Balamkú por Xánath Caraza

Hoy comparto con los lectores de Revista Literaria Monolito mi nuevo poemario ‘Balamkú’ en edición bilingüe, español e inglés de 225 páginas.  Traducido al inglés por la Doctora Sandra Kingery, prologado por la Doctora Elizabeth Coonrod Martínez y publicado en Lobo Estepario Production Press que dirige Miguel López Lemus. La publicación de ‘Balamkú’ fue posible gracias al apoyo del Westchester Community College Humanities Institute de Nueva York.  A continuación los comentarios de la Doctora Coonrod Martínez.

Elizabeth Coonrod Martínez

DePaul University

Las iguanas de piedra maya

cobran vida con el sol.

Ritmos de agua y de selva,

rugido de Chaac en el vientre,

el placer paraliza.

Ritmos de agua y de selva

Xánath Caraza

Hay más de mil sitios mayas antiguos registrados sólo en el estado mexicano de Campeche (el lado oeste de la Península de Yucatán), incluyendo la docena visitada por la poeta Xánath Caraza donde compuso los poemas en este texto.

Balamkú es uno de esos sitios, el más conmovedor de todos para ver y experimentar.  Es pequeño para ser un sitio maya, y aún así cubre sesenta y dos acres, con estructuras en dos secciones: una de las cuales tiene tres plazas, la otra cuatro y una extensa cancha de pelota.  Su estilo arquitectónico es parte de la tradición del Petén.  Fue tan sólo redescubierto y abierto en 1990, lo más destacado del lugar es un fresco revocado o friso elaborado y extraordinario, protegido a través de los siglos por estar localizado en el interior de un edificio.  La monumental muestra es tres conjuntos de imágenes y diseños uno al lado del otro, cincuenta pies de ancho y aproximadamente diez pies de alto, con uno de los lados ligeramente reducido/destruido.  Las imágenes comunican instrumentos musicales y un dios jaguar (de ahí el nombre Balamkú).  Cuando lo visitamos, sólo dos personas podían entrar a la vez: al enfrentarnos con el friso mi amiga y yo nos quedamos estupefactas, ella con lágrimas en los ojos, necesitando un momento para comulgar con los espíritus. Las palabras de Xánath sobre este lugar me regresaron los escalofríos experimentados al estar frente al friso.

Entono la palabra sagrada,

la primera desde el tiempo

antiguo, sonoros recuerdos.

Flor y canto ofrezco,

el nacarado humo de copal

enrosca su aroma en la voz.

Visitamos Balamkú casi por casualidad.  Viajé desde la ciudad de Campeche (en la costa del Golfo), a la que fui para una conferencia en 2017, con un grupo pequeño para recorrer Calakmul, a cinco horas de la ciudad.  En camino le pregunté al guía sobre Balamkú que sabía estaba cerca.  Él se emocionó al saber que conocía del sitio y preguntó a los otros miembros del grupo si estarían dispuestos a parar ahí, ya que reduciría nuestro tiempo en Calakmul.  Todos aceptaron y tuvimos nuestro emotivo encuentro.

No caminamos el sitio de Balamkú como Xánath lo hizo por restricciones de tiempo en nuestro viaje de un día.  Mas salimos inspirados.  Tan sólo a treinta millas, después de encontrarnos con pavos salvajes en el camino, llegamos a Calakmul, entusiasmados por subir los templos gemelos más altos en la sección principal del complejo.

“Calakmul” no es el nombre original del extenso sistema gubernamental que rigió por cientos de años.  Es el término del siglo XX usado en el maya regional, significa el lugar de dos templos adyacentes. Desde la cima nuestra vista fue amplia: bosques espesos y las puntas de otras estructuras cercanas y lejanas. Los monos aulladores se pasaban de árbol en árbol y las iguanas se asomaban por entre las grietas.

Una vez que descendimos, el guía quiso hablar de lo que pensó los turistas querían escuchar, los sacrificios, colocando su cuerpo sobre una piedra de superficie plana para demostrarlo.  Por otro lado nosotros buscábamos la escritura aún visible en las estelas.  Ha sido documentado que Calakmul, cuando fue visto por primera vez por una persona ajena en 1930, tenía 117 estelas con inscripciones históricas—¡más que cualquier ciudad en la región!  Hasta el día de hoy la mitad, por lo menos, han sido mutiladas con porciones robadas o removidas. Había murales elaborados que se encontraban aquí que revelaban personas consumiendo atole, tamales y tabaco, como también artículos que se vendían, incluyendo textiles y agujas; y restos de cerámica encontrados aquí con orígenes remotos.  Las palabras de Xánath evocan estas cualidades extraordinarias.

Calakmul, la historia

en la piedra llevas.

Impones grandeza.

El honor vibra en

la cóncava atmósfera.

Densa sabiduría

recubre el cuerpo.

Las frondas de

la ceiba saturan

los ancestrales techos.

Los túneles de sombra

son heridos por

ocasionales rayos de sol.

Infinita alfombra

de musgo

recibe los pasos.

Tus acrópolis de

ancestral piedra

quitan el aliento.

Te venero, tierra antigua,

imponente Calakmul.

Tu interminable selva

me absorbe.

¡Soy nada frente a ti!

Pequeños altares

marcados con la flor

se llenan de sangre.

Fluye desde la piedra

hasta penetrar la tierra.

Jaguar me observa,

siento su respiración.

