estragos. Sus pensamientos eran claros, implantar el terror en uno de los países más poderosos de Europa. Llevar la guerra de Oriente a Occidente. Tuvieron una ideología que los marcó.
Pero Khalid Masood, el responsable del atentado de marzo del presente año, rompió con la lógica terrorista. En primer lugar, porque los atacantes del 2005 eran extranjeros; Masood nació en Kent, era británico. Creció toda su vida en Inglaterra. Lo único que lo hizo entrar en la “lógica” del terrorismo del siglo XXI fue ser musulmán.
Desde que George Bush jr. le declaró la guerra al “terrorismo”, lo hizo bajo una característica específica: el terrorista era aquel que usaba un turbante, era aquel que profesaba el Islám como religión. Por tal motivo, Khalid Masood encajó perfectamente en esta nueva caraterización del terrorismo.
Masood fue un lobo solitario más que un terrorista. A pesar de que aún siguen las líneas de investigación sobre Khalid, éstas no logran conducir hacia una posible relación entre este británico con el Estado Islámico. No hay pruebas siquiera de que haya pronunciado la famosa oración Al lahu- ákabar. Sin embargo, por ser musulmán las autoridades lo hicieron pasar por un terrorista más, aun cuando su ataque fue inexacto, no fue preparado.
Por supuesto, el EI estuvo más que feliz de aceptar su participación dentro de este ataque aislado. En medio de una guerra como la que están viviendo, el tener publicidad le es beneficioso, empero esta organización terrorista se encuentra más debilitada por los constantes ataques tanto rusos como estadounideses. Su espacio para maniobrar es sumamente limitado, han quedado encerrados entre Iraq y Siria.
¿Por qué, entonces, los británicos adjudicaron el atentado a los islamistas cuando la relación es casi inexistente?
Khalid Masood fue el chivo expiatorio. No estoy hablando de teorías de conspiración, hablo de hechos. Tras el Brexit, Escocia ha mostrado con vivo interés en separarse del Reino Unido. ¿Cómo frenar la disgregación de naciones? Simple, crea un enemigo exterior, uno muy fuerte y que esté al acecho; de esta manera harás ver que para librar el peligro extranjero, para acabar con ese enemigo, necesitas estar unido.
El atentado del 22 de marzo sólo tuvo un efecto, el parlamento escocés suspendió el referendo para su independencia del Reino Unido. ¿De verdad creerémos que el ataque de Masood y la suspensión del referendo escocés no tiene relación alguna? El único efecto fue interno, sirvió para retrazar el proceso de independencia de Escocia. Curioso pero esto me suena más a un atentado terrorista de Estado más que uno islámico, ¿no creen?
Khalid Masood fue ese rostro (creado), del enemigo que está en el exterior, pero también hay que dejar claro que él era británico. Pero en medio de los conflictos internacionales, fue más fácil meter a Masood en la misma bolsa que todos los demás terroristas: era británico, sí, pero también era musulmán. Claro, Khalid Masood tenía antecedentes de extrema violencia, un hombre ya con problemas psicológicos, más no un hombre con el perfil de ser un potencial terrorista. Pero fue perfecto para la acusación británica, la cual encontró respuesta en la afirmación del EI, quien tampoco aportó prueba alguna de tener relación con Khalid.