Revista Monolito e Ítaca. Espacio de Arte invitan al evento «Noche de Poesía, Narrativa y Plástica» que se realizará este sábado 2 de septiembre en Ítaca. Espacio Cultural, a las 6:30 de la tarde, ubicado en la colonia Condesa (Nuevo León 209, interior 201. Esquina con Baja California) en la CDMX.
Se presentarán las siguientes obras y exposiciones:
Presentación del poemario Navajas de sal de la poeta colimense Cristina Arreola Márquez
Cristina Arreola Márquez es maestra en Estudios de Literatura Mexicana por la Universidad de Guadalajara. Se ha desempeñado en el periodismo, edición y corrección de estilo, así como en la promoción cultural. Ha sido ponente en diversos coloquios y encuentros literarios. Aparece en antologías como A la rosa, muestra de mujeres poetas en Colima, a cargo del poeta Sergio Briceño, Mercado de cuentos cortos. Antología de minificción y Detrás de la puerta. Antología de textos eróticos, ambas de Ediciones Falcom, Poets for Ayotzinapa publicación bilingüe de Mexico City Lit; así como en más de una docena de revistas y suplementos culturales. Funge como editora de la revista literaria Monolito. Es autora de la plaquette Nínive de la colección Ouroboros de narrativa (UdeC, 2010) y de la tesis de investigación El erotismo a partir de la imaginación telúrica en una muestra poética de Griselda Álvarez (2014). Autora de Navajas de sal (Ediciones de Pasto Verde, 2017).
Muestra de poemas de Navajas de sal
El sinretorno
Ya dejé tu casa
Dejé tus muebles
Dejé la sábana en que aún permanecía tu olor
Y mírame: el caudal no cesa
Escribo basura que habré de borrar más tarde
Derramo mis ojos y mis sueños rotos sobre el papel
Quiero llamar y decirte que abrieron esa nueva avenida, que
Ha quebrado el restaurant en que solíamos cenar, que nuestras
Hijas aún te esperan en la ventana, que descubrí un nuevo
atajo camino al trabajo
Y que aquí
En este rostro
No ha cesado el caudal
***
Es que te fuiste de día
Cuando el sol no permitía obviar detalle de ti
Y por más que buscamos,
No fue posible el secreto
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Presentación de la novela Algunas cosas que contar –o el significado de los días del escritor mexiquense Juan Mireles.
Juan Mireles (Estado de México, 1984). Es escritor, editor y articulista. Actualmente dirige la revista literaria y de arte Monolito. Es autor de la novela Yo [el otro] Octavio (Ediciones El Viaje. México, 2014) y Algunas cosas que contar -o el significado de los días (Ediciones Letras de Pasto Verde. México, 2017). Ha sido publicado en más de una treintena de revistas en Latinoamérica, España, Brasil y Estados Unidos. Ha sido columnista durante los últimos cuatro años en medios tanto en España, Brasil y México. Actualmente mantiene una columna quincenal en ruizhealytimes.com, sitio del periodista Eduardo Ruiz-Healy, y en revistaliterariamonolito.com. Blog: wwwjuanmireles.blogspot.mx
Fragmento:
Los lunes todos los gatos son pardos, todo parece más pardo, todo es menos vivo, o sea, los colores; y yo me desperté loco, ando loco, agárrenme que ando loco. Y mi homosexualidad en el sueño y que despierto y entonces miedo, mucho miedo, muchísimo miedo: ¡Mamá, mamá, mamá, estás ahí, contéstame, por favor, es urgente! Sí, mamá, sí, ando loco, ya sabes, por eso no debo de dejar de ir a la terapia. Sí, el miércoles tengo cita, pero hoy no estoy muy bien. No sé. Es una angustia mezclada con ansiedad. No, no como un berrinche, ¿cómo diablos puede ser un berrinche lo que te estoy diciendo? Caray. Sí, bueno, está bien.
Me fui a casa de madre. Hago san lunes, sí, no soy albañil pero como si lo fuera. Soy un trabajador de la construcción, construyo historias y también hago acabados, aunque luego digan que no hice las cosas bien: “Cabroncillo de mierda, te he de encontrar, te voy a investigar; voy a contratar a alguien para que rastree tu dirección IP”. Otra vez el viejo menso éste del trabajo de corrección. ¡Qué el trabajo está bien! ¡Tú texto era una mierda! ¡¿Qué podía hacer yo?! Vamos, vamos, que me pude equivocar un par de veces en alguna palabra o tal vez quité un acento donde no debía quitarlo y puse otro donde no debía, pero no hay razón para ponerse así. Además le cobré barato. LOL!
