Coraje y talento

 

Hace tres años, un nuevo espacio cultural abrió sus puertas al público y a los artistas mexicanos, para enriquecer la oferta de este tipo de servicios en el centro del país. El Museo Escárcega, MUSE, dotado de un importante acervo de arte contemporáneo y dedicado principalmente a las artes plásticas, también abre sus salas a conciertos, lecturas de poesía, talleres de arte para infantes y, próximamente, contará con un foro para teatro, danza y otras artes escénicas.

Visto así, este museo privado cumple funciones similares a las de los espacios culturales públicos, a los que se suma como una alternativa de difusión. Pero el MUSE también busca cubrir tareas que las instituciones oficiales no pueden, no les corresponde o no quieren hacer.  Una de ellas, muy importante, se refiere al reconocimiento del trabajo de los artistas en Aguascalientes, oriundos y provenientes de otras regiones del país.

Este gesto contribuye a formar un sentido de comunidad entre los artistas, habitualmente aislados y dispersos; los vincula con el museo. El valor simbólico del reconocimiento, a diferencia del otorgado por las instituciones oficiales –a  menudo condicionadas por conveniencias políticas– proviene de una iniciativa independiente, afín a los intereses de la comunidad artística y al compromiso del museo con esos intereses.

La lista de nombres de quienes lo han recibido siempre resultará insuficiente; mujeres y hombres destacados en la plástica, las letras, el teatro, la música y la danza. Se sustenta en la trayectoria de cada personaje, generalmente con recursos propios, aunque no pocos han recibido becas, premios y otros estímulos oficiales como ayuda para financiar sus proyectos artísticos. Además del talento, se reconoce la resonancia de la trayectoria en su comunidad.

Además de vocación y formación, para construir y mantener una trayectoria artística se requiere de valentía y pasión por un trabajo con prestigio social, pero del que todavía no se reconoce plenamente su dimensión económica. Todos aplauden pero pocos están dispuestos a pagar por un espectáculo, cuadro, disco, película o libro;  de ahí la piratería y ciertas actitudes críticas ante el mercado de autores que renuncian a sus derechos para tener público, lectores o usuarios, si se puede, o donan parte de su tiempo a causas altruistas.

Actualmente, buena parte del prestigio social del arte se debe a la labor de las instituciones oficiales. Pero también al interés por apreciarlo y practicarlo de manera independiente entre los sectores ilustrados, donde el espectro ideológico va de los conservadurismos formales y de contenido a las experiencias más locas, con y sin compromisos, pasando por los usos terapéuticos y educativos.

En un terreno apto para la creatividad libre cabe de todo. Y ocasionalmente brotan iniciativas como las de Eduardo Escárcega, un ingeniero que llevó su pasión por el coleccionismo más allá del mero acopio de obras. Durante años, con paciencia y esfuerzo, después de adquirir las fincas vecinas a la suya, transformó las casas aisladas en un solo edificio, con un recorrido sumamente interesante a través de sus salas distribuidas en varios niveles. Un elevador las hace más accesibles.

Y precisamente porque conoce la importancia del esfuerzo sostenido, el MUSE concibió estos reconocimientos a los artistas en Aguascalientes, como una puesta en valor del coraje y el talento como una forma de vida al servicio de los demás.