A veinte millas antes de la frontera moderna con Guatemala, este increíble tesoro de ciudad antigua es poco reconocido por turistas internacionales que visitan Cancún y sólo hacen un viaje opcional a Chichén Itzá.  Otros turistas puede que vean Tikal en Guatemala y Palenque en México. Lo que es fascinante es rastrear y comprender las interconexiones e historias de los extensos sitios interiores.  Calakmul tiene orígenes—con otros tantos en la región del Petén—de 200 ANE; comenzó a prosperar en la era preclásica tardía (antes de 400 NE), igual que Tikal, con el cual comparte una gran diferencia: Tikal fue influenciado, o en parte conquistado, por el sistema político de Teotihuacán en México central mientras Calakmul creó su propia base de poder.

Para la mitad del siglo VI había vencido ciudades a lo largo y ancho, incluyendo Caracol, Naranjo (un vasallo de Tikal), Yaxchilán cerca del importante río Usumacinta y Tikal poco más tarde (130 años después Tikal sería independiente otra vez).  Los arqueólogos han documentado por lo menos veinte centros secundarios (ciudades grandes) conectados por una carretera elevada o un sistema extensivo de caminos en todas direcciones, de este modo facilitando el viaje para buscar recursos, la política o las batallas.  La metrópolis estaba rodeada por canales y trece reservorios.  Además de plazas centrales y conjuntos de estructuras altas, los arqueólogos han levantado un mapa de 6,250 estructuras más pequeñas.  Notablemente, Calakmul y sus aliados también registraron mujeres gobernantes, u hombres y mujeres gobernantes juntos, diferente de Tikal.

Después de dos campañas masivas para vencer a Palenque en 611 (para lograr el control de importantes rutas comerciales), Calakmul se mantuvo como el sitio-estado más poderoso en las tierras bajas centrales mayas hasta finales de 686. Medio siglo después, parece que Calakmul auxilió Quiriguá (en la costa del Atlántico) al capturar y derrotar Copán (Honduras), un antiguo aliado de Tikal.

El emblema glifo de este sistema gubernamental—la Cabeza de Serpiente (Kaan), (una metáfora poderosa que representa los tres niveles del universo)—es el emblema que ha sido mayormente encontrado en ejemplos de escritura en sitios más antiguos en las tierras bajas mayas.  En 849, aunque ya no el poder supremo en el Petén, la dinastía Serpiente es mencionada en una estela en Seibal.  Los hablantes de Yucateco encontrados por los exploradores españoles en el Petén norteño, los Kejache, probablemente eran descendientes de la presencia Kaan.

La civilización nativa ha sido largamente ignorada y denigrada por nuestro sistema educativo, debido al mensaje colonialista, y a una actitud transmitida de generación en generación en nuestras sociedades. Durante mis propios estudios de primaria en la Ciudad de México era común que nuestros textos declararan que en las penínsulas de Yucatán y Baja California (aún no reconocidas como estados) había caníbales y cazadores de cabezas.  Al tiempo que perplejo, reforzaba un continuo racismo colonial.

Las ciudades antiguas de nuestro hemisferio, Calakmul, Balamkú, otras bajo el término amplio “maya” y muchas en el México central son importantes para ser vistas y para ser estudiadas.  Los versos de Xánath Caraza nos proveerán de un mapa de ruta espiritual.

Lecturas sugeridas:

Carrasco, Ramón, María Cordero. “Chik Naab: La pintura mural de Calakmul.” Arqueología

Mexicana XXII (128, July-Aug). México: Editorial Raíces, 2014; 46-51.

Braswell, Jeffrey E., etal. “Defining the The Terminal Classicat Calakmul, Campeche.” The

Terminal Classic in the Maya lowlands: Collapse, Transition and Transformation. UP of

Colorado, 2005; 162-194.

Folan, William J., etal. “Calakmul: New Data from an Ancient Mayan Capitol in Campeche.”

Latin American Antiquity 6.4; 310-334 (JSTOR)

Martin, Simon and Nikolai Grube. Chronicle of the Maya Kings and Queens: Deciphering the

Dynasties of the Ancient Maya. London: Thames & Hudson, 2000

Rice, Prudence, Don S. Rice. “Sixteenth- and Seventeenth-Century Maya Political Geography.”

The Postclassic to Spanish-Era Transition in Mesoamerica: Archaeological Perspectives.

U of New Mexico P, 2005

Rodríguez Campero, Omar. “Características de la composición urbana de los centros de

Calakmul, Balamkú y Nadzcáan.” Simposio de Investigaciones Arqueológicas en

Guatemala, 2007. Guatemala: Museo Nacional de Arqueología y Etnología XXI; 427-457.

Salvador Rodríguez, Eduardo. “La ciudad de Calakmul.” Arqueología Mexicana XXII (128,

July-Aug). México: Editorial Raíces, 2014; 28-35.

Sharer, Robert J. and Loa P. Traxler. The Ancient Maya (6th revised ed.). Stanford UP, 2006.

Zimmerman, Mario. “Los nuevos hallazgos en la estructura III.” Arqueología Mexicana XXII (128, July-Aug). México: Editorial Raíces, 2014; 52-57.

Para más información sobre ‘Balamkú’ pueden visitar Lobo Estepario Production Press o el siguiente enlace: http://loboestepario.com/press/balamku/?fbclid=IwAR0lvSQwRk74IHoU7xqDosO8B1cew1PvDMllZUXO7m9I8JTGWvxcWPyMTwQ