Sirenas, patrullas. Carajo. Policías everywhere ¡Pinches polecías! Es policías. No, estos son polecías. Pero no vienen por mí. Se siguieron de largo. No hay problema. En todo caso si me atoran no fui yo. Culpo al Elí: “Me secuestró, jefe, y me amenazó. Dijo que si no lo ayudaba mataría a mi familia. Sí, señor, soy recién casado y tengo un bebé de brazos. ¡De brazos!”. A huevo.
Llamada perdida de Mónica. 11:54 am.
Ahora no Mónica, Ahora no que ando loco y podemos discutir y mandarnos al carajo a la primera. Y la verdad sí quiero estar otra noche contigo. Porque una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. ¡Soy un intertextual de miedo! ¡Estoy listo para pedir una beca! Ando loco. Por eso estoy diciendo estupideces, ¿si son estupideces? La gente me ve raro. Tranquilos, no les haré nada. Sólo soy una persona que trae un trauma sexual y un robo en la cabeza que no lo deja tranquilo.
Otra llamada perdida.
Era Luisito, no importa. Ah qué Luisito tan intenso. Que si voy a ir a hacerle de gato, hombre. ¿El miércoles, no?
Mamá, ya estoy aquí. No, mamá, vengo solo. No, no traigo mujeres ni amigos vagos. Ya ábreme. ¡Qué no, que vengo solo! Pues no es que me ponga así, pero…
—Gracias, mamá, la sopa de munición te quedó muy buena. Sí, iré a ponerle flores a la tumba de mi padre. Tal vez la semana próxima. Esta semana la tengo ocupada. No, mamá, sí tengo cosas qué hacer. No confundas la escritura con la vagancia. Mamá, no llores. No odio a mi papá. O sea, cuando se estaba muriendo le dije que del otro lado no había nada, que no hacía falta rezar, pero vamos, mamá, no dije ninguna mentira. Además, mejor para él, si hubiera algo al final del túnel, o sea, imagínate, estaría pagando por todas las veces que te pegó y te engañó, así que no le llores. Pero que conste que cumpliré e iré a dejarle flores. ¿Todavía está ahí enterrado? Ves que en determinado tiempo, si dejas de pagar el lugar, pues sacan al muertito y ponen a otro…
Comí a todo dar, ¿a todo dar? Después de la sopa me comí un pollito en mole verde con tortillas calientes. Agua de horchata, eso sí, al tiempo porque el clima, el clima muy cambiante. De postre una gelatina de anís. Mi favorita. Ah…, las mamás no dejan nunca de ser madres. ¡Benditas madres! ¡Qué padres madres!
—Mamá dame chance de quedarme aquí hoy. No, no tengo ningún problema. No mamá, nadie me quiere golpear ni le debo nada a nadie. Sólo que casi no vengo y bueno, hago dos horas para llegar aquí, al rato el tráfico y la gente y el camión hará como una hora extra… Mejor mañana me voy temprano. Me quedo en el sillón.
Me llama el Elí en la noche, me pregunta que si quiero hacer un jale otra vez, para el viernes. Le dije que no, que todavía traigo el nervio: aún ando paranoico por lo de la otra vez.
Siempre estar en casa de mi madre es reconfortante. Me tranquiliza. No sé, es como si algo de infancia me recorriera. Un calor de niño, de alguien que sabe nada puede pasarle, porque en este mundo nada pasa, porque así piensan los niños, porque así deben pensar los niños. Hasta mañana, le dije a mi madre y me quedé dormido.
Al otro día, bufanda al cuello, y me fui muy temprano. Llegué a mi departamento a volver a dormir —después de todo es un martes sinquehacer—. Pinche sillón incómodo el de mi madre. Además, la cama de uno es la cama de uno. Dormí como un bebé. Después, el resto del día me la pasé leyendo. Sí, me volvieron las ganas de leer. Empecé con unas crónicas Kaláshnikov de Alejandro Almazán y terminé en un Hotel del DF con Fadanelli. Digo que leí Hotel DF de Guillermo Fadanelli. ¡No mames! Pinche subconsciente me trae en joda.
Me volví a buscar en Youporn y en Xvideos, no, todavía no salgo al público.
Pinche martes aburrido. A volver a dormir.
Apenas abro los ojos y voy directo a la computadora. Lagañoso, adormilado, espero a que se abra el correo y: “Estimado Emilio Llosa, lamentablemente no ha sido aceptada su obra. No reúne las características que…”. Bueno. Qué le vamos a hacer así es esto. Un rechazo más. Ni hablar. No hay problema. Ni quería publicar. La decimocuarta vez que me rechazan. Está bien. Lo acepto. No es mi tiempo. Sí, eso es. No es mi tiempo. Ya será para la próxima novela que escriba. Si a Bolaño lo rechazaron como cuarenta y nueve mil veces por qué a mí no. Sí. No hay que claudicar, ¿claudicar?, ¿todavía alguien usa esa palabra?
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Inauguración de la exposición Instantes de la artista plástica Wendy Cárdenas Valadez.
Wendy Cárdenas Valadez nace en la Ciudad de México, estudió la Licenciatura en Artes Visuales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM, especializándose en las áreas de Fotografía y Pintura. Su obra plástica comprende el paisaje integrando elementos arquitectónicos y naturales. Con influencias expresionistas, abstractas e informales, compone pinturas con acrílico, óleo y encausto que no siempre se apegan a la realidad; sino que representan la visión de la artista con un enfoque actual y con una propuesta plástica que invita al espectador a imaginar. Como artista cuenta con dos exposiciones individuales. La primera fue en el año de 2008 en el Centro Cultural Javier Villaurrutia, titulada Rural-es. La segunda titulada Todos Somos Noche fue en el Conservatorio Nacional de Música en el 2016. Desde el 2002 ha participado en más de cincuenta exposiciones colectivas en la Ciudad de México y en el interior de la República entre las que sobresalen las efectuadas en la efectuada en la torre Ejecutiva de PEMEX, entre otras y destaca la selección de su obra para participar en la Primera Bienal de Arte Contemporáneo Chapingo 2008 en la UAC y la Bienal Felipe Santiago Gutiérrez en el Centro Regional de Cultura de Texcoco. Dentro de su producción se ha sumado el interés por la ilustración de libros infantiles y juveniles. Su obra plástica ha aparecido en catálogos y en el libro de poesía Jirones y Arena de la escritora Alma Rosa Tapia, publicado por INMUJERES. Del año 2005 al 2011 laboró en el Museo del Palacio de Bellas Artes INBA en el Departamento de Servicios Educativos como Artista Docente impartiendo visitas guiadas, talleres, propuestas educativas, investigación y colaborando en distintas exposiciones presentadas en ese recinto. También laboró en el Museo Nacional de las Culturas INAH en el Departamento de Comunicación Educativa del año 2012 al 2015. El trabajo en museos le ha permitido complementar su producción plástica con la interpretación del arte y la historia que se transmite al público visitante de museos.
Sobre Instantes:
Estamos configurados por una línea de tiempo como el agua del rio que se escapa entre las manos. Somos recuerdo y memoria en fragmentos compuestos de instantes que derivan en varios posibles senderos algunos acabados, otros interrumpidos y quizá otros continuos.
La pintura de Wendy Cárdenas nos invita a reflexionar sobre esos momentos fugaces e inasibles; los instantes como capsulas de tiempo que se quedan grabadas en nuestra historia personal y que dan algún significado a nuestra vida. Logra pausar el tiempo en sus piezas y por medio del lenguaje pictórico muestra la posibilidad de la contemplación de un momento de eternidad en un instante.
Luces de colores, destellos de armonía clara y transparente, días y sus noches, ventanas abiertas de suspiros, recuerdo de viajes, imágenes que van dejando la tierra para ser celestiales. Nostalgia que se hace presente en la memoria del tiempo, espacios y lugares que se conjugan en una belleza emocional. Todo ello reunido en un espacio y tiempo que si bien es fugaz y momentáneo como la temporalidad de la existencia y sus vestigios; esta muestra pictórica evoca la ensoñación de un pasado buscando la claridad de las cosas y un lugar para imaginar un futuro.
Por Al Curiel
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La presentación de las obras correrá a cargo de Claudia Cárthaigh, escritora, ensayista, poeta, guionista, crítica de arte. Egresada de la Sogem.
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Venta de libros y obra plástica.
Cerveza y mezcal.
¡Los esperamos!